Me enamoré de un imposible

Antes de que mi vida diera un giro inesperado, sentía que era una chica bastante particular, a mis 16 años estaba descubriendo el mundo. Y como toda adolescente tenía ganas de comerme el mundo a mordidas. A pesar de que me decían que fuera despacio, que no me precipitara, veía a mi alrededor chicas de mi edad que ya habían experimentado su primer amor, mientras tanto yo seguía soltera, de vez en cuando me ponía a pensar que quizás había algo mal conmigo porque los chicos no se interesaban en mí. Talvez era contraproducente ser la chica tímida del salón, la estudiosa, la nerd. Pero también era cierto que era algo atractiva solamente que escondía mi cuerpo con ropa bastante holgada para disimular mis pronunciadas curvas. Sucedió que en ese verano llegaron a mi pueblo un grupo de estudiantes que estaban en el seminario menor, ellos estudiaban para ser sacerdotes en la religión católica, los habían enviado a una especie de misión donde ponían a prueba su vocación. Esa tarde cuando lo vi quede impresionada casi inmediatamente nuestras miradas se cruzaron, aunque fueron segundos en los que nos quedamos viendo, hubiera querido eternizar ese momento, pienso que de ahí quede enganchada, hubo una fuerte atracción, un click. Note que siguió buscándome cuando me alejé para tomar asiento y perderme entre la multitud. No aparto su vista en ningún momento de mí y yo trataba de disimular un poco, además de que a la larga me fue incomodando que estuviera viéndome. Fue cerca de una hora en la que estuvimos en ese lugar escuchando el tema del que nos estaban hablando los seminaristas, pero en realidad a mi se me hizo que el tiempo transcurrió rápidamente, creo que era porque quería seguir viviendo a ese chico.