Ay no...

828 Words

La regadera comenzó a sonar con fuerza, su sonido resonando incluso más allá de la habitación, como un eco que atravesaba las paredes de la mansión. Cada gota que caía a la bañera parecía tener un impacto profundo, rompiendo la tranquilidad del lugar mientras golpeaba el agua acumulada. Pero, para sorpresa de Corito, el agua en la bañera no era lo que ella esperaba. En lugar de ser cálida y acogedora, el frío extremo había hecho que sobre la superficie se formara una fina capa de hielo que se rompía con cada gota que caía desde la regadera. La pelirroja, aún de pie frente a la enorme tina, observaba con una mezcla de temor y desconfianza. Había algo intimidante en el frío cristalino del agua, que reflejaba la luz de la habitación con un brillo cortante, casi como si le advirtiera que aquel

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