**DEBBIE** Al ver a Andrés, grité su nombre y corrí hacia él; no puedo perderlo. Él, al verme, hizo un gesto como si quisiera evitarme, y eso solo aumentó mi frustración. ¿Acaso pensaba que podía ignorarme? La tensión en el aire era palpable, y mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba a él. —¡Espera! —le grité, apretando los puños y acercándome más—. Necesito hablar contigo. ¿Sabes dónde está Tiffany? Andrés se detuvo en seco, y su expresión cambió a una mezcla de sorpresa y desdén. No quería que lo presionara, pero no podía dejarlo escapar. La desesperación me empujaba a ser más insistente. —No sé de qué hablas, Debbie. No tengo idea de dónde está —dijo, tratando de alejarse, su voz fría y distante. —¡No me mienta! Sé que la has visto. ¿Por qué no quieres ayudarme? Te jur

