Amor en el olvido

Habían pasado casi 200 años desde que ocurrieron los eventos en el contiene del norte. Para algunos un mito que se hizo para integrar a todos las razas, y para otros una historia de amor que pasó de generación en generación. Lastimosamente ya nadie creía en eso, solo era un cuento popular. Había una guerra entre los humanos y elfos, que dividió países completamente. Los enanos siguieron en su montaña, mientras los hobbits eran esclavos de la r**a que predominaban en el lugar donde ellos estaban, pues eran muy pequeño y vistos como inútiles, solo para hacer pequeñas tareas Básicamente ese era mi mundo y lo odiaba. La vida no valía nada, los reyes eran muy egoístas al punto de que no ayudaban al pueblo. Solo los dejaban pasar trabajo y morir de hambre en los meses más difíciles. Cualquiera podía ser un héroe si hacia ciertas misión y tenía ciertos rangos y hoy me tocaba un evento con uno de ellos. […] A penas a cumplir los 18 y ya me sentía aburrida. Guardaba las apariencias yo era la hijastra de un cocinero de uno del palacio real. Era lo más fácil es que me casara con el hijo de un herrero o de un panadero ese era el futuro poco próspero me esperaba. Yo ayudaba a mi padres a arreglar la mesa para una cena especial que le hacía el rey a los héroes de la ciudad de bertz. Como todos los días iban y venía gente de cualquier ciudad, pero hoy había más de lo usual, me disgustaba eso. Yo y las otras personas que nos encargamos de eso. Estábamos muy precarias condiciones. Las continuas peleas entre ellos y humanos habían causado cierres a lugares donde se podia cosechar todo tipo de alimento. No pasábamos hambre, solo que ahora era muy difícil encontrar comida de buena calidad. Y este momento debíamos hacerlo mejor para el banquete del héroe […] Cayó la noche de aquella fiesta. La gente estaba feliz en ese lugar. Yo me encargue de repartir y ayudar a recoger la cocina. Me quedé sola en ese momento, justo allí, llegó un hombre barbudo, alto y bastante raro. Parecía un enano o un semihumano. Era demasiado musculoso y lo peor estaba borracho. Estaba sola en la cocina. El me miró con esos ojos obscenos trate de irme, pero el era muy fuerte. -Ninguna chica desprecia al héroe-Fueron sus palabras. Cerré los ojos tratando de calmarme, veía muy oscuro el panorama. No podía con alguien como el. Aquel sujeto me tomo del cuello y siguió tomando de un vaso que aún tenía en la mano. Había un montón de cuchillos encima de ese lugar. Me decidí a tomar uno y herirlo para huir, sabía en el lío en que me metería, pero ese hombre me daba asco. Estaba sudado como un cerdo y olía a alcohol. Yo le enterré el cuchillo de el brazo y me el me soltó pude irme de allí. Abandone el palacio y deje todo tirado. Sin pensar en las consecuencias que me traería este evento […] Me quedé en una posada de paso, no fui a mi casa para no recibir el regalo de mis familiares, sabía que se molestarían por lo que hice, pero no tenía de otra. Me dirigí al palacio que quedaba un poco lejos de el lugar. Cuando caminaba por las calles la gente me miraba un poco mal. Yo no lo entendía solo seguí mi camino. Cuando llegue al castillo. Todos me miraban con rabia. Un guardia real se acercó a mi y me habló. -Señorita Leticia, lamentablemente usted fue acusada de robo, deberá ser llevada al calabozo y deberá pasar algunos meses allí. Cuando escuché eso, me aleje de él. -No se resista es mi deber atraparla y llevarla hasta allá. -Espera….¿Y que piensan mis padres?, Usted no puede hacerme esto. El se veía serio y contesto sin dudar mi pregunta. -La dejaron a su suerte. Ellos ordenaron su captura y exilió de este país. No sabe la vergüenza que hoy les hizo pasar. Antes esas palabras yo bajé la cara y corrió. Cuándo el se dio cuenta ya era muy tarde. Corría por toda la zona de comercio del lugar. Hasta que por fin logré perderlo. Sin nada ama que unas simples monedas. Llegué hasta una caravana y me subí a una para salir de este país. Allí perdí mi lo poco que tenía. Iba en rumbo a la frontera a la ciudad de las mezclas. Allí vivían las razas que se cruzaron por el desprecio y rechazo que se generó entre nos bandos los últimos años. En ese lugar nadie me buscaría. Aunque era ciertamente peligrosa. Me cubrí con mi túnica, tratando de evitar que la gente me viera. Otras personas más se subieron, algunos personas normales con sus familias y algunas llevaban sus pertenencias. Creo que faltaba poco para que comenzará el viaje. Hoy parecía que muchos abandonarían este lugar, todas las carretas iban llenas, pero ya no me importaba este país. Me condenaron sin haber hecho nada, solo porque un héroe de dudosa reputación lo dijo, era obvio que le creerían a el más que a mí. Yo solo me acomode en la silla mientras de la nada empezó el recorrido. La caravana me dejó cerca al país de las mezclas el único lugar donde nadie señalaría a nadie ser una. Aun así por la amabilidad de su gente se volvió el lugar perfecto para los ladrones y las personas que huían de otros países. El gran problema era que me dejarán entrar o llegara bien a aquel lugar. Lo único que llevaba conmigo era un cuchillo de la cocina con bastante filo. Era mi única arma. Estaba al frente de un bosque tal vez era así por la costumbre de los elfos de esconderse de los seres dañinos como los seres humanos. Decidí seguir hasta encontrar el camino hacia esa ciudad. Camine por una inmensa vegetación, pero sin ningún fruto para comer. Solo ojos y aboles del paisaje. Estuve todos el día caminando. Hasta que logré ver los edificios de ese lugar que están tapados por gigantes árboles que trataban de desconcentrar a cualquier persona que estuviera perdida. Lastimosamente para mí era un lugar inclinado. Imposible para alguien como yo. Me sentí impotente y camine hasta que las fuerzas me dieron para bajar llegar antes de que cayera la noche.