Doble lealtad

1159 Palabras
—Adios señor De Luccas— dije mientras cerraba la puerta atrás de mi, mis pasos dejan un eco mientras camino, con mi cabeza en alto y todos mirando mi forma de caminar mientras las puertas del ascensor se cierran, veo la hora en mi reloj de mano y suspiré, solo quiero salir de aquí ya... Las puertas se abren y la recepcionista solo me observa —Si el señor necesita algo encárgate tu, por favor— ella asiente y me abren las puertas del edificio y salgo. El sol me golpea mi rostro y un taxi me espera afuera. —Buenas tardes, por favor la calle 52 del paradero 3— el señor asiente y yo ignoro las llamadas en el teléfono, lo apago y observo los altos edificios y las personas marchar. —Llegamos— dice el taxista, asiento mientras le cancelo, abro la puerta y mi tacón es el primero en salir, miro para todos lados mientras acomodo mi traje, camino un poco mientras saco las llaves de mi casa, la abro y mi mirada barre todo alrededor, dejo las llaves en la mesa y quito mis tacones, camino para la cocina para servirme una copa. —¿Tan temprano y bebiendo?— una voz ronca aparece de la nada y yo solo levanto mi copa —Hola padre— digo mientras me bebo el último sorbo —¿Mal día?— preguntó el, me giro mientras juego con mi copa vacía —Ese maldito sabe jugar sus cartas, jamás va a dejar de ser un tirano y egoísta, es idéntico a su padre— escupo con toda amargura a mi padre, el cual se levanta mientras su sombrero está aún bajo, el eleva sus manos y lo acomoda, mientras que sus dientes aparecen en forma de sonrisa. —Tranquila pajarita, tu padre se va a encargar de el, pronto va a llamar y va a necesitar de mi. ¿Le diste mi contacto? —Si, ese malnacido va a saber lo que es sufrir, le di una oportunidad.. —¡¿Que?!— grito mi padre y yo lo ignoro —Le dije que puede hablar con la persona que hizo negocios su padre, así podría saldar su deuda— mi padre se acerca ami y yo me quedo parada.. —Eres tan buena como tu madre, por favor no seas débil como ella, y se fuerte como tu padre, que aprendió vivir sin su amor— golpeó la mesa mientras una lágrima corría por su mejilla, —Esa familia es egoístas y lo sabes, le has sido fiel a tu señor De Luccas, a pesar de querer matarlo. —Esa familia va a pagar caro, el maldito de su padre dejo todo a manos de mamá, y la policía iba tras de ella todo por sus negocios sucios, por su culpa mi madre esta muerta al igual que el.. Si tan solo pudiera cambiar algo y no dejar que mi madre se fuera en ese auto con ellos, ella aún estuviera aquí— me siento al recordar 5 años atrás, mi padre me levanta y limpia mi mejilla, —Ay mi pajarita, papá se va a encargar de ellos, y les hará pagar cada lágrima que tu madre derramó, y le haré pagar a tu señor De Luccas cada lágrima que tu has derramado por sus tratos, ¿Que hizo papá para poder crecer mas?— preguntó mi padre y yo sonreí sintiendo las lágrimas en mis labios —Morir, así todos pensaron que no nos deben nada, y enseñarle todo a su pajarita, hiciste negocios desde abajo y ahora eres El nuevo Sr Martinis, el jefe de la mafia— mi padre sonríe mientras que saca un tabaco para fumar —En mi casa no se fuma.. —Lo sé, solo quiero saborear su aroma— el se asoma por la ventana y me ve, mientras marca su ceja —¿Sabes algo pajarita?— yo asentí y el siguió —Estos años me han servido para seguir adelante, yo no quería que esto terminará así, pero no pude controlarme al ver a tu madre con los ojos cerrados y sin latidos, tu llorando en su tumba, y los malditos De Luccas felices porqué se libraron del cargo de tu madre, tu madre era mujer astuta pero muy buena. Admito que no fui tan leal y firme a ella, ya que la dejé trabajar, pero es que ella quería y solo quería su felicidad. Cuando la vi triste porque su adorado jefe estaba en aprietos por los Rodriguez supe que ella estaba enamorada de su jefe— Mientras mi padre hablaba puedo notar su dolor en cada palabra, su sonrisa al decir —Los ayude, los ayude pajarita— me dijo y continuó —Ella se puso feliz y me abrazó, me beso, y eso era lo único que le pedía a la vida, que ella fuera feliz... Pero ese maldito solo la utilizo, la culpo de todo ¿y que tuve que hacer yo?– mi padre suspira y se quita el sombrero —Limpiar su nombre, ella iba a dejar de trabajar para el porque se entero que el la culpo, y tu madre, ay tu madre— mi padre sonrió y me señaló —Ese día se vistió como la señora mía, y yo iba a su lado, pero me tuve que quedar a un lado para que ella pudiera hablar con el, subió a ese maldito auto y en cuestión de segundos una grúa se los llevó por delante... —Papá—Me acerco al ver cómo cayó de rodillas y lo abrazó —Ella esta en un lugar mejor, ella está feliz papito— me coloco de rodillas al igual que el, —Cuídate mi pajarita, daría todo lo que tengo para que dejes ese trabajo, pero eres igual que tu madre, quieres trabajar a pesar de que lo tienes todo... —Todo no papá, no tuve a mi madre en mi graduación, y solo tengo sus lágrimas y su sufrimiento en mi espalda, le haré pagar todo a mi señor De Luccas, ese maldito sabía todo, y aún así se quedó callado, el veía a mi madre suplicarle y no hizo nada— mi padre se levantó y yo igual. —El solo estaba bajo la influencia de su padre, tan solo tenía unos ¿23 años?– preguntó y yo asentí y sonríe —Y yo 18— lo interrumpi —una joven mujer que no sabe nada de la vida y que cualquier jefe quisiera tener.. —Pero han pasado 4 años pajarita ¿Que vas hacer?— me preguntó mi padre —4 años es mucho tiempo, le haces todo, es como si el no tuviera manos— me tire en el sillón y lo vi marcharse, –Cuando coloque una arma en su cabeza estos malditos 4 años serán muy valiosos para mi.
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