Vanessa.
Luego de pasar un rato con los padres de Marco, decido ir a mi casa para cambiarme de ropa, mientras lo hago como un sándwich de jamón y queso que preparo mamá.
Me coloco una playera de manga larga color vino, unos vaqueros, mis calcetines de corazoncitos multicolores y por último; unas botas peluditas de color blanco.
Salgo de la casa junto con mi mochila color n***o, en este llevo algo acogedor para que Marco se cubra siendo que esta lloviendo y ha de tener mucho frío, dos paraguas y algo de comida para el. Ya es de noche y el pobre debe de tener mucha hambre y frio.
Al cerrar con llave, me doy la vuelta para comenzar con mi búsqueda, lo que no duró mucho tiempo siendo que un Marco borracho está parado enfrente mío con una botella de vodka en la mano mientras se tambalea.
El no bebía y si es que llegaba a hacerlo, el no bebía mas de 2 vasos de alcohol. La persona que tenia enfrente no es el chico que conocí durante el comienzo y final de mi adolescencia, este no es mi mejor amigo; mi persona favorita; mi primer amor; el glotón comedor de helados y una dulce y romántica persona.
—Marco, pero qué...—no termino lo que estaba diciendo porque recibo un beso en los labios por parte de mi mejor amigo.
Me quedo estática en mi lugar con los ojos muy abiertos.
Detengo el beso y miro a Marco aún con los ojos muy abiertos, mientras mis mejillas toman un color coral.
—Así me gusta—hipa aquel mientras trata de alcanzar una de mis mejillas para acariciarlas, pero no puede por lo borracho que está—me gustan mucho tus mejillas cuando adaptan ese color, sabes?—dice con algo de dificultad para luego tomar más de la botella que tenía en su mano izquierda.
—¿Y eso que fue?—dije aun algo aturdida por aquel. Se que hice una pregunta muy estúpida, pero deberían entender que sigo en mi estado de shock—p-pasemos a-adentro, por favor—digo tartamudeando.
Me giro para esta vez abrir la puerta de la casa, al ya estar abierta me dedico a que Marco entre para luego repetir su acción y cerrar la puerta detrás de mi, lo miro recargándome en esta dando un gran suspiro de ojos cerrados. Al volver a abrir mis ojos me encuentro a Marco subiendo las escaleras hacia el segundo piso, lo sigo y entramos a mi habitación.
Me acerco al chico que esta sentado en mi cama bebiendo de su botella de vodka y lo abrazo lo mas fuerte que puedo, casi asfixiándolo.
—No sabes cuan preocupada me tenias, grandísimo imbécil—digo olvidándome por completo de lo que hizo hace unos minutos en la entrada de mi casa. De todos modos, debía admitir que yo también había querido darle un beso hace unos años, cosa que no me atreví a hacer. Pero que ahora si puedo, si el esta borracho y lo olvidara, yo estando sobria podría recordarlo o forzarme a olvidarlo.
Lo libero un poco de mi fuerte abrazo de oso, saco la botella de vodka de sus manos y la dejo en el suelo, aun sin dejar de abrazarlo le doy un piquito en sus carnosos, pero delgados labios.
El me vuelve a besar, es un beso tierno y lleno de emociones; inmediatamente le correspondo el beso, me siento en su regazo profundizando mas el beso, mientras el me agarra de la cintura apegándome mas hacia el.
Se que esto esta mal, que es mi mejor amigo y que hoy fue el entierro de su abuela, pero no se que me esta pasando, no se porque lo hago, solo lo hago.
Me arrepentiré luego, pero al menos no me quedare con las ganas. Pero no dejare que esto pase a mas de besos, no pasara nada mas.
Siento leves mordidas en mi labio inferior, sonrió inconscientemente dejando que el haga lo que se le antoje con mi boca.