ANÓNIMO

481 Words
Veo que sus manos tocan sus mejillas, sus labios tocan los suyos. Mi corazón se estruja en dolor, confíe en él. Parece que no le importaba mis sentimientos, creía que esta vez él cambiaría, pero estaba cansado de esperar el cambio, que sus pensamientos se volvieran más nobles. He cometido un error con él. Me limpio las lágrimas rápidamente, él no necesita saber de qué estuve aquí y vi su traición. Escribo un mensaje para decirle que quiero verle. Manejo hasta una cafetería para esperarle, cuando recibo un mensaje de que me verá allí. —¿Qué tal tu día? —pregunto y miro sus labios como me mienten. —Ha ido bien, los alumnos están avanzando poco a poco —y tu ayuda a los que no avanzan, pienso. —Aunque a veces hay uno que otro que se queda para que lo ayude a practicar. Asiento con la cabeza. Justo como hoy. —¿Te acuerdas de Ali? —Si. Lo encontré varias veces con él, estaban en “clases” ahora entiendo qué tipo de clases tomaban. Antes confiaba en él, nunca dudé en que estuviera ayudándolo, el amor que tenía por él me cegó mucho. —Va mejorando mucho. Creo que, a finales del mes será un buen alfarero. Mi novio daba clases de cómo hacer piezas en barro. Era alfarero. Se le daba bien, por lo visto de esta tarde. —Me parece genial. Todo este tiempo miré sus labios, no podía mirarle a los ojos y ver que tenía el valor de mentirme. ¿Dónde estaba el amor que decía jurar por mí? ¿Dónde estaban esas promesas? Se fueron a la mierda cuando vio a alguien con quién tener libertades de sexo y un mejor trasero que el mío. Los hombres eran así, tomaban la primera oportunidad a la persona que le abría las piernas. Sucios perros. Mientras él seguía diciendo mentiras, yo estaba pensando en cómo podría hacerlo desaparecer de mi vida. La última vez tuve que enterrar a uno en mi jardín, ya había pasado dos largos años sin que cometiera un crimen de nuevo. Ellos tenían la culpa, esta vez tenía que ser diferente. No me gustaba repetir los mismos métodos consecuentemente. Porque si era así, la policía podría atar cabos y eso no me convenia para nada. Aunque los subestimaba, a veces nunca podría faltar algún policía con sentido común, si es que lo tenían. Lo siento, Erick, pero tengo que hacerlo. El mundo estará mejor sin ti, ayudaré a mejorarlo. Me lo agradecerás después. Mi mente pudo encontrar un método eficiente. En algún momento odie su voz, así que le cortaría la garganta y después dejaría que se desangrara hasta morir, lo tendría que poner en un recipiente demasiado grande para poner ácido y que su cuerpo se disolviera. Un método que no había utilizado en muchos años. Sonreí. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD