Fueron horas las que pasaron hasta que finalmente vieron un pequeño humo a lo lejos, estaban por llegar a su destino.
El pueblo era un conjunto de casas que se perdía entre el medio del bosque, Bevery nunca había escuchado de ellos y era la primera vez que estaba tan cerca de hogares tan… Diferentes al castillo.
Soltó un pequeño jadeo cuando Gawain la dejo nuevamente sobre el suelo, dejando en claro que era momento que comenzara a caminar por su propia cuenta, el frio volvió a atacarla y sentía la necesidad de volverse a pegar a aquel grande cuerpo.
-Recuerda, hay que pasar desapercibidos.- soltó Gawain.- Les pediremos un lugar para pasar la noche y luego nos marcharemos ni bien salga el sol.-
Bevery asintió, sentía un poco de miedo por toda la situación, era como si ella fuera una especie de fugitiva, cuando en realidad era la alteza de todos los dueños de esas horribles casas.
-Deben estar todos dormidos, ¿Cómo haremos para entrar?- cuestiono.
Gawain no le respondio, solamente siguió caminando hasta la pequeña cabaña de la cual salía humo por la chimenea.
Se paro derecho y toco la puerta delicadamente.
Bevery, detrás de su espalda, fruncia el ceño esperando por alguna respuesta.
-¿Por qué tuvimos que venir a la mas chica de todas?- cuestiono en un susurro.
-Silencio Very.- dijo por sobre su hombro.
La puerta finalmente se abrió y un muchacho sin casi nada de masa corporal los recibió con una mirada extrañada, Bevery pensaba que nunca había visto a un chico de su edad tan flaco.
Gawain podría partirlo en dos sin mucha dificultad.
Antes de soltar una risa burlona, se escondio mejor detrás de su guerrero.
-¿Hola?- y su voz iba perfectamente para su cuepo, aguda y casi chistosa.
-Buenas noches, joven habitante del reino de Amaru.- exclamo Gawain.- Somos dos forasteros que buscamos un lugar en el cual podamos pasar la noche…- estiro.- Prometemos darle una muy buena recompensa.
El chico de cabellos rojos alzo las cejas sorprendido ante aquellas palabras.
Se corrió de la puerta y los invito a pasar.
-Pasen, deben estar muriendo de frio.- los incentivo a apurarse, Gawain hizo una pequeña reverencia y entro, seguido de la princesa, quien no dijo palabra y solo se limito a ver el interior de esa acogedora casa. Si es que asi se le podía llamar a un poco de madera construida en cuadrado.
-Lo estábamos, fue un camino muy largo.- siguió hablando el mayor.
-¿Y que paso con sus caballos? ¿Su carruaje?- cuestiono.
-Fuimos interceptados en el medio de nuestro viaje, no nos quedo nada.- mintió.
-Oh lo siento, Señor…-alargo, esperando que sus invitados dijeran sus nombres.
-¡Que olvidadizo de mi parte! Me llamo Sir. Thomas, y esta es mi comprometida Lady Rena.-invento.
Bevery lo observo rápidamente con el ceño fruncido, ¿Acaso inventar cosas y mentir estaba como parte de su entrenamiento como guerrero? Porque le salía perfecto.
Ella tuvo que fingir una sonrisa cuando el chico la observo, estudiándola.
-¿Y cual es su nombre? – volvió a hablar Gawain, intentando que el recién conocido no sospechara de la princesa.
-Mi nombre es Wave.- se presento.- No tengo ningun titulo, asi que solo Wave.- se encogio de hombros.
-Como esperaba.- susurro por lo bajo la princesa, solamente Gawain la había escuchado, haciendo que la observe con una fea mirada.
La princesa se acerco hasta la chimenea, buscando nuevamente un poco de calor, y al estar tan cerca de la luz, se dio cuenta en la pesadilla que se había transformado su tan preciado vestido de color rojo.
Sintio ganas de tirarse al piso y patalear, ese vestido había representado todas las cosas que le gustaban.
Pero ahora nadie lo recordaría, solo tendrían en mente esa horrible invasión que habían vivido y de la cual ella había huido en cuanto tuvo la oportunidad.
-¿Crees que tengas algo para que ella pueda cambiarse?- escucho a lo lejos como hablaban.
-Creo que si, mi hermana y ella deben compartir talle. Subire a ver que puedo encontrar. Ponganse comodos, en la mesa tengo unas galletas, no son muchas pero seguro ayudara a que retomen el color.- les regalo una pequeña sonrisa y los dejo solos.
Gawain también se acerco hasta la chimenea y puso sus dos manos cerca del fuego, buscando que vuelvan a tener movimiento.
-¿No podias decir que era tu hermana pequeña o algo? ¿Por qué tuviste que decir que nos íbamos a casar?- se quejo.
Gawain suspiro.
-Mira Rena.- intensifico ese nombre.- No es momento para tus berrinches, y por favor, se un poco mas humana, aquí no eres una princesa.- escupio.- no queremos que nos echen del único lugar que tenemos para pasar la noche.- escucho bufar a la menor.- Ademas, estas demasiado vieja como para que la gente crea que eres mi hermana menor.
Bevery lo observo con la boca abierta.
-Pero si tu pareces como de treinta.
-Tengo veinte, cielito.- dijo con burla, fingiendo una sonrisa.
-Díselo a tus arrugas, bebé.- copio su sonrisa, fulminándose con la mirada.
-¡Bien, aquí encontre ropa! Espero que te entre bien, mi hermana no tenia la excelente figura que usted tiene.- señalo a la princesa, entregándole la muda de ropa.
-¿Tienes un baño?- cuestiono, mirando a todos lados.-
-Si, al final de este pasillo.- señalo.- debe golpear bien la puerta para que se cierre, esta un poco vieja.- solto una risa, que no llego a contagiar a la muchacha.
Bevery salio caminando hasta lo que ellos entendían como baño, que para ella, no era mas que un pequeño pequeñísimo cuarto que daba tristeza.
Se saco el vestido, tardando un poco mas de lo esperado, ya que ella no se había sacado un vestido por ella misma en… ¿dieciocho años?
Suspiro, finalmente tenia puesto los trapos que le habían entregado. Se miro al pequeño y sucio espejo que colgaba de una de las paredes y volvió a sentir lastima por si misma.
Salio del baño y volvió a donde estaban aquellos dos hombres, Gawain ya tenia una muda de ropa diferente y la suya colgaba en una de las sillas cerca de la chimenea, para que se secara.
-Oh Rena, déjame ayudarte.- inmediatamente abandono lo que estaba haciendo para acercarse a la chica.- Esto no va así.- aprovecho la situación para burlarse de su alteza, quien no se había atado bien las tiras de su nuevo vestido para dormir.- Mira en que inútil de convertiste, ni siquiera puedes vestirte por ti misma.- susurro para que los dos escucharan.
Bevery sintió la mirada de Wave sobre ellos, lo entendia perfectamente. ¿Qué dama no se sabría poner correctamente un vestido? Exacto, la única tonta era ella.
Para no levantar sospechas, elevo su mano para acariciar la mejilla de Gawain y rio falsamente.
-Hey, basta de jugueteos. No estamos en casa. - dijo entre risas, Gawain la imito y se separo antes de que comenzara a sentir más raro la situación de la princesa acariciando su rostro.
-Si que son cercanos eh…- hablo Wave, sacándolos de su burbuja de miradas de odio.
-No sabes cuanto.- suspiro Gawain.
El dueño de la casa los rodeo en silencio, viéndolos de pies a cabeza, por un instante el guerrero pensó que había sido mala idea dejar su espada en algun lugar de la casa pero luego llego a la conclusión que no seria muy difícil de derribar a alguien tan difícil como aquel muchacho, por lo que lo dejo continuar.
-Casi que no la reconozco con esos trapos, su alteza.- al decir esa palabra, la pareja se vio sorprendido y Gawain ubico a la princesa detrás de él.
Perfecto, jodidamente perfecto. Eso era lo ultimo que necesitaba en su dia.
-No se de que hablas.- respondio Bevery.
-Oh, por favor. ¿Qué tan campesinos creen que somos? Sabemos como luce la princesa de Amaru, y la tengo frente a mis ojos.- sonrio, inclinando su cabeza en un saludo formal.
-Bien, por tu culpa nos descubrieron.- soltó Gawain.
La risa de Wave volvió a escucharse.
-¿Eso crees? Tu espada es la única entre todos los reinos con tanto filo como para atravesar a cinco hombres al mismo tiempo. Por supuesto que me daría cuenta que eras un guardia de la corona. Aunque esos cabellos tuyos te hacen parecer como un salvaje.- se rio.- Princesa, por favor, tome asiento.- señalo una de las sillas, Bevery sabia que ahora estaban en desventaja, y que tendría que hacer cualquier cosa que el muchacho quisiera.
Aunque sea hasta que el sol saliera y pudieran emprender su camino.
Trago saliva y bebio de la caliente bebida que le habían ofrecido, la cual, a pesar de la tensión del ambiente, hizo que su cuerpo se calmara completamente.
-Tiene unas hojas de una planta silvestre que ayuda a relajar el cuerpo, hara que pueda dormir incluso si no se trata de su real cama, su alteza.- se dirigio nuevamente a ella.
La princesa asintió y volvió a tomar otro sorbo.
-Bien, ¿Qué hay que hacer para tener tu silencio?- el tono de Gawain había cambiado, ahora se trataba de negocios.
Wave siguió caminando alrededor del guerrero misterioso. Desde el momento que había abierto la puerta se dio cuenta de la realeza que desbordaban los dos, era obvio que se trataba de gente del castillo.
Pero al ver esos azules e hipnotizantes ojos y ese cabello tan amarillo como el mismo sol, no supo que decir al estar frente a la princesa de Amaru.
Por el pueblo circulaban rumores de que era la joven mas bella que el mundo pudo haber conocido, que los dioses habían bendecido las tierras ese año con una criatura tan hermosa como ella.
Pero las palabras no le hacían ni un poco de merito a lo que era realmente la Princesa de Amaru.
-Quiero ser un guerrero.- termino diciendo.
Gawain solto una risa burlesca.
-No puedes estar hablando enserio.- rio.
-Estoy siendo completamente serio.- contesto.- Quiero un puesto como guerrero real.- soltó.- Me lo han negado por años por no ser hijo de nobles, y mis habilidades son cada vez mejor. Creeme, me necesitan ahí.- explico.
Su sueño siempre había sido pertenecer a esa gente, poder luchar con grandes trajes y ser recibidos por el pueblo como héroes.
-Eso es imposible, no podemos aceptar a un no noble como parte de nuestro equipo.- dijo Gawain.- Seria una burla para la corona.
-Entonces, creo que avisare a los vecinos que la princesa y su guardia real están buscando lugar para dormir.- amenazo con salir del lugar.
Bevery rodo los ojos y se levanto de su lugar, llamando la atención de los dos chicos.
-Bien, podras ser parte de los guerreros.- declaro.
Wave sonrio y dio un pequeño salto en su lugar.
-Gracias su alteza, no se arrepentirá su alteza.- repitió.
Gawain la observo y arqueo una ceja, perfecto, ahora había quedado como un villano por acatar ordenes que ella misma había impuesto.
-¿Qué?- se defendió de aquella mirada.- Despues de todo no se sabe cuando tu tengas ganas de dejarme en el medio del bosque, es mejor que este preparada.- se encogio de hombros.
-Esperen, ¿eso significa que ire con ustedes?- cuestiono feliz.
-Bienvenido a la aventura, guerrero Wave.- le sonrio Bevery, antes de quedarse dormida en la silla.
(…)