Lyanna parecía muy emocionada. Era sábado y tendría su cita con Cris, razón por la cual Brooke se encontraba sentada sobre su cama junto a un montón de ropa que ella había decidido no era la adecuada para la ocasión. Lyanna se había despertado muy temprano, o al menos, para la chica de ojos verdes, las nueve de la mañana en sábado era aún demasiado temprano para salir de la cama. Y, obviamente, había arrastrado a Brooke hasta su casa para que le ayudara a prepararse. Así que ahí se encontraba ella, comiendo unos panqueques que Melissa había preparado, con su pijama aun puesto y observando a Lyanna luchar con su décimo octavo atuendo. —¿Es enserio, Brooke? —chilló Lyanna mientras se observaba en el espejo. Brooke se detuvo a medio masticar y miró a su mejor amiga. —¿Qué? —murmuró con la

