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Después de que Manuel hablara con el encargado de arreglar el ascensor no llego a esperar ni veinte minutos cuando él que iba a reparar el ascensor le mando un mensaje diciéndole que el tráfico no mejoraba y no se había movido ni dos metros de la cola. Así que después de avisar de la situación a varios de los trabajadores de más importancia de la empresa de la sede principal para que intercambiaran ideas de cómo sacarlos en tal caso de que el mecánico tardara más de lo normal.
Se encontraban reunidos en la terraza para más comodidad— Yo opino —se levantó de su asiento el castaño con buena voluntad —deberíamos usar una cierra y hacer un gran hoyo pensando en que por allí puedan salir —
La rubia de coleta alta negó con la cabeza en desacuerdo— Ni muerta Manuel. Además ¿nosotros dónde vamos a conseguir una cierra? —
—Buen punto —reflexiono Manuel dándose un golpe en la cabeza por su ocurrencia —¿y qué crees que hay que hacer Carla? —
Esta Se levantó de la silla poniéndose en el centro de todos —yo opino que Agarremos toda una lima de uñas y empecemos a limar el metal —hubo un silencio de sepulcro, levanta las cejas interrogante —que, es buena idea —
— ¡Cállate! —gritaron todos en coro tirándole bolas de papel.
— Déjense de bromas —se paró extasiado un hombre llamado Martin reconocido por poseer unas cejas súper pobladas y admirados secreto de Laura —hay que rescatar a mi bella flor lo más rápido —
—¿Pero cómo lo haremos? —hablo luna— creo que lo más seguro es esperar a que llegue ese tal electricista—
— De ninguna manera podemos esperar a que llegue ese mecánico—se opuso la rubia oxigenada de lentes —hay que sacar a mi Fernando ¡de ese ascensor urgentemente! —
—Oriana; recuerda que Fernando no está allí solo. También esta Laura —
— Silencio cejudo, ¡ella no es importante! — al instante se formó un bullicio fundido en una discusión ruidosa y ensordecedora.
—¡Silencio! —grito el castaño haciendo que todos se sentaran irritados —¿qué tal si hacemos mi idea? —todos asintieron —Martina —chasque los dedos.
La mencionada se paró en el medio del círculo y saco un plano —esto es lo que vamos a hacer, he dibujado un ejemplo para saber cómo haríamos para intentar abrir el ascensor—
Los presentes arrugaron el entrecejo confundidos por la visualización de la chica de fleco. vieron con esfuerzo en el dibujo una caja que parecía el ascensor, y unos humanos hechos de palos en una fila sosteniendo una línea. Todos asintieron concordando con la chica no siendo capaz de decirle que no entendían lo que intento dibujar allí, no querían lastimar sus sentimientos.
José que estaba al lado Carla se acercó un poco más para visualizar de más cerca el dibujo se tapó la boca reprimiendo una risa de pena ajena fingida amable —apreciamos tu dibujo Martina, pero… ¿Cómo decirlo? —Respiro profundo Buscando las palabras adecuadas, pero no las encontraba —Martina, tu manera de dibujar es…básica, creativa, única, es.... —
—Una mierda— interrumpió Ronald mostrando una sonrisa. Todos se voltearon a verlo abucheándolo por su falta de delicadeza—lo siento Martina, pero había que decírtelo ¡dibujas horrible mujer! —
—¡Ya cállate! — luna lo callo de un golpe en el pecho—mejor vete con una de esas mujeres con la que estabas Ronald— vio a la de fleco con una sonrisa de disculpa— no le hagas caso a este sin vergüenza. Lo que pasa es que —
Manuel negó no estando de acuerdo con los demás —¡no lo escuches Martina, yo si entendí tú lo que quieras explicar en tu dibujo —
La del fleco bajo la cabeza avergonzada. Ahora se discriminaba la excesiva confianza que tuvo a proponerle a Manuel de hacer más visual su idea —jajaja discúlpenme, soy muy mala dibujando —se rió de ella misma para pasar el rato amargo.
El castaño se le acerco quitándole el dibujo y poniéndolo en frente del circulo que formaron todos —No te preocupes Martina, eso sirve. yo lo explico. gracias —le sonrió para seguidamente empezar a explicar su idea; saco un lapicero y señalo el dibujo —¿ven esto de aquí? — todos asintieron, eso que ven aquí es el ascensor. —se puso de un lado para que los presente vieran el ascensor real. Mucho soltaron una expresión de entendimiento a ver que era el dibujo — Martina intento dibujar por dentro como es que estaba recubierto por cinco capas de hierro. Pero según vi por el Internet y este ascensor tiene un pequeño botón en la barra de hierro número tres—
Andrés da un pequeño bostezo —te rompiste el coco Manuel. No sabía que pensaras—
—jajaja muy gracioso Andrés— lo ve ofendido.
—Ya se lo que quieres hacer —intervino pensativo José— podemos usar unas finas barras de metal que están en cuarto de limpieza. No pregunte como lo sé. Solo lo sé—
—Qué bueno que ya van entendiendo mi idea. Debemos buscar esas lamina de metal e introducir hasta la que sintamos el botón ¿Qué les parece? —
—Eso es mucho trabajo— dijo aburrido y perezoso Andrés—que tal si simplemente esperamos a que venga el mecánico y ya. ¿ni que fuera el fin del mundo? —
—Ya llevan allá dentro una hora y media. Hay que hacer algo por nuestra cuenta. Quien sabe y podemos abrirlo antes de que llegue— el castaño dijo eso en general. Pero la realidad era que está preocupado por Laura. No sabe por qué. Pero cree que si no abren ese ascensor podría pasarle algo, no sabía el motivo de ese pensamiento; quizás era una corazonada. Además de que Martina también está inquieta, algo debe de estar ocultando Laura para que Martina también este preocupada.
—Quien está de acuerdo con la idea—pregunto Martina. Gran parte levanto la mano de acuerdo —entonces, estamos todos de acuerdo. —
—Muy bien —levanto la mano victoriosa el castaño — pongamos manos a la obra ¡hay que hacerlo! —todos corearon un sí de ánimo. —ah, ¿alguien sabe si en esa fiesta den algo a esta hora que no sea trago ¡por dios, como que nos querían emborrachar temprano; no son ni las siete y he visto que han sacado seis cajas de vino vacías— le comentaba a José mientras bajaba junto con él a buscar las láminas que van a utilizar.
Andrés ve como el grupo sigue a Manuel hasta el piso de abajo— ¿enserio? Esto es mejor que mi idea —
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Ambos estaban arrinconados en distintas esquinas del ascensor dándose la cara.
La chica suspiraba cansada repetidamente tratando de concentrar la mente en otra cosa o bueno… pensando en la sed que le empezaba a dar, la poca agua que tomo del licenciado Fernández no fue suficiente para satisfacerla. Bufo cansado. Después de un rato recostó la cabeza en la pared del ascensor con la mirada fija al techo con la mente en blanco
—Licenciado Fernando —lo llamo sin animo sin despegar la mirada del techo. El hombre de ojos grises se voltio a verla sin emoción prestándole atención — ¿Cómo cree que estará el mundo allá fuera? —
Este dibujo una pequeña sonrisa al imaginar la fiesta como un caos —Seguramente un desastre — observo que la chica levanto la ceja interrogante aun sin dirigirle la mirada, ese fue gesto fue suficiente para saber que quería que le explicara —Manuel está a cargo, con eso ya es un desastre para mí —
—Esta exagerando. no es tan malo —
—¿Por qué lo dice? —
—Por qué lo conozco desde hace tiempo, creo que en esta situación el seria responsable. Bueno… eso quiero creer —sonrío al recordar otra ocasión en la Fernando lo dejo por media hora y en eso varios trabajadores se escaparon de la empresa una hora antes de la salida asignada. ¿Qué raro? De repente ella Siente que el la miraba fijamente pero aun así no quiso verlo a la cara
—Sé que son buenos amigos, pero no tenia en cuento que lo conociera de años —el hombre de ojos grises se levanta sentándose al lado de ella —¿desde cuando conoce a Manuel? —
Laura gira a verlo de repente. Inmediatamente se dio una chateada mentalmente ¡¿cómo pudo ser tan tonta de decirle que conoce a Manuel de años?! Carraspeo retomando su compostura mental —ehh, sí. Lo conozco desde hace años. Somos vecinos —
Fernando la ve ligeramente sorprendido —¿tú vives en la residencia los ruices? —la chica asintió rápido —entonces debo de haberte visto en algún momento. Yo me llegue a quedar en casa Manuel muchas veces —
—Lo que pasa en ese tiempo yo viajaba mucho. Así que muy poco estaba en la residencia con mis padres —mintió creíblemente. tan creíble que ella misma se lo empezaba a creer.
Este aun no salía de su pequeño trance. Eso no lo tenía en cuenta. —realmente el mundo es muy pequeño Laura—se arrimó más hacia ella penetrándola con su mirada grisácea de gato calculador junto a una sonrisa pícara —créeme cuando te digo esto. Si yo te fuera visto solo por un segundo no olvidaría tu cara preciosa —
La chica reprimió una carcajada incrédula. ¿hasta podrá aguantar estar en el mismo lugar con este tipo? No sé por qué razón. Pero este hombre desde que llego a la fiesta le dejo ver su verdadera personalidad; ahora estaba más segura que nunca de seguir evitándolo a toda costa, de repente siente que el estómago se le revuelve de la repulsión que siente al verlo actuar de esa manera coqueta con ella. Para ella no es más que un farsante.
¡Que juegue y manipule a otras mujeres, ¡pero ella no es ningún juguete o títere para que el la maneje!
Esta vez no evito su mirada, sino que lo enfrento fingiendo una sonrisa de actriz profesional, pero con un toque de ingenio y malicia —gracias. Pero tranquilo, yo tampoco lo he visto, Es más. Ni siquiera Manuel me ha hablado de usted —
Este se quedó anonadado ante la respuesta que le dio esta. se alejó un poco de ella escapándole una carcajada incrédula de lo que oye. interrogaría a Manuel respecto a Laura y el por qué motivo no se le ocurrió presentársela —estamos hablando de Manuel. El a veces puede ser impredecible y distraído, pero como le dije antes no soy muy mayor que usted y poco a poco puede tutearme, y más ahora que es amiga de tiempo de Manuel —
—Si. Soy amiga de Manuel. Pero no significa que también lo vaya a ser de usted —le dijo, pero sonó más rudo de lo ella quiso —disculpe. Es que soy una persona reservada y no soy de los que llamo amigo a cualquiera —
—Eso lo noté desde hace mucho — la chica lo ve confusa —en este año empecé a ser más presente e importante para la empresa y siempre te he visto de lejos — confeso —pero te digo Laura, se tu habilidades y me caes bien, quiero llevarme bien con usted pero —la ve brevemente fijamente a los ojos antes de bajar la vista al suelo con un sonrisa —no me lo está poniendo fácil —
— Usted tampoco licenciado Fernando —le dio la espalda evitando verlo de nuevo.
— ¿Y en que te ayudo? —levanto una ceja divertido.
—Para empezar. póngase una camisa, me distrae— pensó en su mente. quería decírselo, pero si lo hacía no iba a poder soportar su sonrisa creída, y más si tenía una buena razón, no se la quitaría. Se maldijo internamente. Tenía que dejar su fetiche por los hombres con buena musculatura —¿tienes una idea de cómo salir? —pregunto cambiando de tema.
— Hay una posibilidad —señalo hacia arriba —esa es una salida —
Se paró automática del suelo al ver una pequeña una especie de ventana ¿Cómo es que pudo estar rato viendo para allá y no verla? —¿por qué no me dijo? —
—¿Crees que no lo he pensado? —pregunto dolido de broma —tiene candado, no tenemos ninguna llave o como abrirlo—
—No necesariamente se necesita una llave—
—A que te refieres— observo a Laura dirigirse hacia su cartera y hurgar hasta sacar algo de ella. La ve no tomándola en serio. Eso parece sacado de película —¿un gancho de pelo? ¿es enserio Laura? —
—Exacto, podríamos abrirlo con esto —
—Muy bien, hazlo—se acomodó en su esquina siguiendo con la mirada lo que iba a hacer Laura, pero fuera de lo que pensó ella se le queda viendo fijamente —¿Qué pasa? ¿Qué estas esperando? —
Ella no deja de verlo fijamente sonriendo irónicamente —creo que es obvio que yo no puedo llegar hasta allá arriba. ayúdeme por favor—
Este la ve con desinterés a causa de la aparente solución que ella daba, pero aun así se levantó con pereza del suelo —Como tú digas — se agacho con el motivo de que para ella que se sujetara a su espalda o se montara en sus hombros—apúrate, hazlo antes de que me arrepienta —
—Yo no voy a ser quien la abra—
—Que— se levantó del piso —entonces ¿Quién? —
La chica de pelo castaño rojizo lo señalo —resulta obvio tú lo harás —
—jajaja—estallo en una carcajada burlona después de minutos de silencio —no me hagas reír, ni yo alcanzo que piensas hacer ¿cargarme? —uso sarcasmos en lo último.
Esta bajo la cabeza un poco avergonzada. Ahora que lo pensaba con más calma es estúpido de imaginarlo. No puede ni con diez kilos de arroz menos con él, como que estaba afectándole el tiempo ya encerrados —
—¿Y por qué no lo quieres hacer tú? — Pregunto —¿tienes algún problema en hacerlo? —
—Por supuesto —señalo hacia debajo de sus piernas —estoy usando falda, resulta obvio que no puedo subirme a su espalda o hombros —
—¿No has pensado en usar pantalones? —pregunto de repente.
¿ Ahora?¿por qué le dio por preguntar eso? Lo ve extrañada — sí, los uso en casa —
—Pues úsalo también en la calle —
—Una falda se ve más elegante— en cierta parte ella lo siente así. Siempre que va a la oficina o alguna reunión lleva falda o vestido; ella siente que le da más presencia y ella nunca se ha sentido cómoda con pantalones que no fueran de blue jean —sí. Creo que los pantalones de vestir no son lo mío—
—¿Por qué no? —
— No son cómodos —se excusó simple.
Fernando frunció el ceño en señal de molestia —estas mintiendo. Si son cómodos. —
— ¿Por qué me pregunta esto? —le pregunto ya un poco molesta —Para usted son cómodos. ¡por qué es la única ropa que los hombres usan para vestirse! pero debería probarse alguna una falda y notaras la diferencia —
El hombre se perturbo al imaginarse con falda. Definitivamente no era buena idea intentar probarse alguna falda —¡cómo te atreves a usar este tono conmigo! —
¡Ah! ¿y ahora este que le pasa? Es bipolar o que —bueno. quien lo entiende, no me dijo que quiere que lo trate con confianza! ¡¿y el tono que usted uso conmigo ahora?! —
—¿Cuál tono? —Pregunto si notar que le alzo la voz— sí. Yo le dije que estuviera en confianza conmigo, pero eso no quiera decir que me falte el respeto. Tenga más cuidado, acuérdese de que sigo siendo su jefe —
Soltó una risa irónica —¿es mi jefe incluso cuando estamos en una fiesta? Por favor no se abuse. No estamos en la oficina —Cruzo los brazos infantilmente — ¿Qué tanto interés tiene en lo que me pongo o no me pongo? —Hubo un silencio por unos segundos en donde nadie hablo — ¿no me va a responder? —
—Solo es un consejo Laura no es para tanto —contesto para salir del paso. En su mente solo tenía que la chica es total distraída; como puede pasarle por la cabeza usar falda cuando tiene esas linda y largas piernas que atraen a cualquiera —tú ves si lo tomas o no— dijo evitando dar alguna explicación detallada de sus pensamientos.
La chica se quedó pensativa ¿enserio le estaba dando un consejo? Resultaba difícil de creerlo para ella —lo siento, creo que exagere. aceptare el consejo, gracias —
—No te preocupes. Disculpe por el tono de voz —contesto viendo un punto en específico del ascensor —¿qué tal si buscamos como abrir esa pequeña puerta de allá arriba? —
— ¡Si, por supuesto que sí! —alzo la voz alegre haciendo que Fernando sonriera para sus adentros y sin que él lo notara dándole una mirada de ternura —¿y cómo llegamos allí? —
El hombre se removió el cabello pensando en algo que pudieran usar para poder alcanzar ese candado. Vio de suerte algo que se asomaba por el ascensor, parecía una lámina fina de metal, con mucho cuidado y fuerza logro sacarla. Esta media apenas un metro, pero era más que suficiente para alcanzar el candado —usemos esto Laura —
—¿De dónde saco eso? —
—Estaba entre la pequeña abertura del ascensor—
—¿Estás seguro fue buena idea haberlo jalado? —vio con desconfianza la lámina —quizás lo estaban usando allá afuera—
—Que importa. Intentemos para ver si nos funciona; si no nos sirve la pondré en donde estaba. No será difícil —el hombre le pidió el ganchito de pelo a Laura; ahora solo le faltaba algo para sujetarlo a la punta de la lámina para que esta no se callera al suelo y tuviera resistencia cuando mueva el gancho dentro del candado — ¿tienes alguna liguita o cinta para sujetar esto? —
Empezó a remover su pequeña cartera y no encontró nada parecido para sujetar el gancho. Se giró a verlo negando —no. No tengo nada parecido ¿usted tampoco tiene nada que nos sirva para sujetarlo? —este negó. Se recostó suspirando afligida —¿Qué vamos a hacer? —
Este se le acercó y le quito la cinta que tenía en su cabeza, su largo cabello marrón rojizo se soltó rápidamente por toda su espalda hasta la mitad de su espalda. — Usare tu cinta para amarrar el gancho a la lámina. Solo serán unos minutos después te la devuelvo—
La palabra confusión estaba plasmada en su rostro —ok. Podemos usar la de mi cabello— no opuso resistencia. A estas alturas solo tiene en mente una posible solución para salir de este ascensor — no recordaba que tenía una cinta en mi pelo. Es muy observador—
—Tienes razón. Soy muy observador. Pero solo cuando algo me llama la atención— no despegaba la vista del gancho que ahora lo rodeaba la cinta para proceder a hacerle nudos para que presionarla —sobre todo porque la cinta es de color n***o. Fue fácil de ver en su cabello marrón rojizo—
—¿¡Cómo que desapareció!? —Grito Manuel dando un pequeño salto de la impresión. un minuto de descanso que aprovecho para ir al baño y se desaparecía la lámina de hierro que colocaron en medio de la abertura del ascensor —¿nadie vio que paso? —
—Yo creo que la tuvieron que jalar desde adentro Manuel— le comento José señalándole lo fácil que pudo haberla jalado desde adentro.
El castaño suspiro cansado — ¿y ahora que vamos a hacer? Esta era la mejor idea que teníamos a la mano hasta que llegara el mecánico —
— No te preocupes Manuel, fui a buscar otra. Podemos usarla —dijo el tipo de cejas pobladas llegando con otra lamina de hierro entre sus manos.
—Menos mal. Gracias Martin —agarro la lámina y la coloco en medio del ascensor esta vez dejándola en medio de la capa tres del ascensor; porque si Fernando pudo jalarla hacia adentro fue porque metieron la lámina más allá de lo debido —muy bien ¿todos listos? —
—Un momento— Carla termino de guardar su teléfono en su cartera —ahora, estoy lista— aviso reincorporándose a la fila de diez personas; los demás se turnarían si se cansaban.
—Vamos a intentar abrir la abertura, aunque se tres centímetros; así será más fácil ubicar el botón —empezaron a jalar con fuerza entre todos.
—Más arriba —Fernando movió el gancho donde le indico —no. Disculpa más a la izquierda—este movió el gancho hacia allí—muy bien. Ahora a la derecha ¡a la derecha! —
—No me estés apurando que me desconcentro— intentaba como podía hacer que ese gancho entrara en la cerradura —ya casi entra — giro un poco haciendo que el gancho de pelo entrara en el candado —ya entro— suspiro aliviado.
Esta sonrió contenta a la vez que se tocaba el pecho aliviada —¡Qué bueno, ya no aguanto más estar aquí! — se le acercó colocando una mano en encima de su hombro —ahora lo que tienes que hacer es presionar y girar tres veces a la izquierda—
Con cuidado giro el gancho, giro la primera con éxito, y la segunda también cuando iba por la tercera se atascó sin querer dar la vuelta —no quiere girar —
—Gíralo hacia a la izquierda— sigue diciéndole sin presarle atención a lo que dijo.
—No se puede. no quiere obedecer —
—Inténtalo— suplico ilusionada al verse tan cerca de la salida.
—No puedo. está atascado— lo empezó a girar lo más lento y suave posible, pero seguía atascado. Lo intento girar de diferentes maneras, lo gira mientras lo presionaba, pero no funcionaba. Su paciencia tiene un límite —¡al diablo! —empezó a darle vuela algo fuerte.
—¡No! Lo estás haciendo muy fuerte, lo vas a — sonó un sonido extraño —¿lo abriste? —
El de ojos grises tiro con un poco de rabia el objeto que tenía en la mano sentándose en el suelo agachando la cabeza —no —respondió —el gancho se partió adentro —
La chica de pelo marrón dando a rojizo no respondió nada. Solo e quedo viendo a la nada con la mente en blanco —No me digas —su voz se oyó quebrada acompañada de un pequeño sollozo que no pudo ocultar. Comenzó a inhalar grades bocanada de aire desesperada, de la nada empezó a sentirse sofocada.
En cuanto se hizo más audible las respiraciones de Laura Fernando se puso a su lado alarmado —no te pongas así cálmate, muy pronto va a venir el… —
— Va a venir el que —le corto al borde del llanto ocultando su cara con sus manos —no va a venir nadie ¡vamos a morir por falta de aire! —
— No digas eso —ahora empezó a preocuparle por las acciones de la chica, tiene miedo de que esta se desmalle o se le dificulte respirar —respira con calma, no te desesperes—
—¡Cómo quieres que descanse ¡nos vamos a morir! —empezó a darles golpes al ascensor con todas las fuerzas que tenía—¡Ayuda! ¡Ayuda —pedía a gritos con desesperación a la vez que empapaba sus mejillas —¡Sáquenme de aquí! —los golpes que le daba al ascensor eran cada vez más constantes y fuertes —¡por favor, Auxilio! —
—¡Laura cálmate! —grito.
—¡Ayúdenos por favor! —En ese instante sintió uno brazos agarrándola por la cintura despegándola del ascensor—¡Suéltame Fernando! ¡suélteme! —lucha con él para alejarse, pero él era más fuerte y la aprisiono con su cuerpo en un abrazo sujetándole los brazos para que no se moviera —¡Suéltame! —
El hizo oídos sordos a sus suplicas y la sentó en suelo aun abrazándola y pegándola a su cuerpo aun luchando para que esta no se soltara necesito que te tranquilices por favor —hablaba serio y fuerte —si no te calmas te vas a desmallar y no voy a poder ayudarte—
—¡Déjame en paz! — le daba golpes en su pecho tratando de librarse sollozando visiblemente —déjame, ¡necesito desahogarme con algo! —
— ¡Te va a dar un infarto! —
—¡Y que! —hablo un poco en el mismo tono rabioso con los ojos llorosos —¡ignóreme como siempre lo ha hecho! —este la ve anonado —¡deje de fingir interés por mi cuando ni siquiera le intereso! —
— ¡Me preocupo por ti tonta! —la sujeta viéndola directamente a los ojos —¡Si no me interesara no estaría haciendo esto! —Laura abrió los ojos sorprendida por la confesión, Fernando suspiro tratando de calmarse —ya no aguanto más —la ve fijamente mientras le secaba los ojos con los dedos delicadamente —me canse de fingir —
—Fernando. A-a-a que se refi…—no termino de habar cuando sintió a Fernando muy cerca de ella, este acorto la distancia agarrando su rostro con ambas manos tiernamente, junto sus labios suavemente mientras le acariciaba la mejilla derecha con cariño.
Laura estaba exhorta en sus pensamientos; tenía la mente en blanco. Quería alejarlo, pero no tenía fuerza ni la capacidad mental para hacerlo. si antes estaba preocupada y angustiada esa preocupación quedo en según plano con ese beso. Las manos le sudaban, su pecho latía a mil por hora; y siente algo extraño en su estómago.