AMARU

CAPITULO 3

Bevery aun no se recuperaba de como era que se iban apagando el brillo en los ojos de ese señor que tanto la había protegido por años.

Ella había visto en primera fila como el filo de la espada lo atravesaba y aquel liquido rojo comenzaba a brotar por todas partes.

No queria volver a tener que vivir una situación como esa en mucho tiempo, pero desgraciadamente para ella, sus planes no iban a ir tan bien como pensaban.

Al salir del castillo, fueron perseguidos por mas invasores que querían sacarla de los brazos de su caballero.

Por suerte para ella, Gawain había sido el mejor en el campo durante años, no iba a ser tan fácil derribarlo, aunque estuviera pasando por una situación horrible.

Luego de que varios de sus soldados terminaran dando baja, pudieron salir corriendo y le perdieron el rastro a los malvados villanos cuando entraron al oscuro bosque.

La respiración de Bevery era acelerada, no recordaba la última vez que había tenido que correr tanto, los altos zapatos eran como agujas clavándose en sus pies y su vestido le estaba haciendo imposible la actividad de respirar.

Se arrepentía de haberle pedido a su asistente que ajustara su corseé hasta el límite, sentía que sus órganos estaban a punto de estallar.

Su precioso vestido estaba manchado con todo tipo de sustancia que aquel lugar le estaba dejando con todas esas ramas, esos troncos y todo el lodo que estaban pisando.

Era una completa pesadilla.

-Gawain, no puedo mas.- dijo agitada, poniendo una mano en su pecho para poder normalizar su respiración.

El muchacho la observó y suspiró, él había sido criado para ese tipo de huidas pero por mas que le había insistido a su padre que quizas, la princesa también necesitaba ese tipo de clases, fue ignorado y ahora podía sentirse orgulloso de saber que tenia la razón.

Pero no era el momento.

-Bien, descansemos unos segundos, creo que ya los perdimos de todas formas.- se apoyo contra el mismo árbol, acomodando el pañuelo de su frente y tratando de mantener controlados sus largos mechones.

Gawain solto otro suspiro, mirando al cielo a través de las copas de los arboles.

Su padre… había muerto.

Se había quedado solo en ese enorme universo, y con una de las tareas mas difíciles de la historia.

¿Cómo se supone que lo lograría? ¿Cómo podría tenerle respeto a la corona si era la culpable de que su padre este muerto?

Todavia no podía ver directo a la princesa sin sentir que se encontraba con la asesina de Louis.

Miro al camino que tenían que seguir, no faltaba mucho y si seguían con ese ritmo pronto saldrían a una ciudad donde podrían descansar, aunque sea por esta noche. Pero había varios problemas que tenia que solucionar, estaban solos en esto y no podía llamar a nadie para que los ayudara, no hasta que estén en el Reino de Smaug, como habían ordenado.

-¿Qué haremos Gawain?- pregunto Bevery, sacándolo de sus pensamientos. La princesa había parado de llorar cuando se le fue imposible correr y llorar al mismo tiempo sin quedarse sin aire.

Pero ahora, sus ojos volvían a verse vidriosos.

-Hay que buscar un lugar en el que podamos pasar la noche, Very.- respondio.

-No me digas Very.- refuño, arrugando su nariz, que estaba roja por el frio.

-Escucha.- se puso a su altura, mirándola fijamente.- No puedo decirte princesa aquí, estamos viviendo una invasión y nadie se tiene que enterar que tu eres la princesa. ¿Okay?- cuestiono.

-¿Acaso no viste mi vestido? Va a ser difícil ocultar quien soy.- dijo un poco graciosa, aunque por dentro estaba entrando en pánico.

-Seguramente consigamos algo mas desapercibido cuando lleguemos al pueblo.- contesto.- pero necesito que hagas las cosas fáciles para los dos.- trago saliva.- Lo importante es que llegues sana y salva a mi antiguo reino.- solto aire.

Bevery asintió, perfecto. Ahora tendría que fingir ser una aldeana que huia.

Los ojos de Gawain demostraban todo lo que él trataba de ocultar con sus palabras, como si estuviera concentrado en lo que tenían que hacer. Pero aquellos ojos no tenían ni un poco de brillo, lucían perdidos apagados.

Oscuros.

Y la princesa nunca había esos ojos color oliva tan tristes.

-Lamento mucho lo de Louis.- soltó, sorprendo al chico.- Te aseguro que una vez que las cosas vuelvan a la realidad, será reconocido como un héroe de guerra y pondré uno de sus cuadros en el castillo.- y ahí estaba denuevo la princesa que él conocía.

Rodó los ojos y se alejó, volviendo a caminar en dirección al pueblo.

Bevery se sorprendio al no recibir ningun tipo de respuesta y procedio a seguirlo, lo que menos queria luego de toda esa noche loca era ser comida por algun bicho raro.

-Siento mis pies congelados.- volvió a quejarse.- ¿Falta mucho?

-Puede que uno o dos kilómetros mas.- respondio, apartando las ramas de los arboles y logrando que estas golpeen en la cara de la princesa.

-¡Auch!- se quejo.- ¡Gawain ten mas cuidado!- ordeno. – Dios, no puedo creer que estemos pasando por esto.

-Te aseguro que en el castillo las cosas están yendo mucho peor, tienes suerte de que hayamos escapado.- dijo sin siquiera voltearse.

-¿Por qué Kreston nos esta haciendo esto? Crei que no teníamos asuntos con ellos.

Bevery escucho a Gawain suspirar.

-Y eso demuestra la poca atención que prestas en las reuniones con el consejo.- rodo los ojos.

-En mi defensa, ser princesa es tener que atender muchos temas diferentes. No puedes esperar que recuerde todo.- abrió sus manos ofendida, hablándole a la espalda de Gawain.

Luego de un largo silencio, Gawain volvió a hablar.

-Quieren las tierras para ellos, no están de acuerdo con el reinado de tu padre y aprovecharon esta oportunidad que el rey no estaba para atacar.- negó con la cabeza.- Y te lo adverti.- se dio vuelta.- te dije que ellos atacarían, que debías cancelar la fiesta.- exclamo.- ¡Mi padre estaría vivo!- termino gritando, con las lágrimas en sus ojos.

Bevery dio un paso atrás ante la intensidad de las palabras de Gawain, y sabia que estaba en lo correcto.

Pero no podía gritarle asi a su princesa y su futura reina.

¿Quién se creía que era? Ella es la que había sido sacada de su fiesta sin permiso, por esos malditos delincuentes y habían arruinado su noche.

-¿Qué clase de princesa seria si pido perdón por un error que ustedes no pudieron controlar?- cuestiono alzando su ceja, con completa arrogancia.

Gawain quiso estrangular a la princesa, pero en vez de eso, tomo aire, intentando calmarse.

-Él te crio, maldita sea.- escupio.

Bevery tomo aire y retomo su postura firme, desafiándolo con la mirada.

-Si tuviera que llorar por cada persona del castillo que me cuido y luego murió, no tendría tiempo para ser la Princesa de Amaru.- soltó.

Gawain negó con la cabeza, con una pequeña sonrisa histérica en su rostro y volvió a girarse.

Tenía ganas de dejarla en el medio del bosque, que encontrara sola el camino y él simplemente ir a llorarle a su difunto padre en algún bar cercano.

Pero claro, no había tenido el título de caballero real por nada.

Debía cumplir con su deber.

-Vamos, no volvamos a parar. La princesa necesita dormir.- hablo el guerrero.- No se por cuanto tiempo mas podremos estar con la luz sin que nos vean.- dijo señalando la antorcha.

Bevery asintió, cubriendo aun mas su cabeza con la capucha de la capa, intentando que el frio se detenga de esa forma, pero era imposible.

La fresca brisa la estaba matando, ya ni siquiera sentía su nariz o parte de sus manos.

Sabía que había enfadado lo suficiente a Gawain como para seguir jugando con su suerte.

Por más Princesa que ella fuera, Gawain era el que la estaba sacando de ese horrible lugar y su única llave para poder llegar sana a Smaug.

Luego de varios kilómetros sin frenar y sin compartir palabra alguna, generando un tenso y horrible ambiente entre los dos, Bevery se dejo caer, sus piernas ya no estaban respondiendo y el frio la inmovilizaba, no había forma de que pudiera seguir, el camino cada vez le generaba más frio y la oscuridad la estaba devorando. Necesitaba volver y acostarse en su cómoda cama, donde estaría calentita y sin temblar como un maldito perro.

Gawain escucho aquel extraño ruido y se giro rápidamente, soltando un bufido.

Otra vez.

-¿Y ahora que te sucede?- cuestiono, mirando a todas partes por si alguien los estaba vigilando.

Pero, ¿Qué iba a poder ver a esa hora de la madrugada? Era todo oscuridad incluso para su vista entrenada.

-Maldito estúpido, podrias mostrar aunque sea un poco de respeto hacia mi, sigo siendo tu futura reina.- dijo entre dientes, queriendo levantarse, pero le era imposible. Sus piernas pesaban el triple de lo normal y su vestido le estaba haciendo la vida imposible de muchas maneras diferentes.

-Lo siento, su alteza.- soltó con cierta burla.- ¿Le gustaría que le brinde mi ayuda? Veo que volvió a caerse, en un nuevo record de… tres minutos- rio.

-Te prohíbo burlarte de mi, Gawain.- lo fulmino con la mirada, sabia que al final de todo iba a tener que necesitar su ayuda, asi que simplemente estiro su brazo para que este lo agarrara.

Gawain rodo los ojos y la levanto, sosteniéndola de la cintura una vez que sus dos pies tocaban la tierra.

-¿Seguiras cayéndote hasta que acepte cargarte en mis brazos?- preguntó.

Bevery se sostuvo del pecho del muchacho, estaba… calido.

Ojala le hubiera resultado tan disgustante como pensaba, al contrario, sentía la necesidad de apegarse a él aun mas.

-¿Cómo puede ser que no estes congelándote?

-He sido entrenado, su alteza.- respondio.- podría sobrevivir incluso si me tiraran a los helados lagos de Tiamat.- rio.

La princesa lo observo mal.

-Enserio creo que esta será la ultima noche de mi vida.- suspiro dramáticamente.- no creo poder seguir.- confeso.

-No puedo dejarte aquí, Very.- afirmo.- Ven, no falta mucho. Podre contigo.- paso su otra mano por debajo de las piernas de la princesa y en menos de lo que pudo darse cuenta, ya se encontraba con sus pies en el aire, Gawain la estaba cargando con completa facilidad mientras que volvia a caminar.

Bevery sintió que podía volver a respirar cuando la calidad del muchacho la abrazo.

Si… Eso funcionaria hasta que llegaran a donde dormirían.

Donde las cosas se pondrían un poco locas para los dos…