Olivia William se había marchado inquieto, repitió una y otra vez que yo no era responsable de nada y realmente lo era por qué sabía las reglas y aun así, nos hicimos novios. “Si no hubieras puesto los ojos en él, Olivia” suspiré cuando me dejé caer en el sillón de la sala, lo que me quedaban de semanas de vacaciones, ya no podrían ser, era de buscar trabajo pero ya. Me levanté y fui por mi computadora, estaba dispuesta a no seguir tomándome días o me volvería loca pensando. Por la tarde, estaba en el sofá, con mi laptop en mi mesita portable y rellenando información para aplicar en línea en varios restaurantes, sonó el alerta de mensaje en mi celular, estiré mi mano sin retirar la mirada de la computadora y cuando miré era de la página de citas, torcí el labio, lo que menos necesitaba

