Amor a primera vista

La brisa que soplan los árboles es realmente refrescante, no hay nada mejor que el ambiente del campo. Sin tanto ruido y estrés, solo los árboles, flores, animales, junto a nosotros. Este ambiente siempre lo amo Cristiana. Ella amaba pasar la mayor parte de su tiempo en la hacienda perteneciente a su familia. Esto fue así hasta que se peleó con su padre. Su padre, un exitoso hombre de negocios, el cual siempre deseo que su hija estudiará Administración de empresas, para que fuera su sucesora en la empresa familiar. Ella estaba consciente del futuro que su padre había estado planeando para ella, pero cuando por fin pudo tomar el rumbo de su vida en sus manos, decidió hacer lo que su corazón le decía. Unos días antes de hacer su inscripción a la universidad, decidió por fin hablar con su padre, a pesar de las súplicas de su madre para que cambie de opinión, acerca de la carrera que había elegido para estudiar. —Hija, conozco muy bien a tu padre y no le caerá nada bien la noticia de que no vayas a estudiar lo que él ha estado soñando por tantos años. —Usted misma lo acaba de decir madre, eso es lo que él ha estado soñando por muchos años, no es mi sueño. —Nada te cuesta darle un poco de gusto a tu padre. Luego de escuchar aquellas palabras, Cristina se paró en seco volteo su mirada, tomo las manos de su madre antes de continuar hablando. —Madre, usted mejor que nadie sabe que siempre he vivido para complacerlos, toda mi juventud pase estudiando cada una de las cosas que me fueron impuestas, pero en este momento quiero tomar mis propias decisiones. Yo sé que usted tiene miedo por lo que la reacción de mi padre pueda generar, pero quiero que sepa que pase, lo que pase, yo nunca los voy a dejar de querer. Esas palabras, en lugar de tranquilizar a la madre de Cristina, la preocuparon aún más. Ella está convencida aquí en el momento en que su hija hablé con su padre, lo único que va a conseguir es que él le quitó todo el apoyo. Iban platicando mientras caminaban hacia el despacho que el padre de Cristina, tiene en su casa. —Hija, te lo pido una vez más, piensa bien las cosas, no me gustaría que tengas un enfrentamiento con tu padre. Estudia Administración de empresas y más adelante, si todavía te sigue llamando la atención la carrera de derecho, la puedes estudiar, cuando ya seas la directora de la empresa. —Mi decisión ya está tomada, no quiero retrasar las cosas. Cristina abrazo a su madre y acto seguido ingreso al despacho de su padre. Al ver a su padre sentado, con una expresión seria en su rostro, ella comenzó a dudar sobre su decisión, pero le basto unos segundos y tomar un poco de aire, para volver a conseguir el valor que tanto necesita en estos momentos. —Padre, disculpe que lo interrumpa, pero me gustaría tener una conversación con usted en estos momentos. El padre de Cristina, dejo lo que estaba haciendo, se puso de pie y se dirigió hacia donde se encontraba su hija, le indico que tomarán asiento. Cuando ya ambos se encontraban sentados, comenzaron su conversación. —Padre, en unos días tendré que asistir a las inscripciones en la universidad. —No sabes lo feliz y orgulloso que me siento debido a eso. Debido a tu grado de excelencia ni siquiera necesitaste hacer el examen de admisión. —Eso se lo debo a usted, todo este tiempo siempre me impulso a esforzarme para dar lo mejor de mí. —No todo el mérito es mío, el esfuerzo que tú le pusiste es lo que al final término brindándote, los frutos requeridos. Cristina volvió a tomar un poco de aire para poder continuar su narrativa y explicarle a su padre la razón por la cual le había pedido hablar. —Bueno, la cosa es… —Que imagino quieres que te acompañe para que te presente con los de la Facultad de ciencias empresariales. Ellos estarán tan felices al saber que mi hija estará estudiando en su universidad. —Padre, lo que quiero comentarle no es eso. Quiero comentarle que he decidido ingresar a la facultad de derecho. —Debes de estar bromeando toda la vida, hablamos acerca de que tú debes de estudiar a mí, eso es una empresa para continuar con el legado de nuestra familia y dirigir la empresa. —Padre, usted es consciente que durante todo este tiempo siempre he sido respetuosa de sus decisiones sobre mi vida. He tomado cada curso que usted me ha indicado y lo he realizado de la manera más satisfactoria posible. Aunque me cuesta mucho decirle esto porque sé cuánto usted ha deseado que yo estudié administración de empresas. La realidad es que ya no estoy dispuesta a permitir que nadie maneje mi vida. Es por eso que vengo a decirle, que he decidido estudiar derecho, eso es lo que me apasiona. El señor Montalvo comenzó a molestarse. Él había estado esperando con tantas ansias el momento en que su hija ingresará a la universidad. Daba por seguro el hecho de que estudiaría lo mismo que él. Le parecía increíble el hecho de que ella, se estuviera comportando de esta manera. —Para hacer una broma o impulso ya te estás pasando demasiado. Desde hace mucho tiempo sabías lo que debes de estudiar para poder llevar las riendas del negocio. —Padre, yo entiendo cuanta ilusión le hacía el que yo tomará su lugar en la empresa, pero no puedo hacerlo. El estudiar algo que no quiero, que no me apasiona, solo ocasionará que me sienta mal. No quiero vivir el resto de mi vida repitiéndome de no haber tenido el valor de defender lo que yo quería. —Por lo que veo estás decidida en llevarme la contraria, esperaba que todo se tratará de una mala broma, pero veo que están convencida de llevarme la contraria. Siendo así, solo me queda desearte que seas feliz, pero sin mi apoyo. Espero que no estés pensando que tu carrera la va a pagar mi trabajo, la empresa a la cual no quieres cuidar. Aunque las palabras de su padre le estaban causando un inmenso dolor y era consciente de que eso era muy posible. Su padre siempre ha sido un hombre de carácter fuerte al cual no le ha gustado nunca que le lleven la contraria. —Padre, yo lo amo y respeto mucho, pero si para cumplir mis sueños debo irme de esta casa y dejar de ser su hija ante sus ojos lo haré. Luego de decir aquellas palabras, Cristina salió del despacho de su padre con dirección a su habitación. Al salir del despacho de su padre se encontró con su madre que estaba esperando la para saber en qué había terminado su plática. —Hija ¿Qué ha sucedido? —Mi padre no comprendió el que yo quiera seguir mi sueño y es por eso que esta misma tarde dejaré la casa. —¿Cómo puedes hacer eso? ¿A dónde te irás? —Por el momento me iré al apartamento que mi padre me regalo para mi cumpleaños. Las escrituras están a mi nombre, así que no hay nada que puedo hacer para sacarme de ahí. Aunque solo estaré en ese apartamento mientras consigo empleo y dinero para moverme hacia otro lugar. —Hija, tu misma lo has dicho, tu padre compro ese lugar para ti, y está a tu nombre. Si no estarás en casa, al menos vive ahí. Estaré más tranquila sabiendo que cuentas con todas las comodidades. —Madre, con el dinero que tengo ahorrado, no me va a gustar para mantener ese lugar hasta que me gradué de la universidad. —No tienes que ocuparte de los pagos del departamento, yo pagaré todos los servicios, para que tú puedas vivir en ese lugar de manera tranquila. Cristina abrazo a su madre, a pesar de que agradece mucho el ofrecimiento que ella le hace, Cristina está decidida valerse por sí misma. —Madre, le agradezco mucho su ofrecimiento y el apoyo que me quiere dar, pero considero que lo mejor será que me permita valerme por mí misma. El irme de casa es solo el principio para conseguir lo que tanto quiero. No quiero que usted tenga problemas con mi padre por apoyarme. Luego de eso, Cristina le dio un beso en la mejilla a su madre y siguió su camino hacia su habitación. La señora Montalvo se sentía muy enojada porque su marido corrió a su hija de la casa. Ingreso a despacho de su esposo para reclamarle. —No puedo creer que estés permitiendo que nuestra hija se vaya de la casa. —Mujer, en estos momentos ella está teniendo un capricho, no voy a permitir de que me manipule. Estoy seguro de que dentro de pronto volverá pidiéndonos perdón. Y no solo volverá a vivir con nosotros, sino que también, va a estudiar lo que debe. La señora Montalvo conoce muy bien a su hija y ella tiene el mismo carácter que su padre, es por eso que se encuentra convencida que su hija no va a volver a poner un pie en la casa familiar. Luego de empacar sus cosas, Cristina tomo las llaves de su vehículo y se dirigió hacia su apartamento. Aunque tiene muchos miedos, está convencida de que logrará demostrarle a su padre que su sueño puede más que la terquedad de él.