Era el sexto día desde que María desapareció. En el pueblo, el escándalo crecía como fuego en rastrojo. Que la novia se había arrepentido. Que alguien la había raptado. Que Julio, humillado en el altar, había sido abandonado. Pero Meche no creía en habladurías. A diferencia del resto, no estaba enojada… solo preocupada. Conocía a María. La había criado como hija. Sabía que si había huido, era por algo grande. Algo que no podía decir. Y conocía a Ramiro. Conocía la mirada que le ponía a María desde hacía tiempo. Ese tipo de amor no pasaba desapercibido para alguien que ha visto tanto. Así que una mañana, se alzó antes que nadie, montó el caballo y cabalgó hacia donde el monte se cierra y los caminos son más rústicos. Lo siguió por pura intuición… y por fe. --- El hallazgo A la distan

