Entre El Amor Y Venganza

Peter Miré de nuevo la imagen del portarretratos que hay enfrente de mí, por más que he intentado no sentirme culpable por no haber estado con ella ese día, mi mente me reprocha una y otra vez sin contar que me recuerda que ya no está conmigo.  No puedo creer que diez años, diez perfectos años se hayan acabado en un abrir y cerrar de ojos, no puedo dejar de reprocharme por no haber ido con ella a ese viaje, por haberle dado prioridad a esa reunión que claramente hubiera podido esperar. Miro a mi alrededor y la nostalgia se hace presente, desde que encontré este lugar para vivir fue nuestro palacio. La puerta de nuevo alguien la toca, esta vez me levanto para poder abrirla. Ava mi hermana está allí de pie, sus ojos color miel como los míos no deja de juzgarme. —¿Aún no estás listo? —Entra y mira el desastre que hay en la habitación.  —Aunque no lo creas ya hice dos maletas, solo me falta terminar de arreglar algunas cosas. —Ella observa la foto que tengo en mis manos y rueda sus ojos. —Peter, no sabes como me duele verte así… Ya déjala ir, por ti y por mi sobrina Cloe, esa chiquilla te necesita. Ava entra a mi habitación y comienza a empacar las cosas que tengo sobre mi cama, le agradezco por comportarse como la mujer fuerte que es, pensé que en un caso de estos yo iba a ser el hombre protector y fuerte del lugar, pero me equivoqué.  —Yo te ayudo, ve con Grace, comes algo para que salgamos. La idea es que cuando Cloe llegué nos podamos ir. —Me acerqué y le di un abrazo.  —¿Sabías que aunque peleemos te amo? —Ella asiente con su cabeza.  —Esto lo hago por ti, por nosotros. Solo nos tenemos el uno al otro. Desde que fuimos abandonados hicimos la promesa que la familia es mucho más importante. Así que si tenemos que empezar de cero en otra ciudad y en otro país, con tal que tu corazón sane no hay problema. —Ella me quita el cuadro de las manos y me saca de la habitación.  Camino tocando las paredes, la decisión de dejar este lugar estaba lejos de mi cabeza, sin embargo, al descubrir que puedo encontrar a los culpables de la muerte de mi esposa, todo cambió. Cristina y yo nos conocimos cuando yo tenía veinte años, ella era dos años más joven. Al año de andar de novios nos casamos cuando nos dimos cuenta que ella tenía seis meses de embarazo, de ese fruto nació mi princesa Cloe, una chaparrita de cabello castaño y ojos miel que me enamora cada día. En todo este tiempo Cristina y yo fuimos la pareja más feliz, cada día era especial y cada momento lo disfrutamos al máximo. Ella era modelo de diferentes marcas conocidas, y yo soy un empresario bastante conocido de la ciudad, con innumerables empresas de marketing y publicidad. Nuestro trabajos se acoplaban a la perfección, ¿Qué más podría desear si tenía la vida perfecta?  Esa pregunta me la hago desde hace dos meses, dos meses en los que el insomnio me ha ganado, donde he descuidado mi trabajo y donde no encuentro mi paz. Porque alguien arrebató su vida.  Hoy nos mudaremos a una casa en Sydney, la última vez que la vieron viva fue allá y fue el último lugar donde ella trabajó. Nadie excepto Grace sabe sobre esto, sobre la verdad que oculta este cambio de vida. Una carta que llegó a mis manos, culpa directamente a una familia, los Brown.  Bajo las escaleras de está enorme lugar, allí veo que Grace está terminando de empacar algunas cosas. Grace es la hermana de Cristina, ella vive con nosotros hace dos años, y en estos meses me ha brindado un apoyo fundamental con mi pequeña Cloe.  —¿Qué haces? —dije haciendo que se sobresaltara. —Estoy empacando algunas cosas, sabes a la perfección que no voy a dejarlos solos, ustedes me necesitan y tú puedes contar conmigo. No voy a dejar que te hundas en todo esto y que de paso te lleves a mi sobrina. —Ella levanta sus hombros y suelta una risa.  —No sé como pagarte todo esto… te has ganado el cielo y todo lo que conlleva eso. —Me acercó y le doy un abrazo. —Haría todo por ustedes. Ahora sí, vamos a terminar de alistarse, ¿Pudiste arreglar todo lo de la empresa?  —Manejaré todo de forma remota, igual si tengo que venir una vez al mes lo voy a hacer sin ningún problema —hable con seguridad. Mi eficiencia en los negocios ha hecho que en los últimos años consiga una fortuna superior a lo que alguna vez me imaginé.  Luego de comer algo, me fui hasta la biblioteca. Aquí quedarán las cosas más importantes, sus fotos, sus cartas, nuestros recuerdos. Mire su foto por última vez. —Te dejaré ir, pero no voy a descansar hasta que esas personas paguen por todo. Te lo juro mi amor—.  A los pocos minutos, llegó Cloe. Entró y me da un abrazo, la admiro, ella ha enfrentado el duelo de una forma muy distinta y deja sobresalir su fuerza. Mi hija se arregló y todos salimos, fuimos hasta el aeropuerto y allí tomamos uno de mis aviones privados, no me importa escatimar en gastos con mi familia. Cloe se quedó dormida de inmediato, Grace la puso en sus piernas mientras le daba el cariño de una mamá, supongo que Cristina la dejó en nuestro camino al menos para que mi hija no le falte una figura materna, lo que sí tengo claro es que por mi parte no voy a amar de nuevo, si la vida se encargó de quitarme el amor de mi vida, no voy a contradecir las obras del destino.  El vuelo fue largo, incluso más de lo que normalmente se demora, las tormentas hicieron que nos detuviéramos en dos lugares diferentes. Al llegar el clima soleado nos recibió, Todo estaba perfecto se veía realmente impresionante, lastimosamente odio este lugar, incluso más que a esa familia. Cuando compré la nueva casa, fui muy objetivo, quería que fuera una de las más lujosas del lugar, quiero llamar la atención de esas personas y es claro que cuando alguien tiene dinero, le interesa tener mucho más dinero. Entré al lugar y vi la enorme piscina que había en la parte de atrás, quiero ver con esto si alguien se tiene que perder sea yo, desde hoy nace el nuevo Peter, el hombre frío y sin sentimientos. Mire mi teléfono, la cita con los Brown es en dos horas, en dos horas voy a poder verles  la cara, miro las fotografías que tengo de ellos en mis manos, no sé por cual voy a empezar.  —No deberías ver tanto ese sobre, —Grace toca mi espalda y se sienta frente a mí. —¿Crees que pueda hacer algo?  —Sí, todo lo que te propongas lo puedes hacer. aquí estoy para ti, cuenta conmigo para lo que necesites. —Ella agarra mi mano y la consiente—. Peter debes abrirte al amor, una persona como tú solo merece cosas buenas.  Ella se acerca y me da un beso en la comisura de los labios, me separo de inmediato para evitar malos entendidos.  —Eh no, no me malinterpretes —dice volviendo a su lugar—. Solo quiero que te des cuenta qué soy una persona incondicional para ti.  —Quiero dejar las cosas claras, no me interesa tener una relación con nadie, mi corazón es de Cristina y siempre será de esa manera —dije enojado, el dolor aún está muy reciente.  Me levanté de allí para salir de este lugar lo más pronto posible, no tengo idea lo que pasó por la cabeza de Grace, lo único que tengo claro es que está coraza que puse no va a ser derrumbada por nada ni nadie.  Mi foco debe ser claro, debo destruir los con todo lo que tengo y no debo para nada desenfocarme de lo que realmente es importante, acabar con ellos.