Oscuro Paraiso (Completa)

Nunca olvidaré el rostro de mi hermana, como sus ojos marrones brillaban de dolor observando cómo su hermana moría, sus cabellos rubios caían despeinados por sus hombros, llenos de tierra un poco, su puchero era adorable, sus mejillas rosadas y suaves, sus manitas acariciaban mi cabello y luego mis mejillas para calmar el dolor. Como si eso fuera a servir. Todo se había perdido, mi familia, mi vida, y ahora mi hermana quien con seis años deberá aprender a vivir sola, por un minuto creí estar perdida...pero no fue así. Él fue la luz al final del túnel. Capítulo 1: ¿Qué es esto?  Dicen que, al morir, tu alma descansa en un lugar mejor, muchos le llaman el paraíso otros; dicen que si tienes asuntos pendientes…nunca llegaras allá. Respiraba un aire extraño, olía a madera húmeda, agua y…otro olor que no reconocía, abrí los ojos débilmente. Me sentía sin fuerzas, unos lejanos pasos escuche, alguien abrió una puerta. —Por fin está despertando—una voz gruesa hablo, en su tono se sentía el sarcasmo y la seriedad. —Pensé que vendrías a medianoche—esa voz era de una mujer, era fina y suave. Veía borroso y sentía náuseas, unas manos algo grandes y tibias tocaron mis mejillas sosteniendo mi rostro, intente fijarme en sus ojos, pero estaba inquieta. —Esta desorientada, solo necesita algo de sangre y listo—escuche el chapoteo del agua, ¿Sangre?, quería levantarme, pero mi cuerpo no respondía, no podía mantener los ojos abiertos porque se me cerraban solos, me sentía ahogada. — ¿Cuántos días van? —Dos semanas, dale esto, debe mantenerla despierta. Algo toco mis labios entreabriéndolos, el líquido cayó en mi garganta provocando una gran calma y cierto placer, sentí que las náuseas se detenían y las manos me respondían. —Muy bien—la voz gruesa susurro. — ¿Quieres que te deje con ella? —imagine a la mujer mirándome, no escuche una respuesta solo la puerta cerrarse, mi visión se aclaró, una sombra se levantó alejándose, el lugar estaba oscuro, la misma sombra se sentó a mi lado. — ¿Puedes escucharme? Asentí con mi vista fija en él. — ¿Recuerdas algo? Negué jurando ver un brillo en esa sombra, mi vista no estaba del todo bien, poco a poco iba mejorando. —Tienes suerte de que te haya encontrado—se acercó un poco— ¿Recuerdas tu nombre? Me encantaba escucharlo, su voz causaba sensaciones en ti, se acercó más quedando a pocos centímetros, “Sus ojos son verdes”. —No—hable por primera vez—Apuesto que tú sí. —Más o menos, ¿Cómo te sientes? —Algo aturdida…la vista se me nubla a veces, solo puedo mover las manos… — ¿Quieres más del líquido que te di hace minutos? —tuve un poco de sed—Por supuesto que si—se respondió a sí mismo. No me dio tiempo de decir algo, se levantó y volvió extendiéndome un tazón pequeño, lo mire dudando. Quería ver su rostro, por lo menos sé que sus ojos son verdes. —De nada te servirá hacer eso—pareció divertido, acaricio mi cabello lentamente, su voz fue volviéndose como el dulce cantar de un pájaro, de repente sentí algo de tranquilidad. — ¿Cuál es tu nombre? —Bebe esto—levanto mi cabeza un poco, pero me negué a beber, escuche un bajo gruñido aplicando fuerza, termine bebiendo algo rápido por su brusquedad.           Volví a despertar en la misma habitación solo que ahora estaba más oscuro, logré levantarme poco a poco sintiendo el frio suelo bajo mis pies, intentando caminar sin caerme choque con una mesa, en mis manos sentí algunos frascos, cubiertos y algo líquido, seguí tocando hasta conseguir la puerta. Mi corazón latía fuerte y mi respiración estaba agitada, sentía mis manos temblar un poco, giré el pomo abriéndola, di el primer paso fuera, pude ver que el suelo era de madera. Las dos ventanas que había frente a mi dejaban entrar la luz de la luna, pude ver mis pies descalzos, llevaba un vestido blanco y largo hasta un poco más debajo de las rodillas y de tirantes. Baje los escalones sin hacer ruido, todo estaba en silencio, me acerque a la puerta principal, estaba entreabierta cuando… — ¡Hey! —di un salto cerrando, una chica joven se acercó—Le dije a Valery que cerrara la puerta—murmuro, no puedes salir de aquí ¿Ok? Asentí, era una muchacha más baja que yo, ojos verdes brillantes y alegres e inocentes, cabello chocolate ondulado completamente muy bien peinados, labios rellenos rosados y pálidos y una nariz pequeña. —Alma, ¿Me estas escuchando? —pareció seria, volví a la realidad— Hablas, ¿No? —asentí. — ¿Alma? —fruncí el ceño. —Debemos llamarte por un nombre, así que mi hermano decidió ese—tomo mi brazo guiándome por un pasillo. “¿Puedes escucharme?” — ¿Tu hermano? —parecía tonta y despistada, realmente así estaba, llegamos a una habitación, había dos camas arregladas, paredes verdes y techo de madera. —Ok Alma, vístete con esto—me señalo una ropa que había sacado del armario—Liliana llegara pronto. — ¿Quién es? —de nuevo la curiosidad. —Mi amiga—se dejó caer en la cama— ¡Muero de hambre! Tome los pantalones de cuero n***o colocándomelo, la chica estaba con sus ojos cerrados en la cama, su blusa estaba algo levantada dejando ver su abdomen plano y su piel blanca. — ¿Cómo te llamas? —me atreví a preguntar. —Eres muy preguntona… ¿No Alma? Me quite el vestido tomando una blusa blanca manga larga y algo transparente pero fresca. —Marie—respondió, abrió sus ojos suspirando. — ¿Tu hermano es el chico que hablo conmigo? —tome las botas negras. — ¿Cómo adivinaste? —se sorprendió. —Algo me lo decía. —Sí, al parecer le interesaste tanto que te convirtió—hizo una mueca, se levantó acercándose a mí, me giro haciendo que quedara de espaldas a ella—Me pregunto que vio en ti—comenzó a recoger mi cabello. —No entiendo… —Cuando Liliana llegue tendrás tiempo de sobra—se alejó abriendo la puerta, Salí con ella—Sin comida no puedo pensar. — ¿Cuántos viven aquí? —Somos diecisiete—rio al ver mi expresión—La mayoría se la pasa fuera así que puedes calmarte. — ¡Que hermoso banquete! —exclamo una chica entrando—Marie debes ir ya, Alain se robara lo mejor. —Eso ni hablar—corrió a la puerta—Vuelvo ahora—desapareció. —Vaya, vaya, la vampirita nueva despertó—la chica sonrió divertida. — ¿Vampira? —Soy Liliana. —Yo Alma—cambie el tema—dijiste… ¿Vampira? —Sí, bienvenida al gran clan.