CAP 2: MALAS INVERSIONES

688 Words
La cara de Roberto al observar a Mérida ya no es de nerviosismo, refleja más bien un rostro lleno de temor y culpa. - Hija, tu bien sabes que cuando eras pequeña decidí invertir en una pequeña cabaña en Alcoy - Mérida asiente - pero estos últimos años hemos tenido ciertos contratiempos con las finanzas de aquella cabaña. - Padre pero si es un gasto podemos venderla, no es necesario que conservemos un inmueble que solo nos trae más y más gastos. - ¡Oh Mérida querida! Esa es una solución fantástica pero imposible - agrega Carlos con una sonrisa cínica. - Por favor ilumíneme señor Carlos porque no logro comprender lo que me dice. - de reojo puede ver como Tomás bufa con cierta burla, girando sus ojos. - Cuando tu padre compró aquella cabaña era joven, no comprendía bien acerca de bienes raíces y decidió comprarle a una anciana que necesitaba el dinero. - suspira llevándose una mano al pecho con cierto dramatismo- Ella le dio la escritura, por lo que tu padre siempre creyó que había sido una transacción normal pero hace unos meses aparecieron los hijos y nietos de esa pobre mujer a exigir que se devuelva esa pequeña cabaña, la cual legalmente comenzó con un proceso de sucesión mucho antes de ser vendida, porque esta pobre e indefensa señora no era la titular, sino que era su difunto marido. Mérida está cada vez más confundida, mira a su padre y el esquiva su mirada, atina a ver a Tomás y tiene una sonrisa de superioridad en su rostro. - Pero si mi padre tiene la escritura, nosotros legalmente somos los propietarios. - Ahí está tu gran error. Ella decidió vender una propiedad que no era de ella, la familia ahora está iniciando acciones legales contra tu padre y van a por todo. Adiós casa, autos, la matrícula de tu último año de universidad. - ¿Y qué podemos hacer? Usted es abogado, debe tener alguna solución. - La tenemos querida y ahora es cuando mi hijo Tomás te va a explicar, pero no tengas miedo. Lo discutimos con tu padre y hasta ahora es la mejor solución que encontramos. La joven decide confiar en su padre, él nunca le mintió y siempre abogó a lo mejor para su familia, incluso dejando sueños de lado. Si él confía en su amigo, debe ser porque es cierto que hay un buen plan. Los pensamientos de Mérida son interrumpidos por un carraspeo de Tomás Saavedra. Tomás desde que llegó al edificio y entró al despacho, notó desde un principio a la joven de cabello marrón y ojos avellanas. Cuando ella quiso entablar una conversación con él al introducirse, Tomás sabía perfectamente quién era, pero sólo quería generar cierta ansiedad y mal humor en la joven. Le gustaba ver cómo fruncía el ceño al ver su reloj, ante la no respuesta a su saludo, al ver que no le ofreció café. Eran pequeños detalles que él disfrutaba de ver como las emociones se reflejaban en su joven rostro sin poder disimularlas. Tomás decidió girar su silla y quedar frente a los ojos de Mérida, ésta lo miraba con mucha atención y él podía notar como sudaban aquellas pequeñas manos. - Mérida, permítame contarle que soy un hombre que se dedica pura y exclusivamente a las finanzas y mis grandes pasiones son administrar empresas que se están yendo a la ruina para poder incrementar sus ganancias al 100 o 200% en un plazo menor a 6 meses; mi segunda gran pasión es salvar casas que están a punto de ser embargadas o cómo en el caso de ustedes arrebatadas por un mal conocimiento sobre la ley de bienes raíces. Mientras ella escuchaba al joven, no podía dejar de pensar en la arrogancia de éste y cómo creía que era el salvador de las desgracias de personas que no nacieron con las mismas posibilidades económicas. - Nosotros les ofrecemos dos propuestas 1) perder la propiedad y enfrentarse a un posible juicio 2) nosotros tenemos el dinero para comprar la cabaña mañana mismo pero para eso necesitamos de tu cooperación
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