No necesitaba complicaciones de ningún tipo. Una cosa era desayunar, y más si el desayuno incluía cafeína, pero no había lugar para ninguna otra cosa.
El interior de la casa tenía un aire que recordaba a las primeras construcciones de los españoles en California, con baldosas rojas y arcos que conducían a distintas habitaciones. Uno de ellos daba al salón , tan caótico como el jardín: un sofá tapizado de rosa y una silla azul miraban a una chimenea pequeña. La mesa situada delante del sofá estaba repleta de revistas y libros, desperdigados por toda la superficie. En un mueble que hacía esquina podía verse una máquina de coser. A su alrededor se amontonaban retales de telas de vivos colores que caían hasta tocar el suelo. Se notaba que se trataba de un desorden organizado, de un lugar donde se vivía de verdad, en contraste con la impecable organización de la casa de su abuelo, en la que todo estaba en su sitio, dispuesto con precisión militar. Resultaba tan aséptico que costaba creer que había sido el hogar de una persona durante más de cuarenta años.
La siguió a la cocina a través de un arco situado a la izquierda de la entrada. Aunque no era grande, tenía un aire alegre gracias a la luz que se filtraba por las ventanas, a las cortinas amarillas con motivos florales, unos muebles blancos igualmente luminosos y un juego de tazas y platitos de colores.
-Puedes sentarte-lo invitó Shannon con un gesto de la mano, y señalo la mesa que había bajo una ventana que daba al jardín trasero.
Reece optó por apoyarse contra el borde de la encimera y la miró mientras Shannon tomaba una taza y la llenaba de café.
-¿Cómo lo quieres?- le preguntó mientras le acercaba la taza-. ¿Con leche?,¿ solo? El azucarero...
-Solo está bien- Reece agarró la taza y estuvo a punto de quemarse la lengua de la ansiedad. Pero merecía la pena, pensó mientras saboreaba el café-Está buenísimo- afirmó y dio otro sorbo.
-Lo compro en una pequeña tienda de cafés del centro. Son expertos en los mejores grano-contestó.
Luego abrió la nevera y a Reece le rugieron las tripas. Habían pasado demasiadas horas desde la cena de la noche anterior y, después de probar el café, si Shannon cocinaba la mitad de bien, seguro que el desayuno estaría delicioso. Dio un nuevo sorbo y se permitió mirarle las piernas mientras su cabeza fantaseaba con imágenes de huevos fritos y beicon...
-En primera opción- ¿Te gustan los Corn Flakes?.
-Segunda opción -¿Oh te gustan la avena caliente con pan? y en;
-Tercera opción -¿Yogur con frutas naturales y frescas?
La verdad es que no es exactamente lo que suelo desayunar- contestó Reece con diplomacia.
-Y supongo que no te apetece hacer una excepción-preguntó ella-. Tengo Corn Flakes y Pepsi.
-¿Pepsi?- Reece se imaginó los cereales bañados en Pepsi. Se le revolvió el estómago-.¿Corn Flakes con Pepsi?- preguntó desconcertado.
-¡Pero no dentro de la taza!- aclaró Shannon-. Acompañando.
No le pareció una mejora sustancial. Reece dio otro sorbo y se preguntó si sería muy rudo rechazar la invitación a desayunar. No quería ofender a alguien capaz de preparar un café tan rico.
Shannon suspiró y cerró la nevera de un portazo. Luego se giró hacia él con las manos en las caderas y la barbilla hacía arriba.
-Vale: no sé cocinar- dijo en un tono a medio camino entre la disculpa y el desafío- .
Soy un desastre en la cocina. Vivo de congelados y comida enlatada. Lo único que sé hacer es café, lo reconozco.
-La invitación a desayunar ha salido de ti-le recordó Reece con tono prudente.
-Lo sé-Shannon suspiró-. Ha sido idea de Edith.
-¿Cucameyer te ha sugerido que me invites a desayunar?- preguntó estupefacto.
-Al revés: me ha sugerido que no lo haga. Cruzó la calle y me lo dijo mientras estaba arrancando unas hierbas en el jardín.
Reece dio un nuevo sorbo de café y trató de seguir el hilo.
-¿Cruzó la calle para decirte que no me invites a desayunar?
-No exactamente- Shannon frunció la frente y metió las manos en los bolsillos traseros de los pantalones. Reece miró con aprobación las curvas de sus pechos, olvidándose por un instante de la conversación y de su estómago-. Vino a decirme que pusiera las caléndulas en tiestos y que estaba segura de que tu llegada traería problemas. Así que le dije que me gustaban las caléndulas como estaban y que iba a invitarle a desayunar. No lo tenía planeados, es evidente.
-¿Poner en tiestos las caléndulas o el desayuno?- preguntó Reece, fascinado por aquel estilo circular de razonamiento.
-El desayuno-dijo ella a punto de soltar una risotada-. Sabía que me gustaban las caléndulas, pero no que iba a invitarle a desayunar. Hasta que me irritó.
-Así que todo esto forma parte de una conspiración para incordiar a Cucameyer-concluyó Reece al tiempo que pensaba que un hombre más sensible podría haberse ofendido.
- No creo que pueda llamarse conspiración- precisó Shannon-. Si hubiera sido una conspiración, me habría organizado un poco mejor y habría comprado algo para desayuno decente...¡Un momento!, ¡espera! Creo que en el congelador hay unos gofres. Aunque no tengo sirope. Si te sirve gelatina de uvas...-añadió esperanzada.
Se le puso el vello de punta, Su idea de > y la de Shannon no coincidían. Nada, ni el mejor café que tomaba desde hacía meses, ni aquella pelirroja de ojos azules y piernas infinitas podrían obligarlo a tomar gofres descongelados con gelatina de uvas.
Shannon debió de leerle el pensamiento, porque su cara adquirió de pronto una expresión recelosa.
-¿No serás un maniático de la comida sana?,¿uno de esos que solo comen raíces y fruta no se llevan a la boca nada de comida en conserva?
-No, pero tampoco me llevo todo a la boca-Reece se terminó el café y dejó la taza en la pila mientras buscaba una forma suave de batirse en retirada.
-Pero no te gusta la gelatina de uvas.¿no?
-A decir verdad, soy alérgico.
-¿A la gelatina de uvas?-Shannon enarcó una ceja.
-Es una alergia rara-reconoció él.
-Y que lo digas-dijo Shannon y trató de convencerse de que la media sonrisa de Reece Morgan no la maravillaba-.Te advierto que está gelatina es la preferida de Fred y Wilma.
-¿Los Picapiedras?-Reece se mordió el labio inferior e intento parecer compungido-. Lamento mucho declinar tu invitación, pero la garganta se me hincha y luego se me pone azul.
-¿De veras?-preguntó ella, aparentemente interesada.
-Espero que no me hagas demostrártelo.
-Está bien -Shannon puso una expresión ingenua que lo hizo pensar en cosas que no tenían nada que ver con el desayuno. Optó por no dar rienda suelta a la imaginación y se separó de la encimera.
-Pero me puedes hacer un vale por un desayuno-le propuso finalmente.
-De acuerdo, de acuerdo-sonrió Shannon-. La próxima vez que vaya al mercado compraré Smacksen y mermelada de fresa-prometió y Reece disimuló lo mejor que pudo.
-¿Que hiciste qué?-preguntó anonadada Kelly después de aparatarse de la pizarra con una tiza en la mano.
-Lo invité a desayunar-repitió Shannon, acercó a la mesa de cortar tela, donde Shannon estaba trabajando, y la miró con una mezcla de incredulidad y admiración-. Te plantaste en su casa y le ofreciste unos huevos con beicon, así sin más.
-Corn Flakes-corrigió Shannon mientras hacia unos lazos rosas-. No tenía beicon. Ni huevos.
-¿Has invitado a Reece Morgan a tomar?
-En primera opción- ¿Corn Flakes?.
-Segunda opción -¿Avena caliente con pan? y en;
-Tercera opción -¿Yogurth con frutas naturales y frescas? y has esperado hasta hoy para contármelo?
-Ayer librabas. Y no pasa nada por desayunar Corn Flakes. Yo los como a diario.
-Podrías haberme llamado a casa-murmuró Kelly. De que ofrecerle Corn Flakes. Diaria cualquier cosa por haber visto la cara que puso cuando vio el paquete.
-En realidad no dio lugar a que lo sacara.
Era martes por la mañana, el cielo gris amenazaba con una de las escasas lluvias que tendrían hasta el mes siguiente y no había clientes en la tienda. la ocasión perfecta para permitirse un rato de cotilleo.Miró a su amiga y pensó que se alegraba de ser ella quien la estaba poniendo al corriente de las últimas novedades.
-Al parecer, la idea de mezclar Corn Flakes y Pepsi para desayunar no le entusiasmaba
-comentó Shannon.
-No es para reprochárselo-Kelly puso cara de asco-. Si de veras es jefe de alguna mafia, seguro que ya te ha puesto en su lista de víctimas por sugerírselo.
-¿Mafioso?,¿pero no era un zombi vegetariano?
-Ese es Paúl McCartney-Kelly ordenó las tizas de colores de la pizarra.
-¿Paúl es un zombi?-Shannon puso la cara de asombro-. Con lo normalito que parece.
-No, es vegetariano.
-¿Y por eso no puede ser zombi?
-Los zombis tienen que ser carnívoros -dijo Kelly en mientras empezaba a cortar en trocitos una tira para hacer lazos-. Vamos, un zombi que comiera lentejas no daría miedo,¿no?
-Eso cuéntaselo a las lentejas.
-Visto así...-murmuró distraída Kelly-.
¿Cómo es?
-¿Quién?
-Reece Morgan -replicó exasperada Kelly-,¿De quién estamos hablando? Y como digas Paul McCartney te estampo en la cabeza el primer objeto contundente que agarre.
-Ni se me había ocurrido-mintió Shannon .
-De acuerdo-Kelly agarró un rollo de tela, lo puso sobre la mesa de cortar y empezó a hacer reales-. Eres la primera testigo presencial con la que hablo, así que dime: ¿cómo es Reece Morgan en realidad?,¿te dio escalofríos verlo?
-No que yo recuerde- contestó Shannon. Al menos, no la clase de escalofrío a la que Kelly se refiría. Pero preferiría no hacer la menor mención a la ligera, infinitesimal atracción que había sentido por Reece, no fuera a ser que Kelly dirigiera sus esfuerzos de casamentera en esa dirección.
-¿Tiene aspecto sombrío?,¿lleva un parche en el ojo?.¿antenas en la cabeza?,¿piercings?,¿usa faja?,¿zapatos de plataforma? Quiero todos los detalles.
-No necesita faja- Shannon recordó los músculos de sus abdominales-. Ni plataformas. Es alto. No lleva parche ni tiene piercings,ni antenas, salvo que se me haya pasado por alto. Y no me pareció sombrío. Es moreno, tiene ojos negros.
-¿Es guapo?
-Supongo que la mayoría de las mujeres diría que sí-contestó con cuidado de no sonar interesada ni sospechosamente indiferente.
-Pues eso es lo que importa.¿Qué más da lo que piensen los hombres?-Kelly dejó de cortar por un segundo-. A no ser...¿Crees que es homosexual?
-No -respondió sin vacilar Shannon.
-¿Estás segura?-insistió Kelly mientras doblaba el retal que acababa de cortar-. Por que a veces da la impresión de que no hay un solo soltero atractivo que no lo sea.
Shannon podría haber contestado que le parecía más probable que Reece Morgan se convirtiera en el primer zombi vegetariano de la Historia, pero se limitó a escogerse de hombros.
-No sé, pero a mí me pareció hetero.
-En fin-Kelly exhaló un suspiro profundo-, la gente se va a llevar una desilusión.
-¿Porque no es homosexual?-preguntó extrañada Shannon.
-No-Kelly sonrió-. Se van a desilusionar si resulta que es un hombre normal. Quiero decir,¿de qué sirve que vuelva el chico malo de la ciudad si ya no es malo?
-Entiendo. No se me había ocurrido- .
Shannon negó con la cabeza-. Si te paras a pensarlo,¡qué desconsiderado por su parte un tatuaje.
-Exacto: esperaba ropa de cuero y unas cadenas.
-¿Y esto se lo has dicho a Frank?- bromeó Shannon.
-No para mí,tonta. Me refiero a Reece Morgan. Podía ir con traje de cuero y un piercing. Si hasta los agentes de bolsa llevan piercings...-
protestó Kelly, aparentemente indignada ante tamaña injusticia.-
-Ese tipo es un desalmado - Shannon puso un lazo alrededor del rollo de la tela .
-Bueno,¿y qué le hiciste de desayuno?
-Le ofrecí descongelar unos gofres y gelatinas de uvas, pero dijo que era alérgico a la gelatina de uvas y me pidió un vale para otro desayuno-dijo Shannon, y esperó la reacción de su amiga.
-¡Gofres descongelados y gelatina de uvas!-Kelly la miró horrorizada-. ¿De verdad comes esas cosas?
-Adrede no, pero no había nada más.
-¿Y qué hizo?
-Me parece que se puso un poco pálido.
-¿Y quién no?-Kelly sonrió-. Me habría gustado ver la expresión que puso.
-Fue...bastante curiosa-Shannon sonrió también al recordar la expresión de náusea de Reece-.Pero se las arregló para actuar con diplomacia.
-¡Qué lástima!
-Habrías preferido que me hubiese amenazado de muerte,¿no?
-Tampoco es eso, pero reconoce que empieza a sonar como un tipo absolutamente normal. Es más, parece aburrido.
La campana de la entrada salvó a Shannon de ofrecer una respuesta.>, pensó mientras se dirigía a saludar a la clienta que acababa de entrar. Era el último adjetivo que se le habría ocurrido para calificar a Reece Morgan.