Capítulo 0.3
No hubo miedo ni pánico atenazándome las extremidades como en el pasado. Sabía que él no podía tocarme, ya no podía hacerme daño. Esta vez conocía la manera de defenderme, como asesinar aunque nunca lo hubiese puesto en práctica.
Coloque una máscara de hielo en mis expresiones y camine unos cortos pasos hasta quedar lo más cerca de él sin llegar a cruzar la línea.
—Así que al fin conoces mi linaje, y sabes que en este momento la basura impura eres tú.— Sonreí con frialdad.— Una reverencia no vendría mal.
Aunque lo quiso ocultar hubo sorpresa en sus ojos, en su expresión. A nuestro alrededor el bosque pareció detenerse. No había sonidos, ni los típicos animales paseando por ahí.
—Te ha sentado bien un poco de comida y buen trato. ¿A cuantos machos le has tenido que calentar las sábanas para obtenerlo? — Me miró de arriba hacia abajo, observando el cuerpo fibroso y bien formado que logre en estos años.— No estás para nada mal, si regresas conmigo en este momento te aseguro que te trataré como una Reina.
Lo escaneé devolviéndole la mirada, sintiendo la ira nacer en mi estomago. Pensando cómo disfrutaría arrancándole el corazón por ser partícipe de la masacre de mi pueblo.
—Logan querido, tu no estas a mi nivel. Jamás ensuciaría mi linaje con una escoria asesina como tu.— Hice que mis ojos cambiaran de color, demostrándole de lo que hablaba. Dio un paso hacia atrás asustado.— Nunca estaría con alguien tan idiota como para dejar libre a la única persona que puede arrebatárselo todo. Mándale saludos a tu padre de mi parte, y dile que muy pronto tendrá noticias de mi.
Le regale una sonrisa maliciosa, extasiada por la expresión de miedo que había en su rostro, y me fui sin decirle nada más.
Al momento en que llegué al pueblo Nick me esperaba ansioso, cuando sus ojos me localizaron entre la maleza salió corriendo en mi dirección inspeccionando cada pulgada de mi cuerpo con sus ojos. Buscando signos de daño físico.
Me sacudí su agarre suavemente.
—Estoy bien, no me ha pasado nada.
Sus ojos estaban nublados de preocupación, el corazón se me ablandó ante aquella imagen. Lo quería como al hermano que jamás había tenido.
—Lo olí hace unos minutos, ¿te ataco?.
Negué con la cabeza.
—Ha venido a hacer una demostración, de seguro pensó que se encontraría con una chica débil y quebradiza como la que fui alguna vez. Ha ofrecido tratarme como una Reina si volvía a su lado.— Sonreí.— Pobre ingenuo.
Comenzamos a caminar rumbo al pueblo hombro con hombro. Su expresión se encontraba fruncida.
—No me cuadra como ha sabido que te encuentras aquí, como estaba allí en el momento indicado como si hubiese sido informado de la actividad de hoy.
Estaba tan metida en el momento que no me paré a pensar en las posibilidades que decía Nick. Tenía lógica, no atribuiría aquello a una mera casualidad cuando me había sorprendido llamándome por mi nombre. Esperando que estuviese en aquel lugar, en ese mismo momento.
—Rastree el olor de Summer hasta allí, simplemente llegaba al linde y luego desaparecía. Como una trampa…
Jamás pensaría en mi mejor amiga como una traicionera, me había ayudado demostrándome amor y lealtad. No me permitía pensar siquiera en esa posibilidad.
Nick suspiro a punto de decir algo más cuando Dimitri y Dylan nos interceptaron en mitad de la calle. Estaban agitados, sus rostros contraídos con preocupación, una alarma se encendió en mi interior.
—¿Qué sucede?.
Los gemelos me miraron a la vez.
—Es Summer, la han encontrado en la frontera. Se encuentra en la enfermería.
Corrí hacia allí con velocidad esquivando a las personas que disfrutaban del atardecer en las plazas. Al segundo de llegar a la enfermería seguí los sonidos hacia la única habitación ocupada. Abrí la puerta sin tocar, encontrándome a una Summer desorientada acomodad en el lecho. El doctor Miller se encontraba revisando sus pupilas con una luz. Su tarea se vio interrumpida por el azote de la puerta contra la pared.
Los ojos azules del Doc. me observaron con ternura.
—Ella está bien cariño, no tiene daño alguno. Ni siquiera un rasguño. Simplemente la drogaron con Verbena, en unos minutos su sistema la quemara por completo.
Asentí con la cabeza.
—Las dejaré para que hablen.
Pasó por mi lado dejando una caricia paternal en mi cabello. Cerró la puerta y al momento lo sentí susurrarle a los chicos el diagnóstico.
—¿Estás bien?.
La observé, su cabello rubio enmarañado, la ropa apenas desacomodada y esa expresión desencajada en el rostro moreno. No pude hacer más que abrazarla.
—Estoy bien, no fui lastimada, lo único que recuerdo es ir corriendo por el bosque hasta llegar al linde. Un sonido captó mi atención y fui tan estúpida como para cruzar sin pensar las consecuencias.
Oculto su rostro entre sus manos, avergonzada. Fruncí el ceño extrañada, dudaba que una loba experta como Summer acometiese aquella estupidez. Sin embargo jamás desconfiaría de ella.
La abracé, apretándola contra mi pecho. Se tenso cuando acaricie su cabello quitando los nudos.
—Estás bien, nadie va a hacerte daño.—La oí suspirar, relajando sus músculos.— Todos cometemos errores.
Bufo.
—No entiendo cual fue la razón, quien fue que hizo esto. Y lo más jodido es que no podemos hacer justicia. Yo fui quien rompió las reglas, cruce la línea como una idiota.
Bien, no había barajado aquella posibilidad. Los bastardos planearon aquello con maestría. No ingresando al territorio, abandonándola en terreno neutral. j***r.
No le dije el motivo por el que la habían atrapado, no conté que la usaron para llegar a mi. Que Logan Landon había intentado engatusarme con promesas idiotas.
—Iré a hablar con Nick. Trata de descansar un poco, estás bien.
Deje un beso en su frente y me marché apagando las luces para que pudiera descansar.
Del otro lado del pasillo solo se encontraba Nick. Avance hacia el, sentándome en una de las sillas de metal a su lado. Sus ojos se posaron en mí, había rabia en ellos.
—Marcharemos rumbo a luna negra en unas horas, han cruzado la línea, atacado a un m*****o de nuestra manada. Es acto suficiente como para declararles la guerra.
Negué con la cabeza suspirando.
—Ellos nunca cruzaron a nuestro territorio Nick.— Me miró con expresión extrañada.— Summer se distrajo con un sonido del otro lado y cruzó sin darse cuenta. La drogaron en ese momento, camuflaron su aroma para que llegase solo al linde y no a territorio neutral. Estoy pensando que Logan solo quería provocarme para cruzar la línea y así llevarme a la fuerza.
Una expresión entre confusa y enojada se instaló en su semblante. Podía sentir los engranajes de su cabeza a toda marcha, de seguro creando hipótesis que se encargaría de verificar el mismo.
Mordió su labio queriendo decirme algo, podía notar que algo lo detenía. Sin embargo abrió su boca y habló.
—Es muy sospechoso, no sabemos a ciencia cierta quién, pero hay alguien informando nuestros movimientos. Summer es una buena guerrera, está bien entrenada, me parece anormal que se haya pasado por alto algo tan importante como cruzar a otro territorio, por distraerse.
Intenté no sentirme ofendida por aquel comentario, no lo logré del todo. Sin embargo Nick estaba dejando de lado las relaciones, para pensar como un verdadero Guerrero cuidando a su manada.
—Todos cometemos errores, quizás la rociaron con la Verbena antes de cruzar. Son muchas posibilidades, sin embargo pongo mis manos en el fuego por Summer.
Baje la voz lo mas que pude, no quería que ella escuchara la conversación. Nick pasó las manos por su cabello y suspiró.
—Lo se, crecimos juntos Ner. Sin embargo todo esto es muy extraño.— Se paró del asiento caminando rumbo a la salida, lo seguí sabiendo que este no era el final de la conversación.— Da igual, Damián llegará en unas horas. Le he informado sobre la situación, acaba de salir de Luna Azul. Llegara lo más pronto posible.
Luna Azul, una gran manada al Oeste del continente, en las montañas heladas de Selene. No sabia que demonios estaba haciendo el Alfa allí, sin embargo un gran sentimiento de ansiedad se instaló en mis entrañas Luego de tres años al fin conocería a aquel misterioso hombre con el que quizás tendría que enfrentarme a duelo. Deseaba que aquello no sucediera, amaba demasiado a este pueblo, a esta gente como para enfrascarse en aquello. Las leyes se respetan, sin embargo pueden ser flexibles.
—Bien, iré a tomar un baño. Si lo que dijo el Doc. es cierto en menos de una hora Summer estará como nueva. Los espero en la taberna?..
Todos los viernes solíamos reunirnos a tomar algo en aquel lugar, ya era un ritual sagrado para nosotros. No sabía si con lo acontecido en la tarde aquel plan seguiría en marcha.
—Si, creo que le vendría bien a Summer seguir con normalidad. Tendré tiempo de interrogarla antes de que llegue el Alfa también.
—Nick…
Le advertí, frenando al borde de los adoquines. Me dedico una sonrisa dejando un beso en mi mejilla juguetón.
—Tranquila, es solo para cerciorarme.
Se despidió marchando calle abajo rumbo a la casa de la manada, seguí el camino contrario rumbo a mi propio hogar. Aunque hubiesen pasado años prefería la soledad de mi casa antes de la casa principal, siempre llena de personas. No quería que nadie supiese que en ocasiones las pesadillas me hacían gritar tan alto que cuando despertaba mi garganta parecía rasgarse.
Al correr de los años se habían atenuado un poco, o eso pensaba mientras caminaba a paso apresurado.
Llegue a mi puerta abriendo con rapidez, llegue a mi amplia sala de estar rustica con maderos de pino y roble sobresaliendo. A paso tranquilo subí las escaleras llegando al único dormitorio con baño privado, quité la ropa llena de polvo de mi cuerpo y entré a la ducha dispuesta a darme un baño relajante.
***
La taberna estaba a reventar de personas cuando ingresé, la gente parecía más alegre y extasiada. Conversando sobre qué arreglos se pondrían mañana por la tarde en la celebración. Ameritando que quizás él vendría con una hembra colgada del brazo, marcada como suya, su igual.
Llegué a la típica mesa en un rincón, todos mis amigos ya se encontraban allí. Botellas de cerveza por doquier junto con comidas grasosas que me hicieron crujir las entrañas.
—Hola chicos.
Salude por lo alto sentándome junto a Nick, frente a mí se encontraban los Gemelos Dimitri y Dylan. A mi lado una Summer radiante y demasiado arreglada para ser casual. Le dediqué una sonrisa.
Se veía deslumbrante con su cabello rubio ceniza recogido en dos trenzas delicadas con flores de primavera a lo largo. Un vestido rojo de cóctel se adhería a su cuerpo delgado y esbelto. Sus ojos se encontraban delineados con Kohl en una espesa y viciosa línea oscura que hacía de su mirada caramelo un arma letal.
—Madre santa, estás hermosísima.
Se sonrojo, devolviéndome la sonrisa.
—Gracias, tu también.
Carcajee tomando un botellín de la mesa y empinándolo. Llevaba unos vaqueros negros ajustados, junto con un crop top de tela elástica color verde esmeralda. No estaba ni por asomo tan arreglada como ella, pero sabía que era bonita. Conocía mi valor, había aprendido a amarme.
—Hoy viene Damián, ese es el motivo por el que se ha arreglado de más. Lleva babeando por él años.
Dylan fue el que habló, había aprendido a reconocerlos por un leve cambio de tono en sus ojos verdosos.
Ante su declaración Summer le dio un puntapié por debajo de la mesa. Continuaron discutiendo un rato, sin embargo me giré hacia Nick. Esta noche se encontraba anormalmente silencioso.
No me miraba, al contrario tenía los ojos clavados en la puerta, con un botellín de cerveza suspendido en su mano, a unos centímetros de los labios.
—¿Qué está pasando contigo?
Susurre por lo bajo, escuchando de fondo la discusión entre los gemelos y una furiosa Summer.
—Nada, simplemente estoy escuchando lo que cuchichean en la manada.
Siguió sin hacer contacto visual, sabía que me mentía. Sin embargo cuando Nick se ponía de aquel modo no había plata que lo hiciera hablar.
Decidí seguirle la corriente.
—¿Quién se va a emparejar?, he escuchado algo de una fiesta mana en la tarde. Y algo de una mujer debajo del brazo.
Satisfecho con mi cambio de conversación me miró con una sonrisa, como si no hubiera pasado nada.
—Damián, todos estos años ha estado intentando encontrar su Alma. Una buena Luna para nuestra manada.
Fruncí el ceño, una Luna y el Alfa. Eso sería un gran cambio en mi vida diaria. Odiaba los cambios.
—¿Y la encontró?.
Nick apretó los labios.
—No, se ha rendido. Piensa que no hay nadie para él destinado. O que su alma murió mucho antes de conocerla.
Lo mire confusa, sin entender nada.
—Entonces, ¿cómo se va a comprometer?
—Ha decidido hacer lo que será mejor para nuestra manada. Una Alianza con Luna azul. Marcará a la heredera de Kallias mañana por la tarde.
Casi escupí el trago de cerveza que había estado tomando.
—¿Como que la marcara?.
Por mi cabeza pasaban imágenes de hierros candentes y animales siendo marcados en el lomo. Si acaso era algo así agradecía a la diosa el rechazo que había sufrido.
Nick carcajeo, llamando la atención de los tres acompañantes de nuestra mesa.
—¿No sabes nada de tu r**a?, cuando un macho encuentra a su pareja, o en todo caso elige a su propia compañera, la marca. Alargando los caninos siendo parcialmente bestia se muerde entre la clavícula y el cuello. Los demás licántropos pueden sentir, oler y hasta ver la marca sabiendo que esa hembra está emparejada. Y es intocable.
Joder.
—¿Y lo hacen frente a todo el mundo?, creía que era algo más íntimo.
—Los Alfas son quienes tienen más espectadores, los demás suelen celebrar una pequeña reunión con los más allegados.
—Madre santa, qué espanto.
Summer carcajeo a mi lado.
—Es algo por lo que todos solemos soñar, tanto hembras como machos queremos pertenecer. Si puede ser un acto de posesión, algo que no estaría del todo bien. Sin embargo, para nuestra r**a es un ritual especial y esperado desde la niñez. — me dedico una sonrisa radiante y observó a Nick.— ¿A que ha venido este tema?, ¿Quienes serán los afortunados?.
Quedamos todos en silencio, no sabía si aquello que Dylan había dicho sería cierto, pero a juzgar por el esmero que tenía Summer en su apariencia aquella noche, las palabras del macho eran ciertas.
Tome un trozo de pizza y me dispuse a mastica. Con la boca llena murmure entre dientes.
—El Alfa Damián se ha comprometido con la heredera de Luna Azul, será traída esta noche y mañana en la tarde se hará la celebración.
Su semblante cambió de un momento para el otro, aquella sonrisa dulce fue reemplazada por una mueca de dolor.
Quedé de piedra al ver sus orbes teñirse de rabia y odio. Junto con las lágrimas que intentaba retener.
Sin previo aviso se levantó de su asiento.
—Si me disculpan estoy cansada me marcharé a casa.
Quise seguirla al verla perderse en el gentío rumbo a la salida, el agarre cálido de Nick me frenó. Lo miré mientras él negaba con la cabeza.
—Déjala, si vas detrás de ella no hará más que lastimarte. Lleva obsesionada con Damián más de una década, irá a correr por los bosques en su forma Lupina y luego vendrá como si nada. Llena de esperanzas, ya lo ha hecho una vez y lo volverá a hacer.
Mire a los gemelos que asentían del otro lado de la mesa. Aunque sentí culpa les hice caso quedándome allí sentada. Dándole su espacio para reflexionar.
Estuvimos varias horas bebiendo y comiendo hasta que el estómago parecía que me iba a reventar. Satisfecha le robe un cigarrillo a Nick de los labios dándole varias caladas.
Nos sumergimos los cuatro en una charla sobre tácticas de combate, nuevos entrenamientos para los guerreros y alguna forma de influir en las mujeres para que quisieran entrenar. En una escala de diez sólo dos se volvían guerreras. Las demás se quedaban en casa, cuidando el hogar o atendiendo a las crías. Veníamos intentando reclutar más chicas desde que llegué, tuvimos un avance pero nada escandaloso.
Parecían tener miedo de salir de lo cotidiano, así sus parejas las impulsaran a luchar, había familiares que querían mantenerlas con las correas cortas. Íbamos a terminar con aquello pronto, quizás con la ayuda del alfa como vocero seríamos tomados más en cuenta.
Hice una nota mental de hablar aquello con el Alfa cuando pasara el furor de su compromiso.
Me encontraba perdida en mis pensamientos cuando Dimitri jadeo.
—No puede ser.
Al seguir su mirada divise a Summer entrando a la taberna, si antes llevaba un vestido de cóctel ahora se encontraba vestida para seducir.
Había cambiado su sobrio atuendo por una falda brillosa color n***o que le llegaba unos cuantos centímetros por arriba de las rodillas mostrando una gran porción de piernas morenas, encima y completando el atuendo un pequeño top dorado por debajo de los ceños amarrado al cuello con una cadena dorada, dejando la espalda descubierta.
El cabello se encontraba suelto. Más maquillada que antes, varios machos no pudieron quitarle la mirada de encima.
Se me formó un nudo en el estómago, Que estaba intentando hacer?. Esta vez no hubo sonrisas cuando se sentó, ni siquiera una mirada. El rostro permanecía serio, libre de cualquier sentimiento. Su mirada me erizó los vellos, había un deje de peligro, quizás locura allí.
Jamás había visto a Summer de aquel modo.
Antes de que pudiese hablar se escuchó el sonido de varios coches fuera del establecimiento. Supe quién había llegado cuando cada macho y hembra se hicieron a un lado dejando un espacio libre en el salón que conducía a nuestra mesa, a donde el Beta se encontraba a mi lado.
Cuando el sonido de pisadas cercanas se hizo escuchar todos se levantaron de la mesa, hice lo mismo.
Al momento de que el hombre más hermoso que jamás había visto ingresó por las puertas. Con una chica exuberante de cabellos negros y piel blanquecina colgada del brazo.
Entendía el enamoramiento de Summer, aquel hombre alto y fornido era hermoso. De ojos amarillos de depredador. Cabello rubio y piel bronceada era todo lo que se podía desea.
Caminaba como si el mundo entero fuera suyo, dirigiéndose directo a nosotros.
Cuando apenas unos metros nos separaban su aroma llegó hasta mis fosas
nasales.
EL pulso se disparó, el cuerpo comenzó a vibrar cuando el vínculo encajo en mi de la forma que no lo hizo con Loga.
Una sensación intensa me abrumó dejándome sin aire, queriendo matar a la chica que se colgaba de aquel hombre fornido.
Supe el instante en el que me olió, cuando sus ojos se clavaron en mí como si nadie más existiese a nuestro alrededor. Sus ojos cambiaron al color carmesí, los míos picaron detrás de mis párpados..