Abro los ojos de la habitación. Ahora que lo recuerdo en la noche nos emparejaron, cada pareja dormiríamos en una cabaña local. En fin, yo dormí con ese chico pelos grisáceos ¿Cómo es que era su nombre? Me quedo pensando por un momento para ver que era Ricardo Oviedo.
Intento volverme a dormir pero siento que estaba siendo observado, aparto la sábana para verlo a él, cabellos grisáceos mojados cuyas gotas de agua caían sobre mi rostro adormecido, gotas que sentía heladas, piel blanca como amarillenta, chico de cuerpo muy delgado, cuello largo, perfil perfecto, labios rosados...
Aquí lo tengo conmigo. Tenía un rostro de perrito anhelando atención. Me miraba muy estudiosamente, salvajemente lancé la sábana a que tapara mi rostro, él me arrancó esta de golpe con una fuerza que ¡¿Qué?! ¿De dónde demonios sacó tanta fuerza? Sí.
— ¡¿Qué crees que haces idiota?!— Gruñí. Él sólo me miraba como si estuviese estudiándome.
Él sólo reprodujo Stand Up de J-min. Me tapé los oídos y la cara con las almohadas ciego de furia, pero en parte me alegraba que también escuchase k-pop. Aunque mi cara de ira no lo demostrase.
— Ya despierta, aunque eres menor que yo te comportas como un viejo gruñón ¿Necesitas una lección?
Lección... Lección... Mi cabeza no podía pensar a qué se refería con darme una... ¡¿Golpes?!
— ¿Tú crees que me dejaría golpear?
— Nunca dije que te golpearía— Dijo en un tono burlón arrebatándome la almohada, sin darme cuenta por intentar aferrarme a esta ya estaba sentado, me sentía nervioso, mi pulso estaba latiendo con mucha fuerza, algo sobre mi cuerpo se esparció ¿Adrenalina? Lo sentí acercarse sensualmente hacia mí con una respiración dificultosa— No pondré un sólo dedo encima de ti— Al darme cuenta veo como su mano se acerca a mí poderosamente sensual con una jarra de agua con hielo para echármela.
Doy un gruñido frustrado de la ira ¡El agua estaba tan fría! ¿Quién demonios se cree como para jugarme algo como esto? Yo pensaba que él iba a... Juraba que él iba a... Sentí como mis mejillas ardían apenas tuve ese pensamiento. En parte estaba alegre de que no me fuese tocado...
— ¿Todavía no te vas a despertar? Tengo más agua todavía, oye estás rojo ¿Acaso ibas a...?— Al darme cuenta sentía como algo bajaba lentamente de mi nariz, él se comenzó a reír a carcajadas mientras me sonrojaba— Lo siento. No me gustan los enanos— Eso me dolió a decir verdad— Y menos los gruñones...
— Esto... Es que yo tengo derrames nasales al levantarme...
— Sí claro— Se rió— Por favor báñate, apúrate que vamos tarde.
Un momento... ¿Él se quedó por mí? ¿Va a llegar tarde por mí? Sentí cada parte de mí hacerse pequeña ante eso. Sin pensarlo dos veces me levanté de la cama a darme un baño, me vestí, una franelilla con una bermuda y zapatos deportivos. Salgo rápido viendo como él se sorprendía.
— Pareces un puercoespín— se rió— péinate hazme el favor...
— ¡¡Pareces mi mamá!!— Gruñí instintivamente. Él se rió.
— Nunca fueras tenido un sangrado nasal con tu mamá...— Gruñí de nuevo— Pero está bien, si te soy franco yo también tuve un sangrado nasal al verte dormir— doy un grito de furia— Es que te veías tan adorable, como si fueses un niño prematuro... Nariz corta y pequeña, cabello espelucado con un color n***o azulado. Sí, cuando el n***o es azulado parece morado... Un precioso rostro de diamante, labios delgados del mismo márfil de tu piel, un cuerpo tan pequeño y delgado pero trabajado ¡Me pareciste adorable! Pero antes que pienses que me gustas... ¿Te repito lo que te dije?
— No— negué con la cabeza— Ya tengo claro que sólo somos amigos... Si es que logro llevarme bien contigo— Gruñí.
— Sí, todo un uke tsundere— ¡¿Qué demonios dijo?!
— ¡¿A quién llamas uke y tsundere?!
— ¡Ay! Ya vámonos, no llegaremos más tarde por tus dramas de uke tsundere.
— ¡No soy un uke tsundere!
— Y yo tu wanko seme— Si al menos hablara en un idioma entendible.
Sin más por decir me quedé callado nos fuimos de la cabaña a caminar, él por lo visto sabe a dónde vamos pero yo ni idea tengo. Él me pasó un audífono con una amigable sonrisa.
— Sé que te gusta la música asiática, Jpop, Kpop... Esta me gusta mucho ¿Gustas?— Asentí. Él me pasó un audífono para que comenzara a sonar It's Me — Sunny ft Luna— Esa es de un dorama... No recuerdo su nombre...
— To the beautiful you— Él me miró asombrado.
— ¿Ves doramas?
— No— negué con la cabeza— pero mi mamá sí, y luego le descargo las canciones, que son bonitas ¿Tú vez doramas?
— Sí... Los veía con mi hermana pequeña.
— ¿Veías? ¿Por qué no volviste a verlos?— Lo sentí tensarse, pero mantuvo su rostro de siempre, de calma y serenidad.
— Porque mi hermana murió— Lo dijo tan secamente que sólo tragué saliva— En un terremoto.
— Lo siento— Dije avergonzado— Pregunté algo que no debí.
— Está bien— Dijo, su expresión era seca pero su aura era un poco incómoda. Sí, esto le afecta todavía, pero sólo da un rostro inexpresivo, de que nada está pasando por su cabeza, pero sé que no es así— Ahora que hago actividades variadas no pienso en eso.
— ¿Qué practicas?— Pregunté. Me sentía como Sherlock Homes o algo así.
— Fúbol, béisbol, basket, aún no he practicado deportes de pelea o pesados porque... No siento que mi cuerpo soporte algo como el boxeo...
— Pero si has estado en tantos deportes, es notable que tienes una gran habilidad deportiva— Le dije dándole una sonrisa amigable, él me respondió con una. Sus ojos brillaron intensamente haciendo que los míos se extendieran mirándolo atentamente.
Seguimos caminando normalmente hasta llegar a donde estuvimos ayer, a la cabaña más grande de todo el campamento.
— Buenos días, retrasados...— Dijo Profesor Rafael muy molesto— Todos vayan a hacer las actividades que dije, Alex y Ricardo se quedarán haciendo 100 abdominales al final de las actividades— Ricardo tenía una cara de despreocupado, mientras que yo una de horrorizado ¡¿100 dijo?! ¿Qué cree? ¿Que soy como Ricardo que hago mucho ejercicio? Claro él como es deportista debe ser bien mantequilla.
— ¡Eso es demasiado!— Gruñí realmente furioso.
— ¡Que sean 200!-Sentí gruñir a Ricardo gruñir, es preocupante, es demasiado, es horrible, es una cantidad de abdominales— Si alguien más protesta, serán 300— Ahí hubo un silencio mortal, todos salimos a hacer las diferentes actividades.
El aire libre era agradable, Ricardo y yo nos ayudábamos mutuamente, nos encontramos a Efraín en el camino y sí que era genial, los tres hablando de Kpop y Jpop, hubo un momento donde mientras caminábamos la frívola mirada de Esteban nos atacó. Pero seguimos como si nada.
El aire fresco de la naturaleza mientras se ponía a trabajar el cuerpo era lo máximo, la actividad era caminar hasta encontrar una bandera, sólo uno podría tener la bandera. En fin al encontrarla sería un duelo. Ver a Ricardo trabajando tan ágilmente fue genial, inspirador, era lo máximo para mí. Al final Daniel lo agarró.
Al final de la misión, todos fueron al almuerzo pero Ricardo, el Profesor Rafael y yo nos quedamos en la gran cabaña. Todos a comer menos nosotros por haber llegado tarde ¡Esto es malo! Lo peor es la culpa que sentía porque Ricardo estuvo ahí, él nunca se fue, no me dejó solo en este lugar, para que hiciéramos nuestro castigo... 200 aterradores abdominales.
Los primeros 10 abdominales pude llevarlos al ritmo de Ricardo, ya a los 20 era más lento, a los 30 todavía podía un poco... 35 ¡Mode off! Ricardo llegaba a 60 y yo llevaba 50. Más adelante, yo llevaba 100 y él 150...
Claro, mientras que él estaba impecable, yo estaba transpirando demasiado, sentía mi cuerpo a morir... No Alex, todavía no, llevas sólo 100, faltan 100, tú puedes Alex... 130 y ya mi vista iba borrosa de tanto subir y bajar con los brazos puestos en la cabeza y mis piernas sostenidas con una mano del Profesor Rafael. Él con su otra mano sostenía a Ricardo que ágilmente llevaba ya 180 abdominales ¿Y yo? 136.
— ¡¡Muévete más rápido Alex!!— Gruñó el Profesor Rafael.
— Tú puedes— Dijo Ricardo mientras ágilmente hacía sus abdominales— No te rindas, porque yo estoy contigo...
Sentí algo recobrando vida dentro de mí, mi cuerpo tuvo energía de nuevo, mi vista se intentaba estabilizar, mi corazón se alegró con aquellas sencillas palabras, sí. Eso me revivió. Aún con mi cuerpo agonizando del dolor puse todo mi empeño para seguir.
— ¡198!— pasó un largo rato en el cual caí al suelo para volver a intentar levantarme, hasta finalmente llegar hasta mis rodillas como suelen ser los abdominales "Tú puedes" recordé las palabras de Ricardo y volví al suelo— ¡199!— Entonces llegué finalmente hacia arriba una última vez más— ¡200!— A penas escuché eso, todo mi cuerpo cayó, y todo se puso n***o sin darme cuenta de nada.
"Alex... ¡Despierta Alex!" ¿Qué es eso? ¿Es mi cabeza? Una voz ambulante dentro de mi cabeza me decía que despertara, para luego sentirla más y más real— ¡Alex!— Era el Profesor Rafael. Intenté agarrar energías para poder hablar, estuve en silencio unos minutos y vi, que Ricardo no estaba.
— Profesor ¿Dónde está Ricardo?— Fue lo primero que pregunté— ¿Dónde estoy yo?
— Dijo que saldría, que vendría a traerte algo de comer, se dio cuenta que ya despertarías— ¿En serio hará eso por mí? Pero al darme cuenta, pasaban muchos minutos y no llegaba— Tú, estás en la enfermería. Qué débil eres, ya andas desmayándote al primer día— Dijo riéndose, él sólo bromeaba...
— Sí que lo soy— Le seguí la corriente— Trataré de ser más puntual.
Finalmente alguien llega corriendo sacudiendo la puerta con fuerza, pero se trataba del gordo Efraín.
— ¡¡Esteban está con Ricardo!!— Fue todo lo que dijo. Instintivamente me levanté cayendo al suelo.
— Perdona— Dije levantándome, me había golpeado la cabeza y sí que dolía— Allá voy— Me volví a levantar— Profesor. Gracias por cuidar de mí— Dije haciendo una reverencia para irme corriendo.
Corrí con todas mis fuerzas junto a Efraín que me tenía de su hombro para no caerme porque si no, terminaría en el suelo. Hasta llegar a un rincón del bosque donde estaban ellos, Esteban estaba apuñalando a Ricardo, su rostro iba a sangrar, de un momento a otro él se acerca para besarlo, mi cuerpo se llena de ira ¡Nunca! Jamás permitiré que nadie lo bese, no sé qué es esto, pero nadie se le va a acercar.
— ¡Nadie puede tocarlo!— Gruñí con una furia que no conocía dándole un golpe al— ¡Bastardo!— de Esteban. Él comenzó a sangrar en el suelo y se fue corriendo— ¡Nunca lo vuelvas a tocar perro sucio!— Gruñí. Luego me sonrojé en ese loco ataque de... ¿Celos?
Ignoré eso y recogí a Ricardo que estaba en el suelo débil, él no debe estar así. Lo acuno cariñosamente sobre mi pecho, él se aferra a mí.
— Qué lindas flores— Dijo— Son tan suavecitas— Dijo moviendo su mano sobre mi brazo haciéndome sonrojar y tener sensaciones poco agradables... ¿O sí eran agradables? No lo sabía, estaba tan desesperado que no sabía lo bueno y lo malo.
De repente... Antes que me diera cuenta sus labios estaban sobre los míos moviéndose suavemente, mis ojos se abren del impacto, siento a Efraín dar un grito de sorpresa, pero más sorprendido estaba yo. Los labios de Ricardo eran tan suaves que no evité mover los míos al mismo tiempo que él los suyos, causando en este roce muchísimas sensaciones innombrables, mi cuerpo estaba inmóvil, ambos estábamos sentados ¿Besándonos? Sí, movíamos dulcemente nuestros labios cuando sentí su lengua causar sensaciones eléctricas sobre mis labios, que luego traspasaban siendo igual de intensas sobre todo mi cuerpo, sólo quería dejarme llevar, de un momento a otro tuve muchos flashbacks de todas las cosas que más impactaron mi vida. Cuando papá se fue vestido de militar a la guerra, cuando me dijeron que él se iría a pelear por su país desde el cielo, es decir cuando afronté su muerte, las veces que ella iba a buscarme del colegio, su rostro por mis bajas notas, mi flojera, la forma en la que luzco en la pc, esas navidades que pasé con mamá, la forma de los fuegos artificiales, sus abundantes colores, esos amigos del colegio, cada experiencia que vivimos juntos, recuerdo el que iba a ser mi padrastro, recuerdo cuando se divorciaron, recuerdo ese gato que tuve que se murió de vejez, recuerdo como lucía cuando pasaba su cabeza por mi pierna, recuerdo el sabor del helado en una feria a la que fui con mamá, recuerdo mi sueño de ser profesor de premilitar, recuerdo cuando monté bicicleta, eso y más recuerdos de mi vida pasaron por mi cabeza con un rayo de luz en medio de cada uno. Flashbacks. Esta, se había vuelto una más de mis experiencias más impactantes, pero esta sería de las primeras: El primer beso. Y recibido de parte de un chico. Siento sus labios separarse de los míos lentamente, él tenía un rostro confuso de mi reacción. Estaba perplejo, en shock, sintiendo arder mis mejillas, con los ojos abiertos de par en par. No me acostumbraba al hecho de que... Mi primer beso me lo dio un chico. Intentaba hablar pero sólo me salían cosas como "Mmm" "Qqqq" "Nnnn" Tttt" No podía pronunciar otra cosa que no fuesen consonantes. Finalmente logré decir algo.
— Q... ¿Qué...? ¡¿Crees que acabas de...?!
— Linda flor, linda flor— Estaba alucinando, ignorando completamente mi intento de pregunta, mi primer beso fue algo de lo que él no tiene conciencia, eso me dolía mucho. Mis ojos se aguaban de sorpresa y dolor al mismo tiempo soltando una solitaria lágrima que bajó por mi mejilla hasta caer a él.
— Alex es una linda flor, me gusta tanto...— Eso me hizo sonrojarme. Lo peor es que, si de verdad está delirando, él no lo recordará.
***
Abrí los ojos para darme cuenta del oscuro sitio donde estaba ¡¿Por qué rayos olvidé prender la estúpida luz?! ¿Y por qué demonios me duermo en pleno trabajo? Pedí libre el día de hoy para ir mañana con todo por culpa de una gripe, aunque estoy creyendo que es más que eso. Algo que tiene que ver más con el alma que con el cuerpo.
¡Demonios Alex Abreu! ¡¿Por qué tienes que soñar con algo que pasó hace siete años?! Peor aún ¿Por qué ves a alguien cuyo rostro ni recuerdas? Esto es el colmo ¡Debo trabajar! ¡Debo trabajar! ¿Qué tema estaba elaborando? ¡Un examen de orden cerrado! Enfócate en el presente y no en lo que sea que haya pasado hace siete años. Si tan sólo recordara los días 6 y 7. me encantaría, ahí hay algo, algo que es lo que causó que me haya vuelto como soy, algo me dice que es por eso ¡¡Ya IMBECIL DEJA DE PENSAR EN EL PASADO!! Me regaño muy molesto.
— Bien, donde quedé... Haré la siguiente pregunta, verdadero y falso... Se gira a la mitad de la derecha del soldado cuando el sargento dice... a) A la de... re b) A la media de... re. c) ¡No! Esto es verdadero o falso, no una pregunta con opciones alternativas ¡Debo concentrarme!— me regaño al ver que no estaba concentrándome en mi trabajo.
Me levanto furioso de la estúpida silla de la cosa que actualmente es mi cuarto ¿Cuándo cambió tanto todo esto? Ahora vivo en estas condiciones tan chiquitas ¡Me voy a comprar una casa más grande! Al llegar a la nevera veo que no había leche.
— ¡¡Aaaaaaaah!!— Gruño furioso hirviendo con un temperamento hostil ¡Ahora tengo que salir a una tienda! Rayos, Alex; deja de olvidarlo todo ¡Sé más atento, estúpido! Si sigues así no pienso dejarte libre cuando te enfermes ¡Atento, atento, atento! Me repito varias veces gruñendo...
Luego recuerdo a ese chico, ¿Cómo es que se llamaba? Como sea. Sólo recuerdo su grisáceo cabello, y lo alto que era ¿Qué será de su vida hoy? ¿Se detendrá en algún momento a pensar en mí? ¡¡BASTA BASTARDO Y HAZ ALGO PRODUCTIVO!! Me regaño, y salgo a comprar la leche.