Amor encubierto

POV Ian La prisa me va a matar, aún me falta hablar con mi tío del nuevo negocio y los nuevos socios, y la verdad es que no sé qué haré, necesito conseguir lo que él quiere y darle gusto en algo que para mí es absurdo. ¡¿Por qué no pedírselo a su hijo?! —Hermano. ¿Cómo estás? —Escucho cuando Tom inmediatamente me contesta el teléfono. Es mi hermano mayor, y la verdad es una de las personas que más admiro en esta vida. Me ofreció irme de nuevo con él a Dubái. Me dijo que me ofrecía trabajar con él, que no era lo mismo que ofrecía mi tío. Trabajar para él. —No creo poder ir, sabes lo leal que soy, y cuanto amo a mi tío. Él nos ayudó cuando más lo necesitamos —Cuando nuestro padre nos abandonó, mi tío fue quien se hizo cargo de mi madre y de nosotros. Sin embargo; la llamada no duró demasiado, ya que mi hermano tenía algo que hacer, así que nos despedimos, y ambos nos fuimos a hacer nuestro trabajo. Llamé a Daniel, mi chofer y amigo, para pedirle que me llevara a ver a mi tío y sus nuevos socios. Salíamos de prisa, pensaba que llegaría bien tarde y salí a la carrera, pero había un tremendo tapón y eso me hervía la sangre, le dije que buscara una brecha por la que entrar y saliera de allí. Estaba desesperado por llegar, y le di la orden de que acelerara, cuando por hacerme caso de repente escuché un BOOM, algo o alguien había chocado con mi auto, o mejor dicho, Daniel había atropellado a alguien. Del freno que tuvo que dar Daniel, llegué hasta el asiento de adelante, con mi cara plasmada en él. Salí corriendo fuera del auto, cuando la vi allí. Era una mujer, y ¡Qué mujer! La verdad es que estaba tan bella, pero se veía muy aturdida, al parecer venía a pie y sola, la tomé en brazos, la subí al auto y nos movimos con ella, para llevarla al hospital más cercano para que la pudieran evaluar. La prisa que tenía por llegar hacia donde mi tío, se me convirtió en la prisa por llegar a un hospital. Al llegar al hospital, los médicos atendieron rápidamente a mi llamado. Se la llevaron para evaluarla, mientras yo me quedaba para dar declaraciones a los doctores, obviamente no diría qué pasó, no me iba a meter en líos. Les conté que se cayó y se golpeó en la cabeza, y que era prima de mi chofer, el cual me miró negando indignado, ya sabiendo como me la gasto para decir mentiras bien fáciles. Con la información que les di, me dejaron en paz, y yo decidí quedarme hasta saber cómo estaba la chica. Olvidándome por unos instantes que me dirigía a ver a mi tío y cerrar un negocio. °°° Una semana antes… POV Mariana. —Si no me crees capacitada para esto, te juro que te equivocas, soy tan capaz como tú —La rabia me consumía. ¿Como un compañero de años, que sabe que pasamos las mismas luchas, era capaz de recriminar mi trabajo y esfuerzo, solo porque soy el sexo débil? ¡Supuestamente! —No digo que no seas capaz, pero este no es un trabajo para ti —Él seguía colmando mi paciencia, y yo no le iba a permitir ganarme, solo por ser como es. —Basta, ustedes dos bájenle —El jefe se interpuso entre ambos, el pleito llevaba horas y al parecer si no se metía él, seguía horas y más hora. Ninguno de los dos quería ceder, y yo no lo iba a hacer jamás. —Usted me dio el caso a mí. ¿Por qué él viene ahora a interponerse? —dije con todo él respecto del mundo que él se merecía por ser mi jefe, el cual se nos enseñó en la academia de policías. —Yo lo sé, agente Ávila, pero si él quiere pelear por el puesto. Dejémosle que presente su base para ello —Era increíble lo que él decía, pero si Marcos quería pleito, eso tendría. —¿Quieres pelear por el puesto? Hagámoslo —Lo miré fijamente a los ojos, se vio tan intimidado que me dio pena por él. Pero no dejaba de burlarme. Yo sabía que, si el jefe me dio este caso, era porque me consideraba capaz de hacerlo. Y no le iba a fallar. —¿Cómo lo harían? —Volteé a ver al jefe y me di cuenta de que él más que nadie estaba disfrutando de la situación ¿Y por qué yo no también? —Si me permite, tengo una idea —Yo sé que sería muy loca y arriesgada, tanto que era un 50/50 podía perder el caso, pero igual lo quería intentar —. Que ambos busquemos la manera de entrar en la empresa, o en la vida de alguno de ellos, el primero que lo logre, se queda con el caso —Ambos me miraron como si yo estuviera loca, pero la verdad es que mi idea era muy buena, y estaba segura de que iba a funcionar, no negaba que él era buen policía, pero yo sería mejor. —Me parece una pelea muy justa, y fácil—El jefe se paró de su silla, abrió la puerta y le pidió a su secretaria que entrara. Cuando ella llegó, llevaba los respectivos papeles que debíamos firmar, donde se informaba del caso que llevaríamos a cabo, de los riesgos que supone y demás papeleo. Diciendo que ambos estamos de acuerdo con las cosas que pasaran, cualquier incidente o cualquier altercado. Luego de firmar, él nos indicó que debíamos presentarle un plan por escrito, para buscar las estrategias de como lo íbamos a hacer, él no lo iba a aprobar, solo iba a revisar, para así buscar al personal que nos podría ayudar, y debía hacerlo rápido, para poder ganarle a Marco, él sabía jugar sus mañas, pero al igual yo. Fui la única mujer seleccionada para esto, y eso traía algunas otras chicas con una envidia de madres, pero para ser sincera eso a mí me valía. Yo solo me quería enfocar en lo que debía hacer. Así que salí de allí, fui a mis entrenamientos y luego pensaba ir a mi casa para redactar lo que se me había ocurrido y entregarlos al otro día de ser posible.