Valentino apuró el contenido de la copa al beber sin apartar la vista de Adrik. Su expresión permanecía seria, pero un comentario de uno de sus acompañantes lo obligó a desviar la mirada. Se apartó con elegancia y cautela, saludando brevemente a algunos caballeros antes de dirigirse hacia Bianca.
Ella lo recibió con un abrazo cálido, al que él respondió con una sonrisa complacida.
—Tu padre estuvo buscándote —dijo su madre en un tono contenido, aunque su mirada inquisidora lo escrutaba con seriedad— Habló incluso con el tío de Bianca para que fueran por ti, pero él insistió en que no romperías tu palabra ni el acuerdo. Aseguró que debías estar atendiendo asuntos serios. ¿Qué hacías que tardaste tanto?
Valentino giró levemente la cabeza hacia ella. Era una mujer alta, de elegancia impeca
