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Sacrificio por amor

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Blurb

Elizabeth González, joven de 24 años completamente enamorada de su novio Gustavo Ferrer, joven de 26 años, quien es su novio desde que eran muy jóvenes viviendo una aventura de amor como nunca antes se había visto, hasta que una oportunidad profesional lleva a Gustavo a elegir entre Elizabeth y su futuro, siendo obligado por sus padres para qué abandoné a Elizabeth y cumpla sus sueños, se deja llevar por el amor que siente por Elizabeth eligiéndola ante todo. Elizabeth, quien escucha a escondidas toma la decisión más difícil y decide alejarse del amor de su vida, hace una acción que destroza por completo a Gustavo quién se marcha sin pensarlo, Elizabeth sin saberlo llevando en su vientre el fruto de su amor, al enterarse sus padres la corren de la casa si no aborta al bebé, ella se va lejos sin explicar su embarazo a sus padres quienes la envían a vivir con sus abuelos por ser una deshonra para sus padres pasando grandes penumbras. Con el tiempo Elizabeth saca a su pequeño Martín adelante y consigue trabajo en una empresa de publicidad dónde el destino la lleva a encontrarse con Gustavo quien es uno de los multimillonarios más importantes del país, Gustavo al verla siente rencor por su abandono y la trata como cualquier empleada haciéndola pasar por mucho dolor, cuando se entera de que ella tiene un hijo de él todo se descontrola dónde solo el verdadero amor podría volver a unirlos.

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Sacrificio.
Capítulo 1. Sacrificio por amor, no, está no es una historia donde el millonario rescata a la pobre mujer, está historia empieza en el atareado barrio de Nijar España, donde se trabaja hasta 12 o más horas al día para llevar el sustento a la casa. Yo soy Elizabeth González y conocí a mi amado Gustavo Ferrer en la segundaria, nuestro amor fue instantáneo después de que quedamos en un proyecto juntos, nuestra unión es la más hermosa de todas, él es mi mejor amigo y mi primer amor, el único en mi vida por el cual daría todo por estar juntos, lamentablemente los recursos económicos de ambos es muy bajo, apenas podemos sostenernos, Gustavo trabaja horas extras en una empaquetadora y yo en una Cafetería, ambos con doble turno para pagar los estudios de la universidad y mantenernos, casi no nos da tiempo de estar juntos, pero cuando lo hacemos, es explosivo, lo amo como a nadie y él a mí, lo sé por qué se esfuerza por cuidarme y consentirme a pesar de que no le pido nada, mi vida no es precisamente un cuento de hadas, pero soy feliz mientras él esté conmigo. Todo marchaba bien hasta que llegó la oportunidad más importante de su vida, se iría a estudiar al extranjero y debe elegir entre su oportunidad y yo y aquí es donde está historia da inicio. ***Narración*** España Nijar. Los ojos de Elizabeth están llenos de tristeza y dolor mientras escucha tras la puerta de la habitación de los padres de Gustavo donde una gran discusión por el bien y el mal se está dando acabo. — Déjala, ¿No pensarás arruinar tu futuro por una chica que no vale la pena? Estamos hablando de la oportunidad de tu vida, es ella o tu futuro, pero ambos es imposible.— Los padres de Gustavo desean con el corazón que él tome la decisión correcta es su futuro del que se habla para ellos el amor que siente por Elizabeth es pasajero y más adelante encontrara a alguien que lo complemente, una mujer que permita que él cumpla sus sueños, para ellos Elizabeth no es más que una arribista que se aprovecha de la situación para que su hijo siga trabajando para mantenerla. Un gran debate da lugar, la discusión más difícil de todas, decisión que atormenta a Elizabeth al escuchar al amor de su vida discutir con sus padres para defenderla a toda costa. — La eligió a ella padre. — Dice Gustavo con firmeza. Esas palabras destrozan el corazón de Elizabeth, quien se siente mareada, se acerca sentándose sobre la cama con la mano en su pecho adolorido por la sensación más extraña que ha sentido. Su vida estaba llena de alegría y bendiciones desde que tenía 13 años y conoció a Gustavo en la primaria una conexión inexplicable, se hicieron amigos y poco a poco el amor fue surgiendo entre ellos haciéndolos inseparables, Elizabeth siempre ha tenido problema con sus padres y cuando no puede sobrellevar la situación se va con Gustavo quien siempre la apoya, se convirtió en el amor de su vida entregándose a él, como nunca, un amor que traspasa fronteras, una fuerte pasión se desborda cuando están juntos. — Nuca te dejaré, te amo y te juro que siempre estaré a tu lado, cuando nos graduemos nos casaremos y trabajaré duro para comprarte una casa donde podamos formar un familiar. — Te amo Gustavo nunca me alejaré de ti. — ¿Es una promesa?—Dice mirándola a los ojos. — Es una promesa. Con ese pacto sellaron su amor entre caricias en su habitación, ambos son de bajos recursos y cada oportunidad que se les presenta la saben aprovechar, hasta que una gran oportunidad es presentada para Gustavo quien fue elegido por una empresa extranjera que reclutan a jóvenes solteros para ser entrenados para trabajar en una de las empresas más importantes de la ciudad dorada Dubai, una gran oportunidad sin dudarlo, pero para Gustavo eso significa dejar a Elizabeth para él eso no sería una opción, la amaba tanto que ella era su mundo y si tenía que dejarlo todo por ella lo haría aunque tuviera que perder la oportunidad de su vida, pero para Elizabeth eso no era una opción, ella jamás lo permitiría, con gran dolor se llenaba de valor en la habitación para hacer lo que cree es lo mejor para todos. Después de una larga dispuesta Gustavo sube a la habitación para buscar a Elizabeth, pero ya ella no está, toma su celular marcado varias veces su número, pero no logra localizarla y decide salir a buscarla, toma su chaqueta y se la pone con premura, un mal presentimiento lo invade, sale tomando sus pertenencias y sube a su bicicleta, se va en busca de Elizabeth, sabiendo que no podría estar en su casa la busca en la cafetería donde trabaja, al llegar, ella de inmediato lo nota desde la distancia, sus nervios controlan su cuerpo llenándose de desesperación que la lleva a comer el peor error de su vida, nota la presencia de un chico detrás de la barra de pasteles y lo sujeta de su chaqueta besándolo en los labios, Gustavo al ver la escena se apresura a sujetarla golpeando al sujeto que está confundido sobre el suelo, salen junto a Elizabeth a quien sujeta con fuerza. — ¿Qué carajo crees que haces? —Le dice con enojo entre un gran dolor. La sostiene con fuerza contra su pecho mientras la mira a los ojos, algo cambio en ella y puede ver su rechazo, el dolor en su pecho lo invade amargamente viendo a la mujer que ama tratando de entender el porqué de sus acciones. — Respóndeme. — Vuelve a decir. — Se acabó.— Elizabeth suelta aquellas palabras con dolor. — ¿Qué quieres decir con que se acabó? ¿Ya no me amas? Ambos están destrozados mientras se miran a los ojos tratando de soportar la situación, buscando una solución pero no ahí ninguna. — No— Dice sin aliento mirándolo a los ojos fijamente para que él pueda creerlo.—Aléjate de mí, ya no siento nada por ti, quiero a alguien nuevo, alguien con dinero, no como tú qué no puedes ofrecerme nada, mírame, soy pobre y si quiero salir de pobre debo buscar algo mejor para mi vida. — Tú no eres así, ¿Por qué lo haces?— La sostiene con dolor sin poder creer que la mujer que tiene al frente es a la que ha amado todo este tiempo. — Gustavo, mis padres tienen razón, merezco a alguien mejor y tú no eres lo que necesito.— Dice Elizabeth tratando de no romperse frente a él. — Entiendo, ¿Sabes que? Púdrete, vete con el hijo de puta del socio de tu padre, ese si tiene potencial para ser digno de ti, Elizabeth, mis padres tienen razón, tú no vales la pena, eres como las demás.— Aplaude con decepción, sube a su bicicleta y se va del lugar. Elizabeth se arroja al suelo con el dolor más grande de su vida llora sin control queriendo buscarlo, pero sabe que es lo mejor, sabe que si ella no se aleja él nunca se iría a cumplir sus sueños, con gran decepción se va caminando a casa donde al llegar un fuerte escalofrío recorre su cuerpo invadiéndola de dolor, sube a su habitación donde siente náuseas y corre al baño cubriendo su boca, vomita hasta sentirse mejor, se levanta enjuagando su boca, camina a su cama donde se acuesta sacando de su mesita de noche una foto de Gustavo, la coloca en su pecho sosteniéndola con fuerza mientras sus lágrimas caen por sus mejillas hasta quedarse dormida. * Los siguientes días Elizabeth no volvió a ver a Gustavo, su rutina cada vez fue más triste, llegaba a la pastelería y de vuelta a casa, donde destapaba una caja de brownies que traía del trabajo todos los días, las náuseas matutinas empezaron y preocupada asiste al hospital, su madre al verla tan pálida decide acompañarla, en la sala de espera Elizabeth es llamada por la enfermera que la escolta hasta el consultorio de la doctora dónde se sienta junto con su madre, la doctora la examina con cuidado sabiendo exactamente qué pasa con la joven. — Mmm, me temo que debo hacerle unos exámenes para confirmar mi teoría. Toma las muestras de sangre y Elizabeth junto a su madre esperan los resultados en el pasillo, de repente son llamadas por la misma enferma volviendo a la habitación se sientan con preocupación de que pueda tener una enfermedad y con sus recursos no podrían ayudarla. — Me temo señorita que usted está embarazada, a eso se debe todo su malestar, deberás mantener una alimentación balanceada y tomar las vitaminas que te enviaré, felicidades. El rostro de Elizabeth queda helado por la noticia sin pensarlo su madre se acerca dándole una fuerte cachetada. — Eres una irresponsable, tú sabes que tu padre y yo apenas podemos mantenerte, ¿Cómo te atreves a quedar embarazada? ¿Quién es el padre? — Llena de enojo mira a su madre con firmeza, jamás les dijo de Gustavo por qué sabía que ellos arruinarían la única felicidad en su vida. — No te lo diré, no tiene importancia. Elizabeth, decidía a mantener su secreto es golpeada hasta sangrar de los labios por su padre que arremete contra ella dándole fuertes cachetadas, tratando de sacarle la información a toda costa. — Basta, Royer, es evidente que no nos dirá nada, lo sentimos, pero ella no podrá quedarse aquí, es una deshonra para la familia, deberá irse a vivir con sus abuelos a Estados Unidos, ellos si pueden mantenerla, nosotros apenas y tenemos para comer. Sin decir una palabra en días Elizabeth, quien añora a la pequeña vida en su vientre, el fruto de su amor con el hombre que ella ama recoge sus cosas para empezar una nueva vida con sus abuelos que no la aprueban por llevar un hijo sin un padre que la representé, su familia llena de tradiciones no soporta la pena de tener una nieta sin escrúpulos, aun así le envían el pasaje y la hacen viajar al país, para ellos es la ayuda suficiente el sacarla del lugar donde vivía, la llegada de Elizabeth a Estados Unidos, es dolorosa sus abuelos enviaron a un chófer a recogerla y el hombre la deja abandonada en un refugio, sin saber nada de sus abuelos y con poco dinero Elizabeth se ve en la obligación de quedarse por un tiempo en varios refugios, mientras su barriga crece cada vez más. Sin fuerzas para continuar se levanta con un propósito, siente la obligación de buscar una salida, se dirige a una fundación donde ella se quedaba de vez en cuando, con la esperanza de que le den un trabajo donde pueda mantenerse quiere luchar, quiere hacer por su bebé, ese día por suerte una empresaria que se encontraba en el lugar escucha sus súplicas, sabiendo que no todos en su situación estarían dispuestos a todo y luchar para traer a su bebé al mundo y conservarlo, otras los venderían, los darían en adopción, pero está chica ante sus ojos estaba dispuesta a todo y eso le recordaba a ella cuando su esposo la abandono dejándola sola con sus hijos y los recuerdos de todo lo que tuvo que hacer para traerlos al mundo la llenan de un fuerte sentimiento. — Por favor, por favor, espero un bebé y lo que más deseo es darle una vida digna a mi hijo, yo quiero trabajar y darle un hogar, lo que sea que me puedan dar por favor ayúdeme, yo estaría agradecida, se lo imploro. — Dice Elizabeth de rodillas llorando ante un grupo de personas que no saben que decir, las palabras se cortan al verla. De la nada, la puerta se abre y la señora mayor la mira fijamente con determinación. — ¿Qué sabes hacer?— Le dice fijando sus ojos en el vientre redondo de Elizabeth. — No tengo mucha experiencia, en mi país trabajaba para una pastelería. — Entonces sabes de ventas, vendrás conmigo a mi casa, te puedo ofrecer empleo como mi asistente, pero deberás estudiar y esforzarte.— Estaba dispuesta ayudarla, estaba enferma y su enfermedad es la raíz de todo lo que tuvo que hacer para mantener a sus hijos, hasta la vanidad más cruel, si tenía los recursos ayudaría a esa joven aunque solo supiera barrer. — Si señora, lo que usted me diga, gracias, gracias, le prometo que no la decepcionaré, se lo prometo. Ese día Elizabeth recogió sus cosas y subió sin pensarlo, sube al coche de esa desconocida, no dejaría pasar la oportunidad ni aunque eso le costará. Llegan a una gran mansión donde la llevan a una pequeña casa afuera del jardín, ella se instala y empieza su nueva vida, Elizabeth estudia en la tarde y por las mañanas acompañaba a la anciana a la oficina, con el tiempo ella dio a Luz a un hermoso varón que es cuidado por el personal de la mansión mientras que Elizabeth trabaja por las mañana y en las tardes estudia, viendo a su pequeño bebé que le recuerda a Gustavo por sus hermosos ojos verdes y su gran físico como su padre, aún lo ama y juro amarlo por el resto de su vida, el dolor de no volverlo a ver la invade. * Han pasado 5 años desde que Elizabeth llegó a vivir a la mansión Erizando, una gran familia que la ha apoyado en el trascurso de su tiempo en el país, gracias al haber tenido a Martin en el país logro obtener los papeles después de largas jornadas de espera, el sol brillaba con todo su esplendor, eran las 12 pm cuando Elizabeth por fin logro arrendar un departamento cerca de su trabajo, el día estaba increíble y pudo hacer los trámites de la mudanza sin problemas, pero de repente una llamada dejo su corazón envuelto en triste, la muerte de Felicia, la mujer que la ha ayudado todo este tiempo dejo un amargó dolor en su corazón y un largo luto los lleva a desconectarse por un tiempo, ya que la consideraba como una madre para ella y una abuela para su hijo, Felicia se ha ido dejando a cargo a su nieto arrogante como dueño de la empresa de publicidad de la familia. — González, ¿Dónde están los documentos que le pedí hace dos horas? — Señor ya se los llevo. — Eres una inútil, no entiendo cómo mi abuela te mantuvo aquí por tantos años. — Señor Andrés, estaba reservando el lugar para la reunión con el inversionista extranjero. — Quiero esos documentos en este instante o te juro que tus días estarán contados. — Si señor de inmediato. Elizabeth no pierde tiempo y corre en busca de los contratos, llevándolos a la oficina mira su reloj y nota que ya casi es la hora de retirar a Martín en la escuela, recuerda que Felicia siempre la dejaba salir más temprano para retirar al niño al colegio y llevarlo por un helado. Después del trabajo corre a la escuela donde es la primera vez que llega tarde, ve a su hijo esperando junto a la maestra y su cara de vergüenza la inevitable. — Llega usted tarde señorita. — Si lo lamento mucho, salí muy tarde del trabajo. — Usted tiene muy claro las reglas de esta institución, trate de llegar temprano mañana o deberemos tomar acciones contra este asunto. — Entiendo, lo siento mucho. — Carga a su hijo en brazos y lo saca del lugar notando la tristeza en sus ojos. — ¿Qué? ¿Qué pasa cariño? — Mami, los niños se burlan de mí por qué no tengo papá, ¿Cuándo volverá papá?

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