Capitulo —El estallido
Ramiro sonrió con crueldad. —Vos no vas a tener nada —dijo—. Si no salís con la documentación que te pertenece, vas a ir preso. Y esa tierra tuya va a quedar para pagar.
La sangre de Mateo hervía. Los insultos de antaño, la rabia por la traición con Tatiana, miró a Julieta y lo que creyó traición… todo volvió con la fuerza de una tormenta. Él avanzó con la muleta en alto, con la intención de cobrar en golpes la humillación que había sentido. La muleta silbó en el aire y Ramiro, con reflejos de caradura, se tiró al suelo como si lo hubieran golpeado. El teatro cayó en la explanada de tierra —un gesto, una caída dramática— y Ramiro gritó que lo habían agredido, llamando a su propia actuación.
En ese instante, la tensión parecía rozar lo imposible. Julieta vio cómo
