Cristine
Me sentía fastidiada, enojada conmigo misma, ¿Como era posible que tomará tanto? Golpee la pared ¿Cómo es que accedí a salir del antro con el? Bufé realmente molesta
Esto era demasiado para mi, era un tonta una completa tonta.
Mire el desayuno que estaba en el mueble, la comida se veía deliciosa pero no comería nada, nadie me aseguraba de que hubiera puesto algo en ella.
-Dejame salir- golpee la puerta varias veces, tenía que salir de aquí a como fuera lugar- William Adams sácame de aquí- amenace y la puerta se abrió, se había cambiado y su mirada mostraba enojo, el mismo que estaba segura de que mostraban mis ojos.
-Te he dicho que te callaras - tomo mi mano haciéndome quejar ante el dolor que proporcionó- ¿Qué es lo que quieres? - me arrojó a la cama sin piedad
- Quiero irme, déjame ir- me puse de pie rápidamente
-Me tienes harto, callate por una vez en tu vida- me grito y yo lo enfrente, tomé el jugo que me había dado y se lo arroje sobre su perfecto traje n***o, su rostro reflejo la sorpresa sobre su rostro acompañado de una mirada de enojo- ¿Te pasa?- toco su traje mojado
-Te dije que me quería ir- grite- O me dejas ir o te haré la vida imposible- lo empuje y sobre su rostro apareció una sonrisa
-Veremos quien pierde mas- se acerco a mi- ¿Quieres saber lo que es sufrir? Entonces así será- se alejo y cerró la puerta tras de él, me acerque corriendo e intenté abrirla pero fue en vano, estaba cerrada.
-Te odio- grite golpeando la puerta.
Pero no me quedo de otra, ya había buscado la manera de salir pero no encontraba ninguna oportunidad para salir de aquí, ninguna ventana o puerta que diera acceso a alguna parte de la casa.
Tome mi maleta y saque un cambio de ropa, entre al baño que estaba en la habitación continua y me di una ducha, trate de sacar cada rastro de enojo de mi cuerpo y al salir me vestí.
Cepille mi cabello y me recoste en la cama, había un televisor en la pared así que lo encendí, no había gran cosa pero aún así puse una película.
No se cuanto tiempo pasó pero el hambre se hizo presente, mi estómago comenzó a exigir comida y no me quedó de otra más que comerme lo que William había traído hace horas.
Estar encerrada no era nada divertido, había hecho de todo y nada a la vez, estaba cansada fastidiada de no poder salir y la noche llegó nuevamente, lo supe por la hora del reloj, la puerta se abrió y de nuevo el entró con una bandeja de comida, la dejó en el mueble nuevamente y se giro para irse.
-Estoy aburrida- mencione y el se detuvo antes de salir
-Tienes un televisor, en el estante de allá, hay algunos libros y juegos de mesa, usa lo que quieras- menciono antes de girarse de nuevo
-Quiero salir, ver la luz del sol, la luna, las estrellas, no quiero estar encerrada- mencione y el sonrio
-No es algo que puedas tener- lo mire molesta
-Eres tan idiota que nadie te quiere, Adriana jamás logró amarte y creo que ni tus padres te quieren- su semblante cambio y automáticamente me arrepentí
-Que mis padres no me quisieran y me abandonaran es asunto mío, en cambio Adriana aprenderá amarme y formaremos una familia - sus palabras salieron llenas de odio, pero yo negue
-Ella no te amara, ya tiene una familia, entiende que fue pasado y que ahora debes seguir adelante- trate de asegurarselo y el sonrio
-Te equivocas Cristine el pasado sigue presente y es algo que no olvidaré- me miro de una manera extraña que hizo que mi piel se erizara
-La venganza no es buena Adams - asegure
-¿Vas a decirme que hacer? - menciono burlon- ¿Vas a enseñarme a olvidar el daño? ¿Vas a quitar cada humillación que ella me provocó? ¿Vas hacer que mis padres vuelvan y aprendan amarme? - continuo y a mi se me formó un nudo en la garganta tanto que no me permitió hablar de nuevo- Eso pensé, no puedes hacerlo, nadie ha podido y nadie podrá- se acerco a mi- Entiendelo bien, mis planes no se cumplen contigo, mi propósito es llegar a ella- se alejo y suspiré por primera vez desde hace rato
-¿Y si te ayudo? - abrió sus ojos y rio un poco
-No hay nada que hacer Cristine, tu te irás en el momento que ella venga hacia aquí- salió de la habitación dejandome completamente confundida.
A simple vista Adams parecía un hombre fuerte, un hombre malo y frívolo que no le importaba dañar a las personas, pero cuando lo escuchaba hablar era como si algo de su pasado lo atormentara, como si quisiera algo más que una venganza hacia mi amiga.
Esa noche no pude dormir, me sentía inquieta tanto que no pude dormir ni aunque fuera una hora.
Tomé un libro y comencé a leerlo, cuando calló la mañana ya casi terminaba el libro pero seguía sin poder dormir.
La puerta se abrió de nuevo y el desayuno apareció en el mueble nuevamente, ni siquiera le puse atención, no quería hablar, me centre en el libro que tenía en mis manos y el se acerco.
-No has dormido nada- menciono mirándome y asenti
-No tengo sueño, no acostumbro a dormir en casas ajenas- respondí con sarcasmo
-Tendrás que acostumbrarte- sonrió- Tengo que ir a la oficina, te deje suficiente comida para cuando venga- se alejo
-¿Mis padres no han llamado?- levante mi mirada esperando una respuesta y el asintió
-Lo hicieron esta mañana, les mencione que ya habías llegado y que te comunicaría con ellos- se acerco a mi con mi celular en la mano- No quiero juegos- amenazó y asentí.
Tome mi celular y suspiré antes de marcar el número de mi padre, el timbre se escucho y unos segundos después respondió la llamada
-Princesa, ¿Todo bien? - pregunto y yo sentí un nudo en la garganta al escucharlo, quería decirle lo que pasaba pero no podía
-Todo bien papá, he llegado a Italia- mencione evitando la mirada de William
-Lo sé ese muchacho me lo dijo, por cierto su voz se me hizo familiar, ¿Es tu novio? - tosi un poco y lo mire asustada
-Es un amigo papá no pienses mal- lo tranquilice y el asintió- Tengo que dejarte debo entrar al hospital- mencione- Saluda a mi madre y a Victoria- agregue y el sonrio
-Gerardo está aquí- puse los ojos en blanco- Pregunta que cuando traerás a tu amigovio a casa- suspiré molesta, y frote el puente de mi nariz con la mano libre
-Papá dile a Gerardo que cuando tenga un novio será el más guapo del mundo y que claro que lo conocerán- puntualice la risa de William me hizo abrir los ojos y le di una patada la cual lo hizo quejarse un poco lo que me sacó una leve sonrisa
-Bien lo entendí- la voz de mi padre me sacó de mi lucha con William- estas ocupada con ese amigovio tuyo, me llamas cuando tengas oportunidad de hablar- negué aún sabiendo que no podía verme
-No es necesario papá, no estoy ocupada- asegure y el nego
-Como no, mi princesa por fin tendrá un hombre a su lado- sonreí ante sus palabras
-Hablamos luego papá- me despedí- Te amo papá, gracias por todo- sentí un nudo en mi estómago
-Yo también te amo princesa- termino la llamada y suspiré entregandole el celular a William
-¿Con que tu novio? - pregunto divertido
-No es tu asunto- mencione molesta
-Gerardo es por el que estabas así en el antro ¿Verdad? - lo mire antes de que la ira me invadiera y enojada le lanzará el libro directo a la cara.