¿Y si te olvidé?

"Marí! Marí! por favor Marí despierta!, no me dejes solo Marí por favor!" La mujer, desorientada, comenzó a abrir los ojos lentamente mientras la luz le hacía sentir un dolor punzante en ellos, llevaban tanto tiempo en la oscuridad producida por sus propios párpados, que le costó acostumbrarse al cambio unos minutos. "Marí! al fin despiertas! me tenías tan preocupado". Logró distinguir al fin un rostro masculino del cual provenían aquellas palabras entre sollozos entrecortados. Era un hombre de rostro alargado y ovalado, grandes ojos castaños, comparables con el color de la miel, cubiertos por unas pobladas cejas a su vez bien perfiladas, su nariz era prominente sin llegar a ser exagerada y sus pómulos estaban marcados convirtiendo su rostro en un hermoso diamante, tenía unos labios de aspecto ternosos pero no demasiado carnosos, en definitiva, un hermoso hombre se estaba abalanzando sobre ella dejando caer el peso de su cuerpo delgado. "Quién eres?" preguntó confusa. No reconocía aquella figura, delgada y musculada, que tenía rodeándola en un abrazo. El hombre se separó asombrado y la miró a los ojos, "Marí soy yo, Gabriel", le respondió con una duda en los suyos. "¿Acaso no me reconoces?" el hombre parecía confuso y angustiado, ella sintió una punzada en el pecho al ver su angustiada cara. "Lo siento, pero no", le respondió mientras trataba de sentarse en la incómoda cama de hospital en la que se encontraba, sintió un dolor insoportable en la cabeza, seguido por otros en el brazo izquierdo, pecho y piernas. "Despacio por favor, no tengas prisa", el extraño le colocó una almohada en su espalda y la ayudó a incorporarse. "Sufriste un accidente de coche mientras volvías a casa, llevas inconsciente 2 días". La mujer, por una parte asustada, comprendió entonces los dolores que sufría. "¿Qué es lo último que recuerdas Marí?" "No estoy del todo segura", le respondió ella, tratando de encontrar recuerdos en su mente. "Mis padres ¿Donde están?" El hombre se quedó sorprendido, no entendía que estaba sucediendo con su mujer. "Espera, llamaré al doctor". El hombre salió de la habitación sin esperar a que ella le volviera a preguntar nada. Marí se quedó sola en la habitación sin entender la cara de sorpresa del que, por lo que le había entendido, se llamaba Gabriel, sabía que algo no iba bien y, el echo de que saliera con tanta prisa al nombrar a sus padres, le producía una desagradable sensación de temor. Tenía un último recuerdo que le había llegado de golpe a la mente al buscar recuerdos en ella, había sufrido un accidente con sus padres tras salir de la ópera, regalo de cumpleaños que le habían hecho, pues sabían que era una experiencia nueva que ella deseaba sentir, ella conducía y un hombre en dirección contraria se abalanzaba sobre ellos tras quedarse dormido al volante, tras ése traumático momento, no recordaba más nada. Gabriel entró de nuevo en la habitación siguiendo a una doctora. "Buenos días Marí, me alegra verte despierta, soy la doctora Noelia y nos has tenido a todos muy preocupados", la doctora apenas levantó la cabeza, concentrada en una carpeta que llevaba en las manos. "Doctora, ¿Dónde están mis padres? ¿Están bien? ¿Cómo están?" "Calma, calma", le pidió Noelia al ver que la mujer cada vez se alteraba más. "Marí, debemos hablar y para ello necesito que te tranquilices", le dijo mientras la animaba a que se recostara de nuevo empujándola suavemente con la mano apoyada en su pecho. Marí se temía lo peor."¿Qué es lo último que recuerdas?" Preguntó Noelia, esperando a que su respuesta le confirmara sus sospechas. "Mis padres y yo chocamos contra un coche al salir de la ópera de camino a casa ¿Dónde están mis padres doctora?" Marí solo esperaba escuchar una confirmación de que no corrían peligro, pero algo le decía que no era lo que iba a obtener como respuesta. "Marí", la doctora acercó un sillón, de aspecto cómodo y elegante, al lado de la cama y se sentó junto a ella, "verás, estás sufriendo un episodio de amnesia por el traumatismo que sufriste, sufriste un accidente al salir del trabajo y la situación similar te ha llevado al anterior, que sucedió hace 8 años". La doctora se paró por un momento, tratando de encontrar las palabras para explicarle lo ocurrido. "Marí, me temo que tus padres fallecieron en aquel accidente. Lo siento". Noelia le dió tiempo para asimilar toda la información. "Por lo que he podido comprobar, la amnesia te impide recordar todo lo sucedido en éstos últimos 8 años, es posible que con el paso del tiempo, los recuerdos comiencen a llegarte y a cobrar sentido, mi recomendación es que continúes con tu vida de la forma más normal posible, teniendo en cuenta, que deberás ser paciente, no sabemos cuánto tiempo tardarán los recuerdos en volver o, incluso, si en algún momento lo harán". La doctora la miró manteniendo un aspecto seguro y confiable, Marí no pronunciaba palabra alguna. "Marí, no te preocupes, yo estaré a tu lado", le dijo Gabriel agarrando su mano con suavidad. Marí miró a su derecha , encontrando de pié junto a su cama a aquel hombre que seguía sin recordar, retiró su mano incómoda, notaba en el amor brotando por los ojos al mirarla, pero ella no sabía quién era. Gabriel sintió un fuerte dolor en el pecho al sentir la distancia entre su mujer y el, fue entonces cuando logró entender la situación, su mujer, no tenía la menor idea de quién era. Marí dirigió su mirada a la doctora en busca de una respuesta, le daba miedo preguntar por quién era Gabriel, a pesar de no reconocerlo, algo le impedía decir ésa pregunta en voz alta. "Marí, éste es Gabriel". Marí miró al hombre sin saber que decir. "Gabriel, le importaría salir un momento por favor". Ambos salieron de la habitación y la doctora cerró la puerta tras de si. "Verá, éste es un momento delicado para ella, aunque bien es cierto que hay que intentar mantener la normalidad lo máximo posible, también es cierto que para ella será diferente que para usted, en pocas palabras, tiene 2 opiniones, hacer cosas con ella que les recuerde los momentos que han pasado o, éste es el momento de despedirse de ella y dejar que empiece una nueva vida, lamento ser tan franca, pero dada la situación, creo que es lo mejor". El hombre la miró a los ojos después de un momento de silencio, "la conocí en aquel accidente, en el que sus padres murieron, ella estaba en la habitación en frente de la de mi mujer, que en aquel momento había sufrido una operación por un derrame cerebral y se encontraba muy grave, nos consolamos el uno al otro, convirtiéndonos en grandes amigos, pasábamos horas a lo largo del día hablando de sus padres, de mi mujer, del trabajo, de la vida, en general, con el paso del tiempo, tras la muerte de mi mujer, ambos estábamos solos, a ninguno de los dos nos quedaba familia y, fuimos el consuelo del otro, la mujer que se encuentra en ésa cama, aunque ella no lo recuerde, es mi mujer, la que me salvó de la soledad más absoluta que se pueda imaginar y ahora, me toca a mi darle una parte de todo ése amor incondicional que me ha regalado éstos años". Noelia lo comprendió, "será difícil y duro, pero si ésa es su elección, estaré aquí para apoyarles en todo lo que esté en mis manos". "Gracias doctora, por el momento dígame ¿qué debo hacer?"