9

1341 Words
—Sé que no he hablado mucho contigo, y apenas me conoces. Lo que te pediré me da pena hacerlo —hay rubor en sus mejillas. —¿Entonces? —Me está matando de la curiosidad. Sé que no hemos hablado, desde esa vez que casi abusan de ella y yo llegué para impedir ello. —¿Qué es lo que quieres pedirme? —Quiero que me ayudes a organizar una fiesta sorpresa de cumpleaños para mi hermano —lo dice tan bajito que apenas y la escucho. —¿Cómo? —Entiendo, si no puedes hacerlo. Se que no puedo pedirte este tipo de favores, ya que ni me presenté adecuadamente. Pero mi hermano apenas y me deja salir desde ese día, y no ha querido darme tu número para hablar contigo. Le he pedido a Matías que consiguiera tu número, por ello he enviado un mensaje. ¿Te das cuenta de la seguridad con la que me tiene Dante? No sabía que decir, realmente me tomó desprevenida. No conocía bien a la chica, pero se veía que no tenía malas intenciones. Solo quería hacer feliz a su hermano ¿Y quién era yo, para juzgar? —Está bien, te ayudaré —¿Qué demonios estaba haciendo? Esperaba no arrepentirme de esto. ¿Ayudar a su hermana a organizar una fiesta sorpresa a Dante? El chico que me ha estado descolocando de mis pensamientos, eso parecía que iba a terminar muy mal, solo esperaba que no conmigo. —¿Qué? ¿Enserio? Asiento con la cabeza y sonrío. La emoción de la chica me hace sentir bien, parece una niña pequeña. —No sé cómo vamos hacer que suceda, pero lo haremos. —chilló de la emoción y me abrazó, eso me tomó desprevenida. —¿Qué sucede? —la voz de Dante nos interrumpe, ambas nos alejamos y miramos a él.  —He escuchado un grito —nos miramos, ha sido hace un momento. —He sido yo, me he emocionado porque Natalia ha accedido a ir conmigo a la exposición de fotografía del viernes. —¿Desde cuándo son ustedes tan unidas? —Desde hace poco, nos hemos estado mensajeado seguido. Se le da la mentira con una fluidez que me sorprende ¿cómo alguien puede hacer eso tan bien? Debió tener una vida difícil, para llevar a cabo la práctica de las mentiras. —¿Por qué no me habías dicho nada? —hay resequedad por su parte. ¿Está molesto? —No tengo que decirte todo lo que hago, Dante. Tuerce los labios, y eso le gana un ceño fruncido de mi parte. Sus ojos me perforaron, creo que era hora de irme. Me levanté del sofá. —Nos ponemos de acuerdo por mensajes, Catalina. —¿Ves lo que provocas? ¿por qué eres así? Ahuyentas a mis invitados. —escupe su hermana con enojo. —Necesitas sexo, hermano. La mandíbula de Dante se endurece, y mis mejillas se calientan. ¿Por qué terminé en medio de esta discusión de hermanos? Corrí a la puerta, estaba abochornada por la situación en la que me habían puesto estos dos hermanos. Trágame tierra y escúpeme en Irlanda. Pude respirar cuando estuve fuera de su casa, caminé de vuelta a mi casa y en el transcurso llamé a Judas. —¿Ahora que ha pasado? —Creo que he tomado una decisión muy precipitada. —me quejo, sé que Judas sabrá iluminarme. —¿Qué hiciste ahora? —La hermana de Dante me ha pedido ayuda para organizarle una fiesta sorpresa a su hermano para su cumpleaños, y he accedido. —¿Qué? —Lo sé, no debí hacerlo. Pero creo que verla emocionada porque alguien la ayudase, me hizo sentir bien. —Tú y esas caridades a la humanidad te llevarán a la ruina. Debes de ser una persona más dura con las demás. No todos tienen las mismas intenciones. —Lo sé. Pero mi corazón es demasiado débil para decir que no. —En algún momento lo harás. ¿Necesitas que te traten mal para ello? Guardo silencio. Es muy duro conmigo. —Lo siento, no quise decir eso. Es solo que no me gusta que te utilicen. Eres demasiado para este mundo cruel. Cerré los ojos y dejé escapar un suspiro. —Tienes razón, la verdad que a veces mi amabilidad me cuesta mi salud mental. —Nena, es enserio. Creo que deberías cambiar o evitar hacer ese tipo de cosas. Hay a veces personas que solo se aprovechan por tu buen corazón y se anclan a ello. Son abusivos. —Tienes razón. Pero ya lo hecho, será la última vez. Ayudaré a Catalina a organizar la fiesta sorpresa y después dejaré todo de lado. —Está bien, cuentas conmigo. Sonreí. Sabía que contaba con él. —Te amo. —Yo más.   ***   El cumpleaños de Dante era en una semana y tendría que apoyar a su hermana a organizar todo esto de la fiesta. Ella fue por mí, el viernes a mi casa para ir a la dichosa exposición de fotografía, la cual fue mentira para que su hermano la dejara salir ese día conmigo y organizáramos sobre la fiesta sorpresa. —¿Él no sospecha nada? —pregunto esa tarde en la galería. —No. Aunque se le hizo raro que fuéramos juntos a esta exposición. Ya que no hemos cruzado palabra desde ese día. —su cuerpo se tensa al solo recordar el suceso. Mis manos van a sus hombros y la tratan de reconfortar. Quiero que se sienta segura conmigo. —Estaremos bien —muestro una sonrisa segura de mí misma. De las pocas que puedo llegar a hacer. —¿Qué lugar piensas que es mejor? ¿La casa o un antro? Sopeso la pregunta. Podría ser mejor cerca de una playa, sería algo fresco. —Playa. Sería original. —los ojos se abren como platos, algo está pensando. —¿Por qué no lo pensé antes? Es una idea grandiosa. Mis padres tienen una casa cerca de la playa. Sería una buena excusa para llevarlo, y preparar todo. —Me da gusto que puedo ayudar. —Eres sensacional, Nat. —Para nada.   ***   Las r************* eran un furor, otra víctima había caído. Esta vez fue uno de la clase de Azael, recordaba haberlo visto con él un par de veces. Era su amigo, o eso creía. El chico había sido captado teniendo sexo en uno de los salones del piso de arriba en la mañana. Pensaron que no había personal, pero se equivocaron. El video donde estaban echando un polvo fue viral. Todos estaban reproduciéndolo, y dando RT, en Twitter. Fue un caos ese día. —Al menos esperaron a que se viniera —Judas estaba a mi lado sonriendo. Dejé escapar el aire. Seguía reproduciéndolo hasta donde el chico llegaba al clímax. —Deja de ver eso, no quisieras que fueras tú en ese vídeo. Se detiene y me mira. —Si fuera el chico en ese vídeo teniendo sexo, lo daría todo. Al menos quedaría como el chico que folla rico y no el precoz que no tarda en venirse. —chasquea la lengua. Ruedo los ojos. —¿Quién crees que esté detrás de todo esto? ¿No crees que es demasiado exponer así a los alumnos? Se encoge de hombros. —Muchos de los que están aquí presente, envían solo material para que sea publicado en la página. —Hace una pausa. —Como lo hice yo. Sonríe. Y eso me hace recordar lo que hizo por mí. Es un amor de amigo. —Gracias. —No hay de qué preciosa. Te amo. —Yo más. Y solo así, mis pensamientos a cerca de la persona detrás de esa página que publicaba chismes se disolvieron. Tal vez era uno de los estudiantes, lo más seguro. Pero también cabía la razón que fuera uno de los docentes vengándose de sus alumnos. No lo sé. Pero estaba segura que esto no iba a terminar nada bien.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD