bc

Relatos Eróticos (Bl-Gay)

book_age18+
7.1K
FOLLOW
40.5K
READ
sex
badboy
drama
bxb
bisexual
cheating
enimies to lovers
friendship
turning gay
like
intro-logo
Blurb

Andy tuvo sexo con el hermano de su novia en el estrecho baño de un cinema mientras ella dormía.

Thony fue tocado durante la noche por su mejor amigo hasta que no pudo evitar separar sus piernas para él.

Dan tuvo la mejor noche de graduación con dos universitarios a la vez en un armario.

¿Qué tienen en común estos chicos? Que saben aprovechar las oportunidades, sobretodo cuando cuando involucran a dos o más personas.

En esta obra encontrarás una recopilación de relatos eróticos para obtener un poco de calor en las largas noches de soledad. Los relatos incluyen temas como: Infidelidad, BDMS, tríos, Doble-P, exhibicionismo, lencería, etc.

* Todos lo relatos son de mi autoría. Disfruta ;)

chap-preview
Free preview
Ma princesse Andy
Me encontraba caminando con desesperación de un lado a otro bajo el árbol situado en el parque donde se suponía que Amber, mi novia, había decido que nos encontráramos esta tarde. Llevaba más de una hora marcando a su móvil pero de inmediato me enviaba a la contestadora. Mi humor estaba empeorando, eso estaba más que claro. — ¿Dónde rayos está? —murmuré, chequeando la hora por enésima vez. Me dejo caer con fastidio al pie del árbol, cierro mis ojos y apoyo mi espalda contra el tronco. Llevamos saliendo ya dos maravillosos años, pero últimamente estoy teniendo ciertas dudas sobre si realmente me es fiel. Abro mis ojos y veo la silueta esbelta de Amber caminar con prisa en mi dirección, sonrío instintivamente pero mi sonrisa desaparece al ver que no viene sola, una figura masculina le pisa los talones muy de cerca. — ¡Mi amor!, en serio que lo lamento, pero mamá ha tenido un inconveniente de última hora y he tenido que esperar a que mi hermano llegase de la universidad. Al decir lo último, mi vista vuela de inmediato al chico que la acompaña. Era más alto que yo, como de 1.87, cabello oscuro, ojos hazel, piel blanca y en forma; además, vestía jeans negros rasgados y una camiseta blanca sin logo bajo una chaqueta de cuero negra. Era totalmente opuesto a mi novia con su cabello rojizo, ojos azules y muy bajita. Imposible que sea su hermano. — ¿Y él quién es? —pregunto, señalándole con la cabeza. — Él es mi hermano, Ian. Se ha mudado con nosotros hace un mes, papá tiene demasiado trabajo en Francia. Sus ojos esmeralda me escudriñan de arriba a abajo sin ningún reparo. Me muevo incómodo al sentir su penetrante mirada estudiarme como a un libro nuevo y, al notarlo, me lanza una sonrisa misteriosa. Pasamos la tarde charlando sobre cosas triviales, por mi parte aún me seguía sintiendo incomodo ya que la mirada del hermano de mi novia, Ian, parecía perforarme el cuello mientras Amber ignoraba por completo este detalle. Al despedirnos, Amber me comenta que, como su hermano es extranjero, debe cuidar de él y tratar que se adapte al nuevo lugar, lo que significa que nos acompañará en nuestras próximas salidas. Vaya mierda. Me despido como de costumbre (de beso) con Amber y con asentimiento con su entrometido hermano. *** — ¿Esto es en serio, Amber? —pregunté a mi novia, al otro lado de la línea— Parece que sales con él, no conmigo. Se escucha un suspiro y sé que la estoy fastidiando, lo cual es bueno ya que yo llevo de ese modo desde hace poco menos de un mes. — Ya te lo he dicho, Andrew. No puedo salir si él no viene conmigo, ¿Quieres ir al cine? Tendremos que llevarle con nosotros, no hay más. Tiro de mi cabello con frustración y niego lentamente. Por culpa de un chico nuestra relación se irá al carajo. — Entiendo —dije un poco más calmado—. En ese caso, puede venir con nosotros. Escucho una exclamación de alegría y entonces sonrió. Ella es única. — Muy bien, estamos listos en media hora. Te amo. Respondo un te amo, al igual que ella, y corto la llamada para empezar a vestirme. *** — ¡Andrew!, bebé, gracias por aceptar —Amber se abalanza sobre mí y reparte besos por mi rostro—, no sabes cuánto te amo. Seguimos enrollándonos un poco, hasta que un carraspeo nos interrumpe. — Basta de besuqueos. La función está por comenzar. Nos separamos de mala gana y entramos a la sala luego de que pagamos las entradas, las cuales salieron de mis bolsillos. Nos ubicamos en los últimos asientos de la última y antepenúltima fila que se encontraban totalmente solas gracias a lo poco llamativo del filme; Amber se sienta a mi izquierda y el idiota de su hermano atrás de mí. La película empieza luego de unos minutos de comerciales. Se traba de esas películas estúpidas de romance y esas cosas, la verdad es que Amber la eligió y como ya era mucho tiempo en que no salíamos juntos, lo dejé estar y ahora estoy aquí, aburrido y viendo una porquería romántica. — Estoy aburrido —susurro en su oído. Ella me ignora y mete otro bocado de palomitas en su boca—. Desearía que lo que te metes en esa boca fuera algo más grande. Se queda a medio bocado y me mira con incredulidad, entonces recapacito y caigo en lo que cabo de decir. — Lo siento —vuelvo a susurrar—, pero desde que llegó tu hermano no hemos tenido sexo y....no soy de cartón, sabes. Me mira durante unos segundo y luego vuelve a fijar su vista en la enorme pantalla de la sala. Suspiro resignado. Necesito sexo, lo necesito ahora. Veo que la corta falda que Amber viste deja al descubierto muy buena parte de sus muslos, entonces con mucho cuidado trato de meter mano, pero ella me da un golpe y se gira a verme molesta. — Ya basta, Andrew —masculla— ¿tienes problemas de abstinencia? Pues mira porno. Me lanza una última mirada de advertencia y se vuelve a girar. Suspiro derrotado y me acomodo en mi butaca, respetando su decisión. — ¿Problemas de calentura? —susurra una voz masculina y con un toque de acento extranjero en mi oído— Qué pena. Apreto mis puños y decido ignorar la voz de Ian. — ¿Te han enviado a ver porno? —suelta una risa— Qué patético. Me giro de forma discreta para que Amber no se entere y lo masacro con mis ojos. — ¿Tengo que recordar quién ha pagado tu entrada? Ahora, cierra la puta boca. Por primera vez desde que estamos en esta sala me dedico a ver la película, no es absolutamente nada interesante pero es mejor que seguir escuchando las burlas de Ian. — Psss —Sisean en mi oído. Ignoro el sonido porque sé de quién se trata—. Cuñado en abstinencia.... puedo prestarte unas cuantas revistas si deseas —se burla—, las páginas están un poco pegadas pero no creo que te importe mucho en vista de tu situación. No me giro. Sólo le ignoro. — ¿Me vas a ignorar? Sólo trato de hacer amigos. Hago oídos sordos. — ¿No te importa? Como no me prestes atención, te arrepentirás. Yo también puedo aburrirme. Sigo haciendo oídos sordos. — Muy bien... Vous l'avez voulu, Andy*. [*] Tú lo has querido, Andy. Frunzo el ceño al oír su comentario, el cual no he entendido en su totalidad, pero entonces siento como una mano se desliza lentamente por mi muslo, con tacto suave, determinado y provocativo mientras sus dedos se dedican a trazar figuras inexistentes sobre mis jeans rasgados. ¿Pero qué...? Aparto la mano con brusquedad pero de una manera sutil para que Amber no note nada extraño en mi comportamiento. Cerciorándome primero que mi novia seguía embobada con la película, me giro levemente a ver a Ian, quien sonreía con picardía dejando ver un par de hoyuelos en sus mejillas. — Deja de hacer estupideces, imbécil —ordeno en susurros. Levanta ambas palmas en son de paz y me mira inocente. Vuelvo mi vista al frente. Había transcurrido alrededor de un minuto cuando siento de nuevo su mano, con la diferencia que ahora no tocaba mi pierna, sino acariciaba con lentitud la curva de mi cintura sobre mi camiseta y sudadera. Aparto su mano pero casi de inmediato ataca de nuevo, palpando y acariciando sin temor. Me disponía a girárme y darle un puñetazo, pero Amber se gira a verme. — ¿Te las vas a comer? —pregunta, señalando mis palomitas. Niego, tratando de disimular que Ian lentamente levantaba el borde de mi sudadera—. Esta película está aburrida —se queja en un suspiro. Las toma y vuelve a centrarse en la película, con la diferencia que ahora engancha su brazo con el mío y apoya su cabeza en mi hombro. Trago grueso al sentir el suave calorcito de aquella palma a través de la delgada tela de algodón de mi camiseta; sus dedos juguetean con sutileza proporcionando lentas caricias abrasadoras que ascendían y descendían en mi cintura. Me remuevo con incomodidad y Amber se apreta más a mí. Quería girárme y gritarle a Ian que pare, pero no podía ya que si hacia un simple movimiento en falso Amber lo notaria y no podía decirle "tu hermano me está tocando" así como si nada, sería una muerte lenta a mi orgullo. Aquel tacto intruso se desplaza hacia mi abdomen, en donde con precaución -para no alertar a Amber, seguramente- levantaba el borde de mi camiseta. Mi cuerpo se encontraba tenso en sus máximos niveles pero cuando la yema de sus dedos trazaron un lento recorrido desde mi ombligo hasta un poco abajo de mi pecho, una intensa corriente eléctrica invadió mi sistema, logrando poner mi piel de gallina y culminando hasta los lugares más recónditos de mi cuerpo. Tragué grueso y traté de retirar su mano, lo que fue una mala idea, pues al tratar de sacarla solo logré que se presionara completamente en mi ya sensible piel, causando otra descarga que se centró más en mis partes bajas. Joder. — Vaya, vaya...—susurró en mi oído, rozando sus suaves labios en mi oreja— Tienes la piel muy suave, como de terciopelo —seguido, desliza su húmeda y tibia lengua en el arco de mi oreja— Ces très chaud ici¹ —acaricia de forma tortuosa mi abdomen y muerdo discretamente mi mejilla— Et ici² —susurra, deslizando un dedo dentro de la cinturilla de mis jeans y chocando su cálido y mentolado aliento en mi desnudo cuello. ¹ estás muy caliente aquí. ² y aquí. Joder. Esto está yendo demasiado lejos. — Para. No estoy de broma —murmuro en su dirección, chocando mi mirada en sus hipnóticos ojos verdes— No olvides que tu hermana está acá y se puede enterar en cualquier momento como no saques tu asquerosa mano de mi ropa. Suelta una risa burlona y tira con sus labios del lóbulo de mi oreja mientras introduce dos dedos más dentro de mi jeans, por encima de mi ropa interior. — No se lo dirás, Andy. ¿Acaso quieres que tu novia se entere de que un chico, mejor dicho, su hermano, ha estado manoseándote durante la película? No, no, no... No es muy conveniente. Le sostuve la mirada durante unos largos segundos esperando encontrar una pizca de diversión en ellos, algo que me indicara que estaba de broma. En cambio, debido a que nos encontrábamos muy cerca el uno del otro, me proporciona una caricia con su lengua en la punta de mi nariz. Le lanzo una mirada ponzoñosa y me giro hacia el frente. — Sólo deja que te toque un poco...al final serás tú quién ruegue por más. Con sutileza se inclina un poco y sus labios se cierran sobre mi desnudo cuello. Doy un respingo en mi asiento y aprovecha mi descuido para deslizar su mano en mi otro costado, justo bajo el brazo de Amber. Sin miedos su mano se cuela bajo mi camisa y sube acariciando todo mi torso hasta llegar a uno de mis pezones, lo roza con la yema de los dedos, aprieta y pellizca mientras su mano se introduce un poco más en mi jeans. Cierro los ojos y siento como mi m*****o empieza a calentarse. — Están muy duros, Andy....—murmura contra mi cuello. Dándole atención a mi sensible pezón— ¿Te imaginas cómo sería tenerlo entre mis labios...? —me proporciona un pellizco y todo mi cuerpo vibra— ¿Mojarlo con mi saliva y morderlo lentamente entre mis dientes...? —muerdo instintivamente mi labio inferior— Estás muy ardiente....desearía sentir el calor de cuerpo desnudo control el mío... Me excitas como nadie. Lucho por encontrar el camino de salida de este bucle de erotismo que inunda mi mente pero se me hace más que imposible, caigo y caigo en un laberinto que ciega mis barreras en donde sus expertos dedos tirando de mi pezón, su mano acariciando mi vientre y su boca cerrándose contra mi cuello son la tortura más placentera que he experimentado. Casi sin quererlo un suave y profundo gemido abandona mi garganta y se pierde junto a las voces de los actores de la película de la cual ya había olvidado hasta el nombre. — Ian...p-para...—gemi sutilmente, aún con los ojos cerrados y mi m*****o apretando en los pantalones— P-por favor, para de una vez. Recordé la presencia de Amber y entreabri mis ojos, notando que ella tenia sus párpados totalmente cerrados. Me maldije mentalmente por la descarga de morbo y excitación que experimenté al ver que se había quedado dormida, a mi lado, totalmente ignorante a aquellas manos que exploraban mi cuerpo. La mano que permanecía inmóvil dentro de mi cinturilla empezó a moverse paulatinamente hasta que sus dedos tocaron la totalmente erecta cabeza de mi húmedo y apresado m*****o. Al sentir como un par de sus dedos trazaban círculos justo sobre el glande incliné mi cabeza hasta atrás, dándole más espacio a mi clandestino para poder hacer lo que se le antojara con mi cuello, ni siquiera podía poner resistencia alguna, ya no quedaba nada de mi cordura, toda se había perdido entre los graves gemidos que expresaba mientras besaba mi mandíbula sin prisas. — Estás muy duro...—pronunció muy suavemente y con voz grave— y muy...muy húmedo. Levanté mi pelvis rogando para que me tocara por completo, su mano entra con un poco de esfuerzo dentro del jeans, haciendo contacto completo con la longitud de mi m*****o y suelto un gemido ahogado, sus dedos se abrazan alrededor de mi pene y empiezan un tortuoso y placentero vaivén de atrás hacia adelante, logrando que todo desapareciera a nuestro alrededor. Sus movimientos se mantienen lentos pero muy seguros y firmes, sentía el pre-semen escurrir poco a poco de mi pulsante glande, sentía mis piernas adormecidas al igual que todo mi cuerpo y sin pensarlo mucho, moví mi mano con un poco de incomodidad hacia atrás de mi butaca hasta dar con el enorme bulto en sus pantalones que con dedos temblorosos me dediqué a acariciar sobre la tela del jeans. Ian tuvo que dejar de darle atención a mi cuello para apoyar su frente en mi hombro y gemir. — Dieu...Andy. Je veux baiser³ —murmura en francés, lo que logra ponerme más caliente aun. ³ Dios, Andy. Quiero follarte. Desabrocho sus jeans con su ayuda, debido a la posición, y bajo su bragueta, sonriendo mentalmente al encontrar un largo, húmedo y grueso m*****o totalmente erecto dentro de su bóxer. Lo rodeo con toda mi mano aun sobre la tela y me dedico a ascender y descender de forma tortuosa, con ayuda de mis dedos bajo la ultima prenda que separa mi mano de su caliente pene y lo tomo de nuevo, sin apuros, sintiendo como su liquido pre-seminal empapa mi palma que sube y baja mientras mi dedo índice se dedica a trazar círculos alrededor del glande y la uretra. — Ya no puedo más —masculla con la mandíbula apretada. Yo muerdo mi labio inferior imaginando de forma morbosa lo que puede llegar a pasar—. Por favor, por favor, Andy...—gime y araña mi cuello con sus dientes— Te necesito ahora. Miro de reojo a Amber y la veo más que dormida. Con mucho cuidado, deshago su agarre en mi brazo y la acomodo para que no se caiga. Cuando veo que aún no despierta, me pongo en pie y, luego de lanzarle una mirada cómplice a Ian, camino entre la fila de butacas hasta llegar al baño de chicos. Al llegar al baño el único chico que se encontraba dentro sale, quedando solo yo ahí. Me observo en el espejo y me sorprendo un poco al no reconocer al chico frente a mí. Me sentía sucio, tenía un chupetón en mi cuello y mandíbula pero se trataba más de un sentimiento que oscilaba entre la culpa, el morbo y la excitación. No era yo, pero me gustaba. La puerta se abre dejando pasar a un descolocado Ian con su cabello desordenado más de lo habitual y su rostro sonrojado gracias a la excitación. Sus ojos se prenden en los míos y camina a grandes zancadas hasta llegar a mí, donde al tenerme cerca sujeta la parte posterior de mi cabeza y junta sus labios con los míos en un intenso beso. Su lengua se abre paso entre mis dientes y separo mis labios para darle paso absoluto a mi cavidad bucal. Su lengua se enredaba junto a la mía de una forma bastante experta y erótica que erizó mi piel por completo, por lo que enredo mis dedos en su lacio cabello n***o, tirando de él y acercándolo a mí para profundizar el beso. Sujeta mis caderas con firmeza y me conduce hasta dentro de uno de los cubículos, escucho el sonido del pestillo al se puesto y entonces -muy a mi pesar- se aleja de mi boca para sentarse en el retrete, con la tapa baja. Me mira de arriba a abajo y muerde su labio inferior. — Desnúdate —pide, mirándome fijamente con sus ojos en donde su iris era un delgado arco eclipsado por su pupila dilatada—. Desnúdate para mí. Completamente idiotizado por su mirar, me deshago de mi sudadera con rapidez, arrojándola al suelo y luego, como si tuviese todo el tiempo del mundo, sujeto con mis dedos el borde de mi camiseta y sin dejar de mirarle la deslizo lentamente sobre mi cabeza, disfrutando del roce del algodón en mi piel y endureciendo aun más mis pezones. Le miro totalmente excitado y me relamo los labios, jugando con el broche de mis jeans. — ¿Quieres que continúe? Algo se prende en sus ojos y, tomándome de la cintura, me obliga a arrodillarme en el suelo, justo entre sus piernas, y sin darle tiempo a decir nada saco de nuevo su delicioso y duro m*****o y lo masajeo de arriba a abajo. — ¿Quieres? —pregunto, juguetón. Él asiente frenéticamente— Muy bien... Saco la lengua de la cavidad de mi boca y la deslizo acunando su glande en ella, dejando caer un poco de saliva para luego dejarlo entrar en mi boca siendo abrazado por mis labios. Escucho sus jadeos mientras la meto poco a poco hasta llegar a la mitad y al sentir su mano sujetar mi cabello, la saco lentamente, succionando y acariciando su longitud con mi lengua, tomando lo que mi boca no puede abarcar y masturbándole con mi mano para brindarle más placer. Sus gemidos son alucinantes. Empieza a levantar su pelvis para meterlo y sacarlo de mi húmedo interior más rápido, apretaba mis labios lo más posible y él presiona mi cabeza contra su pene, tratando de que entrara por completo. Tira de mi cabello y embiste mi boca, logrando con brusquedad que entrase aún más, provocándome arcadas al chocar contra mis amígdalas; me embestía una y otra vez manteniendo su m*****o en lo profundo de mi garganta, dejándome sin respirar por unos largos segundos, luego lo retiraba y volvía desde el inicio. Sujeta mi cabello con brusquedad y entra en mi cerrada garganta, presionando mi cabeza contra su pene hasta que lo engullo por completo. Lágrimas bañan mi rostro y cuando lo saca suavemente foy una enorme bocanada de aire acompañada de arcadas, logrando ver entre mis ojos empañados el firme y duro m*****o de Ian brillante gracias a mi saliva que creaba puentes colgantes desde mi boca hasta toda su dimensión. — Ponte en pie —ordena. Obedezco sin titubeos y baja mis pantalones con desesperación dejando únicamente mis tenis. Toma mi cadera y me sube a horcajadas sobre él y su lubricado pene que mojaba mis glúteos. Tira de mi cabello y me besa con insistencia para luego introducir dos dedos entre nuestras bocas, llenándolos así con nuestra saliva mezclada. Llevo mi boca hasta su cuello, lamiendo y besando cada parte de él mientras froto mi trasero contra su tentadora erección. Me sentía peor que una puta, deseaba tenerlo dentro de mí en toda su plenitud, quería que me cogiera con fuerza y me hiciera gritar como nunca. Sus dedos masajean tentadoramente mi cavidad y luego, uno antes que otro, introduce con cuidado sus dos dedos dentro de mí. Hago una mueca de dolor. — D-Duele...duele —gemí con los párpados apretados— Sácalas ...s-saca —mis gemidos eran más audibles a medida que se movían contra mi sensible interior, ya no era solo dolor, ahora había placer— I-Ian...p-para...muy adentro. Dirigió su mano hasta mi mojado pene y se dedicó a masturbarme mientras sus dedos me penetraban sin compasión alguna acompañados de mis gemidos desesperados y demandantes de más. — Angh...—gemia moviendo mis caderas— S-se siente bien ahí. Y entonces se detuvo de golpe, por lo que le miré con súplica y enojo. Levanta mis caderas y posiciona su hinchado y palpitante glande en la ya dilatada circunferencia en mi trasero para luego empujar mis caderas hacia abajo con una mano mientras la otra lo conducía dentro de mí. Su cabeza empezó a ejercer mucha presión en mi esfínter causándome mucha incomodidad, pero a Ian poco le importó pues alzó sus caderas haciendo que toda su cabeza entrara en mí de golpe. — ¡Ahh! —grité, tratando de sacarla de mí— ¡Joder, duele! — Deja... De...—masculla con la mandíbula apretada— apretar. Es muy...estrecho. Las lágrimas hicieron acto de presencia en mi rostro por segunda vez cuando trataba de incorporarme y sacar el enorme m*****o que se deslizaba dentro de mí sin ser interrumpido, pues Ian siguió presionándome hacia abajo y hasta que sentí como toda su longitud entraba despacio, rompiendo mi interior angosto y arrancándome sonidos de dolor de la garganta y, aunque parecía imposible, terminé completamente sentado sobre su pene, el cual parecía vibrar contra mi carnoso interior. El chico bajo mi cuerpo pasa sus manos alrededor de mi cintura y me atrae a él, desplazando sus palmas desde mi cuello hasta la unión de su pene con mi esfínter, aprovechando para trazar con sus dedos el borde de mi dilatada cavidad. — Me voy a mover, Andy —anuncia con voz ronca. Yo niego, abrazado a su cuello—. Sólo dolerá un poco más, te prometo que seré gentil. Te haré experimentar el mejor placer que pueda existir. Te haré mío. Guardo silencio y con mucho cuidado levanta mis caderas arrancándome un quejido lastimero y luego vuelve a entrar, así una y otra vez, entrando y saliendo mientras mis lágrimas escurrían en mis mejillas y yo gemía entre una mezcla de dolor y un toque de placer casi inexistente. Sus labios descendían de mi cuello a mi clavícula hasta finalizar en mis duros pezones que rogaban por atención, él los lamia, trazando círculos a su alrededor y los pellizcaba con sus dientes enviando miles de choques eléctricos por todo mi cuerpo, su m*****o ahora salia hasta más de la mitad y se introducía con más facilidad y rapidez, creando en ese pequeño cubículo los sonidos más morbosos que jamás pude imaginar, incluso me encontré a mí mismo disfrutando de la sensación de ser llenado hasta el fondo por un m*****o que golpeaba mis entrañas. — Ian...Ahg...—pronunciaba, creando círculos con mis caderas— Sí...Lléname más. Las embestidas se volvieron más profundas y rápidas, perlas de sudor cubrían nuestros cuerpos, jadeos, olor a sexo, lágrimas y respiraciones agitadas reinaban en el lugar. Ahora me sentía más sucio que antes, quería más, quería que me cogiera de verdad y me hiciera gritar como nunca. Cabalgue sobre él con más rapidez, provocando el sonido de piel contra piel, tiré de su cabello con fuerza y él clavo sus dedos en mi espalda. Era el éxtasis, el placer me cegaba por completo, ambos gemíamos con lascivia y sentí como su m*****o alcanzó ese punto en el que sentí mi cuerpo desfallecer. Nos corríamos. — ¡Ian, Ian! Más, quiero más amh ¡c-cógeme!—pedí arqueando mi espalda— ¡Cógeme duro! Sus embestidas aumentaron y yo no paraba de llorar de placer. — Eres una puta, Andrew —masculla entre gemidos— Eres mi jodida puta. Lágrimas de placer abandonaron mis ojos y no pude evitar clavar mis uñas en su espalda. — ¡Si, lo soy !..¡tómame fuerte!... ¡Es maravilloso, Ian! Sentí como una oleada de placer consumía mi cuerpo y caía en un remolino de éxtasis que sacudió mi cuerpo de arriba a abajo, corriéndome sin altos, apresando aquel pene dentro de mi cuerpo mientras me llenaba completamente de ese espeso liquido caliente que culminó la vulgar danza que nuestros cuerpos bailaron. Mi débil cuerpo colapso sobre el de Ian, quien me abrazó y envolvió entre sus brazos. Entonces reparé en algo. — ¿Por qué tú no te has desnudado? —inquiero, tirando de su camiseta. — No me lo has pedido —responde, inocente. Nos quedamos un momento así, a la vez que siento el m*****o de Ian decaer en mi interior. Lo saco y seguido detecto su semen abandonar mis entrañas y escurrir por mis muslos. Tomo un trozo de papel para retirarlo y me dedico a colocarme la ropa ya que la función estaba por terminar. Me pongo en pie con mucha dificultad y dolor para colocarme mi ropa interior y jeans. Ya listo, salgo del cubículo seguido por Ian. Siento unos cálidos brazos rodear mi cintura y un tibio pecho contra mi espalda. — Ma princesse —susurra en mi oído con ternura—, tu es à moi et je suis a toi¹ ¹ tú eres mío y yo soy tuyo. Niego lentamente. — No sé nada sobre el Francés, por lo tanto no importa realmente. Deshago el abrazo y camino con desinterés e incomodidad, estando fuera del baño acomodo una vez más mi cabello y entonces alguien toma mi brazo, obligándome a girar. — Andy, no puedes fingir que nada ha pasado —me mira directamente a los ojos—, porque tú y yo sabemos que sí pasó y lo disfrutamos también. — No —contraataco con firmeza—. No ha pasado nada entre tú y yo, fue solo sexo, sexo sin sentido e incomodo; por lo tanto, nada ha pasado y nada pasará otra vez, no se lo diremos a nadie, y tú —presiono mi dedo índice en su pecho— seguirás siendo el mismo dolor de culo que eras desde hace un mes ¿Quedó claro? —se proponía a renegar. Le interrumpo— ¿QUEDÓ CLARO? —me mira con una mezcla de molestia e impotencia, pero asiente apartando la mirada— Eso creí. Caminamos en total silencio hasta llegar a las taquillas y veo a una molesta Amber que clava su vista en mí. Hago mi mayor esfuerzo para caminar normalmente pero me resulta algo imposible. Finalmente llego hasta ella. — Mi amor...yo —levanta su palma frente a mí y me muestra su dedo medio, luego se gira y sale del cine. Suspiro con resignación y le sigo. Ian se coloca a mi lado y se inclina hacia mi oído. — Dices que seré otra vez tu dolor de culo —suelta una risa burlona—. Hoy te he dejado con uno de verdad, ma princesse Andy. Me lanza un guiño y camina al frente con todo el orgullo y ego del mundo sobre sus hombros. Maldito Ian, maldita abstinencia y maldito yo por lo que he hecho.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

(+18) 40 Días de Sexo - Quédate en Casa

read
190.6K
bc

Seduciendo a Lucifer

read
63.6K
bc

Deseos Sexuales [+18]

read
604.3K
bc

Relatos +18❤

read
704.3K
bc

(+18) Sweet Candy - SEX HARD 1

read
190.9K
bc

Maestro privado del placer

read
255.4K
bc

SUMISA POR ACCIDENTE

read
352.5K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook