El agua de la ducha masajeaba cada parte de mi cuerpo mientras movía energéticamente mis manos, pasé el jabón por todo mi cuerpo del mismo modo. A decir verdad no me había levantado de mal humor. Es imposible estar molesto al ver ese rostro tan hermoso durmiendo. Sí, me levanté primero que Ricardo, raro ¿No? Pero resulta que es así. Me quedo mirándolo detenidamente, fijamente porque era algo que me gustaba mirar, sus cabellos despeinados color gris, su nariz recta pero delgada, sus largas pestañas resaltaban tanto mientras tenía un cálido y lento respirar, mientras seguía durmiendo me vestí.
No podía dejar de pensar en él, de ahí paso a ver sus labios rosados, al exhalar los fruncía un poco haciéndome recordar de aquel primer beso que me dio, me toqué instintivamente los labios mientras volvía a tener esa impactante mirada junto a la sensación de ardor intenso en mis mejillas. Lo veo despertar pero no dejo de estar así.
— Buenos dí... ¿Qué pasó? ¿Por qué me miras así?
No lo recordaba. Oviedo Ricardo no recuerda que me robó mi primer beso, todo dentro de mí se deshizo de golpe. Sentía todo mi ser hundirse lentamente ¿Cómo puede robarme mi primer beso y olvidarlo? ¿Podría olvidarlo yo también entonces? Él se levantó e intentó acercarse.
— ¡No te acerques!— Grité asustado retrocediendo, con la misma expresión anteriormente mencionada.
— ¿Por qué?— Preguntó como si nada acercándose de nuevo, el movimiento de sus labios hizo que mi corazón se acelerase, que mis labios y el resto de mi rostro ardieran intensamente, gotas de sudor comenzaron a pasar por mi cuerpo— ¿Alex? ¿Estás bien Alex?
— ¡Ah! No puedo, yo, yo, yo, yo,... — balbuceé un rato hasta que finalmente— ¡Nos vemos en el campamento!— Sin una palabra más corrí.
De inmediato comenzó a sonar "Going crazy" de Son Ji Eun, era un mensaje, dejé que la canción sonase. Corría con fuerza, mi corazón latía con fuerza, mi cuerpo estaba tenso, este ardía locamente sólo recordando mi primer beso olvidado por Ricardo. Voy recordando la letra en español del primer verso.
No es amor, esto no es amor..
Sólo es.. Tu Obsesión.
A donde quiera que vaya, todo lo que haga..
Es aterrador el "Tú" que me mira.
Sí. Esto es sólo una obsesión, no es amor, puede ser sorpresa por el impacto del primer beso. Segundos luego lo veo detrás de mí.
— ¡Desaparece!— Le grité.
— ¿Qué demonios te hice?— Preguntó preocupado.
— Sólo piérdete, yo...
— ¿Te hice algo? No recuerdo nada de lo que pasó ayer, sé que me atacaron pero... No puedo recordar...
Me detuve de inmediato. A ver cómo tomaba la idea de haberme robado mi primer beso.
— Yo... Ricardo... Era mi.... Pri... Prim... mer...— No pude hablar, las palabras simplemente no salían, él me miró sorprendido, impactado, no se esperaba esto.
— Ahora que lo recuerdo... Vi una flor, y le di un beso luego de olerla, me encantan las flores...
¿Es Ricardo un loco que besa las flores usualmente? Me quedo boca abierta más sorprendido todavía, hay restos de flores en mis labios... Que Ricardo me pasó cuando me besó.
— Tú...
— Pero esta flor era diferente... Quisiera saber cuál era, ni idea de cómo era ni de su textura, pero dedicaré el día entero a buscar esa flor, porque me gustó. Y la quiero para cuidarla, protegerla y darle mucho cariño— ¿En serio se me estaba declarando o algo así del modo más indirecto?
— Déjalo así...— Dije— Creo...
— No Alex, tú te vez realmente afectado, como si te fuese atropellado un auto— Y lo que en realidad pasó fue que me atropellaron tus labios Ricardo...— No quiero quedarme con la duda— El movimiento de sus labios con cada palabra que articulaba me causaba piel de gallina, no sé si sobreviva a esto.
Llegamos a la sala principal, nos recibió por supuesto el Profesor Rafael con una mirada alegre.
— ¡Buenos días muchachos! Hoy formarán equipos, el primer equipo será: Esteban Gabriel y Efraín, Alex y Ricardo.
Nombró el segundo equipo para posteriormente posicionarnos como nos dijeron, cada grupo sujetaba un extremo de la cuerda, estábamos por orden de tamaño así que yo estaba de último y Ricardo... De primero por supuesto. El profesor avisó y halamos con fuerza la cuerda, el otro equipo también haló con una fuerza memorable aquella cuerda que cada uno de nosotros le entregaba el corazón, pues queríamos divertirnos todos en equipo, el otro bando halaba con fuerza, Efraín se cayó. Quedó eliminado, más adelante cayó Esteban, y ellos intactos. Pero halamos con fuerza y tumbamos a tres, todos, en equipo, juntos, unidos, en armonía y en dinámica, divirtiéndonos, lo máximo. Ricardo sudaba pero se veía tan atlético desde lejos, me gustaba verlo así. Quiero besarlo, si gano lo haré. Halé más fuerte haciendo que todos lo dieran al mismo tiempo que yo eliminando por completo al otro equipo.
— ¡Los ganadores son el equipo de Oviedo Ricardo!— Exclamó alegre del profesor... Un momento... ¿Ese movimiento fue impulsado por la idea de que Ricardo me diese un beso? No puede ser... Al final el premio fueron unos exquisitos perros calientes, que estaban muy sabrosos, por cierto.
...
Era ya de noche, Ricardo y yo estábamos en la cabaña porque las actividades se habían acabado. Ambos estábamos en la cama de abajo de la litera, donde duermo yo hablando sobre temas clichés.
— Y por eso... Me encanta comer carne— Dijo burlón Ricardo.
— Genial, yo prefiero los vegetales, aunque una buena carne nunca será rechazada. Sin embargo esta me da reflujo, ¿Qué dices de la hamburguesa?
— Me da nauseas— Dijo sin pensarlo— Prefiero el perro caliente.
— Menos mal— Comencé a sentir cierta vibración sobre mi cuerpo que me hizo parpadear un par de veces— Yo igual. La hamburguesa la vomito ¡Eso es peor!
— He llegado a esos extremos... No es agradable.
— Realmente... Cambiando tema ¿Has tenido mascotas?
— Sí. Me encantan los animales, trabajaré cuidando a animales callejeros, ahora sólo adopto máximo dos perros callejeros. Les doy nombre, hogar, comida, calor, les doy todo lo que necesitan— Él sonrió al decir eso. A pesar de su actitud, él tenía un look de chico solitario. Quería saber si se sentía mal por alguna cosa, y abrazarlo, darle mi apoyo... Estaba teniendo tantos sentimientos hacia él ocasionados por aquel beso— Alex... ¿Qué pasa?— Me preguntó acariciándome— Esa flor...— Luego de decir eso se acercó para besarme.
— ¡Oye Ricardo, no lo...!— No me dejó hablar, me robó el aliento con la unión de nuestros labios. Lo besé con pasión, con amor, eran esos labios que me habían besado ayer, los mismos que me están besando hoy, aunque no quiera admitirlo lo echaba de menos. Necesitaba de sus dulces labios, estrecharlos con los míos, probar su lengua junto a la mía, saborearlo, ya que realmente me gusta. Ricardo me gusta, me encanta, me robó el corazón con aquel primer beso.
¡No! Tengo que alejarlo, apenas tuve ese pensamiento lo alejé.
— Ricardo...
— Esa flor que besé ayer...— Dijo un poco sonrojado cabizbajo— Eran tus labios, esa flor que tanto me gustó... Eres tú.
Luego de decir eso me acorraló en la pared, mi cuerpo apoyado en las almohadas de la litera temblaba con el movimiento de su lengua con la mía, de repente él se separó de mis labios para juntarlos a mi cuello, cientos de movimientos eléctricos pasaron por mi cuerpo al sentir los labios de Ricardo sobre mi cuello. Luego sentí su mano metiéndose debajo de mi franelilla, mi abdomen ardía ante el roce con su mano, esta subió explorándome lentamente, haciéndome decir su nombre.
Quería decirle que se detuviera, pero mi cuerpo reaccionaba por mí, él quitó mi franelilla sin dejar de acariciar mi abdomen, lo vi a él tan formidable que el deseo se hizo creciente en mi interior, su pecho era firme y ancho, quería envolverlo entre mis manos.
Al instante su mano baja hacia mi zona íntima y para evitar que diera el grito que iba a dar él me besó. Dejó de besarme pero todavía me tocaba, me quitaba lenta y arduamente los pantalones. Había perdido todas mis fuerzas, estaba tan rendido ante él que sólo podía dejarme llevar. Una vez más masajeó esa zona tan delicada que me hacía perderme en el placer que me ocasionaban sus ásperas y fuertes manos.
— Alex— Dijo acariciándome el cabello— Creo... Que terminé enamorándome de un enano— Se burló.
Cuando iba a protestar Ricardo me llenó de placer utilizando como medio su boca. Luego de aquello, le saqué los pantalones, y sin ver lo que iba a tocar comencé a rozarlo con las yemas de mis dedos, estaba abultado y resaltaba por encima de la tela, su voz floreció a nuestro alrededor haciéndome profundizar mi toque.
Grité su nombre mientras lágrimas de dolor y de placer salían de mis ojos mientras lo sentía tan caliente dentro de mí. Tan caliente... Y duro, vi sus bíceps como se tensaban mientras sujetaban mis caderas y aquella vista resultaba sumamente agradable.
Antes de darme cuenta... Ambos nos vinimos de este pequeño amor que había nacido, pero que crecía muy rápido, frente a nuestras narices sin que nos diéramos cuenta. Mi cuerpo reposó abrazado a él, aferrándome al chico del que me había enamorado, el que me robó el primer beso, el que se me declaró indirectamente, el que robó mi atención desde que entré al campamento... Dulcemente dormí en sus brazos.
***
Abro los ojos ¡Qué fastidio! Toca el molesto examen ese con esos alumnos prepotentes. Me saco la sábana y veo una cosa... Me había venido, estuve soñando con el alto ese de cabello gris que ni su nombre recuerdo... ¡Qué molesto! ¿Hasta cuándo seguiré soñando con ese hombre? Veo todos los papeles desordenados... Me pongo a pensar, si fui tan feliz con él, si con él di mi primer beso, si lo hice por él, si viví tanto con él en sólo 7 días ¿Por qué nos separamos? Quisiera saberlo, se me arruga el corazón por la duda... ¡¿Abreu Alex qué importa eso ahora?! 7 años. Pasaron 7 años, no tengo por qué pensar en alguien que probablemente me olvidó. Y si nos separamos es por algo, seguro me engañó, o seguro vi que no tenía que ser gay pero... Si sigo siéndolo. He tenido novios a montón, sin embargo nunca me volví a entregar a nadie ¡Como si fuese un purito o algo así! Qué estupidez de mi parte ¡Ah! Me molesto tanto por eso. Y por tantas cosas.