Capítulo 20

1725 Words
—Las horas pasan y ya los golpes no le duelen mucho a Alfredo, la tía madeleine dijo que estaría aquí a eso de las dos de la tarde, es decir que ya ha de estar por llegar, han pasado tres horas desde que paso todo y como cosa rara lo veo como una eternidad, al llegar a casa hablaré con mamá y le contaré lo ocurrido o parte de ello. —¿Cata? —Estoy aquí ¿Estás bien? —Si, faltaste a todas las clases por mi, Carlota se enojará con ambos. —Espero que lo entienda. —¿Madeleine? —Ya viene en camino, creo. —¿Comiste algo? —No, lo haré más tarde al llegar a casa. —Come algo por favor ¿Y Fede? —Aquí viejo, tomé una siesta igual que tú. —Muy gracioso, ¿Tú si comiste algo? —Pues eso no lo dudes. —¿Qué sucederá con Fernando? —Deberá cambiar de universidad ya que no puede acercarse a Catalina y obviamente Catalina no va a cambiar de universidad. —Una basura menos en la universidad. —Claro —tocan la puerta y al dejarlo entrar es la tía Madeleine—. —Alfredo cariño ¿Estás bien? —Querida Madeleine, lo estoy si, ven y dame un abrazo —ellos y sus abrazos, pongo los ojos en blanco—. —Dime que Fernandito quedó peor. —Fernandito tía por Dios —no puedo evitar reírme—. —Si Madeleine, de eso puedes estar segura. —Perfecto, ahora ¿Pueden decirme que paso para que llegaras tan lejos? —¿Fede no te dijo? —No, solo me dijo lo de la pelea y que habías estado detenido, nada más ¿Cuál fue el motivo de la pelea? —Dijo que yo era una zorra. —Tiene razón —ríe— pero no tenía ningún derecho a decírtelo, eso es solo motivo para un golpe y nada más no daba para tanto. —Que cruel tía Madeleine. —¿Qué más ocurrió? Siento que falta mucho. —Ese imbécil se atrevió a... —Alfredo no —lo interrumpo—. —Si Catalina, tiene derecho a saberlo, ese imbécil la golpeó delante de mí y eso hizo que me llevara al límite. —¿Qué hizo qué Catalina? —Si tía pero ya paso ¿vale? Estoy bien. —¿Bien? Deja ver —me agarran el rostro— tienes la cara marcada Catalina, Carlota lo notará, que bueno que le hayas dado su merecido. —Pienso decirle todo tía. —No lo puedo creer —abre mucho los ojos—. —Lo haré tía, pero antes necesito que hablemos. —Vale, ¿Aquí o en otro lugar? —Por mi no hay problema, total, Fede, Alfredo, tú y yo somos cómplices en todo esto. —Tienes razón, bien hablemos. —Quiero saber que te ha dicho mamá —voy directo al grano—. —¿De qué exactamente? —De Alfredo y yo. —Ah claro, pues mucho en realidad, pero con Carlota no se sabe, es muy predecible. —Es cierto, pero anda, dime ya. —Vale, nos reunimos hace poco en mi oficina, antes de que supiera que tenías una relación con Fernandito claro esta, me hablo de ti y de Alfredo, dice que hace tiempo no le gustaba Alfredo para ti porque lo veía más como un hijo pero que al pasar el tiempo lo ha visto tan protector contigo que le gustaría que estuviesen juntos, dice que no sabe que se traen pero que los ve muy unidos y es extraño pero que apoyaría una relación entre ambos, siempre y cuando sea sincera —estoy sorprendida—. —No lo puedo creer tía. —Creelo, son palabras de ella, ahora, ayer me hizo una llamada y estaba muy enojada con eso de que tienes novio y no es quien ella esperaba, le enoja más que piensa que estas jugando con Alfredo y eso es muy cruel de tu parte. No aceptara a Fernando de eso puedes estar segura. —Ya no tienen que preocuparse por eso, ya no quiero saber nunca más de él. —Espero que no estés jugando con eso. —No lo estoy, le diré todo a mamá y le diré que con quien quiero estar es con Alfredo, hoy sentí muchas cosas, muchas sensaciones aquí dentro —toco mi pecho— y no quiero separarme de él. —Aguarda un poco Catalina, no le puedes soltar todo a tu mamá de una vez, va a pensar cosas malas de ti. —Yo le dije que esperará también. —¿Es en serio? ¿Cuándo podré decirle todo entonces? —Todo a su tiempo Cata —dice Alfredo tomando mi mano— yo más que nadie estaría feliz si le dices todo a tu madre de una vez, pero no quiero que ella piense mal de ti, solo habla con ella y cuentale lo que ocurrió hoy, sin decirle el motivo de la pelea, me explico, sin decirle que estuvimos juntos, dile la verdad a medias, no es correcto pero de momento no hay otro modo. —Ahora que tengo el valor para decirle las cosas a mamá me dicen que no lo haga, de verdad no se cuando vuelva a tenerlo. —Todo a su tiempo sobrina. —No tengo más opción. Ah, pero no hablare con ella hoy, no quiero que note el golpe en mi rostro. —Ya es tu decisión, igual le dirás lo que paso, deberías hacerlo de una vez, ya que el motivo principal que dio rienda suelta a la pelea no lo dirás pues al menos dile eso, quizás no indagué más, o no sé, busca un modo. —Vale, ahora voy a llamarla para decirle que llegaremos un poco tarde y que tú tía nos llevarás a casa. —Yo no soy tu chofer y tu chofer por hoy esta indispuesto —ríe—. —Lo sé, pero si no quiero hablar con mamá hoy al menos tu la entretienes un rato y así no le doy explicaciones de por qué Alfredo no nos llevó a casa. —Bien como quieras, ahora ve despidiéndote, es tarde y Alfredo debe descansar, estaré abajo. —Yo igual —dice Fede y ambos salen de la habitación—. —¿Crees que nos podamos ver mañana? —Claro, temprano te busco pero no bajaré del coche. —Te estaré esperando entonces. Antes de salir a buscarme pasame un mensaje al móvil para estar fuera de casa. —Así lo haré entonces, ahora ven aquí —me hala hacía él y nos fundimos en un beso, un beso que hasta hoy no había notado que es con amor, amor de verdad, hasta hoy me doy cuenta de mis verdaderos sentimientos, tenía que ocurrir una desgracia para darme cuenta de ellos, justo hoy me doy cuenta que no quiero separarme de Alfredo, el solo pensarlo duele— te veo mañana. —Seguro que si, descansa, te hablo al rato. —Esperaré tu llamada. —Vale. —Salgo de la habitación y bajo a la sala de estar donde están todos reunidos y me miran al bajar, si que es incómodo. —¿Quedó bien? —Si señora Petit, iba a descansar y como es algo tarde pues, ya nosotros nos iremos a casa. —Esta bien Cata, y no te preocupes por nada, todo estará bien. —Gracias. —Bien, vamos ya. —Feliz noche. —Descansen. —Salimos de casa de los Petit y subimos al coche de la tía Madeleine, esta conduce de camino a casa, solo quiero llegar a meterme a mi cama y olvidar este día. —Todo estará bien cariño, tu madre entenderá todo, está vez no busques mi apoyo, ten el valor y habla a solas con ella. —Sabes que contigo presente todo es mejor. —Lo sé mi niña, pero son momentos que debes afrontar todo, y si estoy presente y los defiendo se pueden complicar las cosas, Carlota pensará que he estado ocultándole cosas de ustedes que obviamente es verdad, pero no quiero que se compliquen las cosas solo por eso. —Entiendo y esta bien, solo estaré yo con ella. —Vale, decidas lo que decidas te apoyaré, eres mi sobrina favorita. —No tienes más tía, es normal —reímos—. —Bueno si, y creo que no tendré más, creo que tú mamá cerró la fábrica. —Mamá tiene que buscarse un novio tía, a ver si así nos deja un poco a nosotros. —Ella nunca los soltará Cata, ustedes son la luz de sus ojos, y ella siempre los vera como sus bebés. —Tienes razón tía, pero bueno, espero que cuando hable con ella pues tomé las cosas con mucha calma y me entienda —mi tía alza una ceja—. —Esperemos que así sea Cata, esperemos que así sea, llegamos. —Vamos Cata, trato de taparte para que mamá no note el golpe en tu cara. —Gracias Fede. —Entramos a casa y mamá está con una copa en las manos. —Mamá, ¿Todo bien? —Carlota. —Hijos míos, hermana, bienvenidos ¿se toman una copa conmigo? —Estamos cansados mamá, iremos a tomar una ducha y luego nos iremos a la cama un rato, nos vemos a las hora de cenar. —¿Todo bien Fede? —Si mamá, así es, vamos Cata. —Yo si me tomaré una copa contigo querida hermana. —Excelente, toma. —Descansen sobrinos, los veré mañana —Adiós tía —decimos a la vez—. —Gracias por el paseo. —Gracias a ustedes por aceptarlo, los amo. —Y nosotros a tí. —Vamos a nuestras habitaciones, entró a la mía y cierro la puerta con seguro, no quiero que nadie más me moleste, quito mi ropa y me meto a la ducha donde dejo que el agua fría recorra mi cuerpo, así me relajo y me siento un poco más tranquila, pero pienso en lo ocurrido hoy y me frustra, no quiero volver a pasar por algo así nunca más, a partir de hoy escucharé a los que me quieren y tomaré mejores decisiones.
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