POV Mariana Entre a la oficina y como siempre allí estaba Lydia. La saludé y seguí derecho a la oficina del jefe. El jefe Estaba envuelto en papeles, y no fue hasta que tosí para que se diera cuenta de que yo estaba allí. Y que debía subir la cara y verme. —Te ves bien, te sienta estar casada—un jefe que amaneció medio contento y sarcástico. —Si, y a usted la edad—me miro con cara de “Repite eso”—. Le traje un regalo. —No me gustan las prepago—y seguía con los chistes. —Pues qué lástima, porque justo les traje varias—Me miro con cara de asombro, sin saber qué pensar. O si me había vuelto loca —¿Al fin lo tienes? —se veía feliz, pero no, no tenía nada de lo que él se refería. —Lo lamentó, a ellos no. Pero si esto—le pase mi celular con una foto del documento que tenía allí. Justo l

