Capítulo 5

1363 Words
—El haberle dejado las cosas claras a Camille me hace sentir un poco mejor, ahora solo queda arreglar las cosas con Alfredo, en este momento es lo que más anhelo, busco rápidamente a Fede y lo consigo en su lugar favorito, la cocina, si no esta comiendo no es feliz, pobre de la mujer que consiga como esposa, bueno a lo que vine. —Fede. —Hermanita ¿Quieres? —me ofrece del Sandwich que está comiendo—. —No Fede, sabes bien a qué vine así que dime ¿Pudiste hacer algo? —Sabes que si ¿Alguna vez te he dejado mal? —¿Te respondo eso? —pregunto alzando una ceja—. —No es necesario, pero en fin, le dije a mamá que había quedado con Alfredo de ver una película en su casa y que esté vendría por mi… —¿No pudiste inventar otra cosa? —interrumpo—. —Eh no, es viernes Cata, sabes bien que mamá no es tonta. —Vale está bien ¿Imagino que le dijiste que iré contigo? —Si Cata, imaginas bien, ahora ve a arreglarte, Alfredo estará aquí en unos minutos. —Estaré lista en diez minutos. —Si claro. —Tonto, gracias. —Salgo de la cocina y voy rápidamente a mi habitación, allí tomo una ducha rápida y me arreglo, cuando quiero salir ya han pasado treinta minutos, salgo a la sala de estar y allí esta Alfredo esperando a su lado esta mamá y Fede esta impaciente, se le nota. —¡Vaya hermanita! Vamos es a ver una película, tardaste demasiado. —Sabes que tu hermana siempre se tarda mucho más de lo que debería —dice mi madre acercándose a mi para besar mi frente—. —Lo siento ¿Nos vamos ya? —Claro, vayan para que no regresen tan tarde, Alfredo hijo, te los encargo. —Puedes estar tranquila, trataré de que regresen temprano a casa. —Por favor. —Bien, vamos entonces. —Adiós mamá —decimos a su vez Fede y yo—. —Adiós hijos. —Salimos de casa y subimos al coche de Alfredo igual que en la mañana, la casa de este esta a diez minutos en coche, Fede no para de hablar, y bueno, efectivamente vamos a su casa pero el único que vera películas sera Fede, yo solo quiero y necesito arreglar las cosas con Alfredo. Llegamos a casa de Alfredo y bajamos del coche, este no me hablado en ningún momento y de verdad es fatal estar así, hablo por mi claro está —tú te lo buscas— claro, pero eso lo resolveré muy pronto. Entramos a la casa, es una casa inmensa y muy hermosa, saludamos a los padres de Alfredo, este pide que no lo molesten y nos dirigimos a el segundo piso de la casa, allí vamos a una habitación donde hay una pantalla gigante y Alfredo la enciende. —Ten Fede, escoge lo que quieras ya sabes que hacer, ponte cómodo. —Gracias hermano, sabes bien que esto es lo mío. —Lo sé, al rato nos vemos. —Salimos de está habitación y caminamos por un largo pasillo, no se a donde nos dirigimos, solo lo sigo sin hacer preguntas, nos detenemos frente a una puerta y este la abre, me deja pasar a mi antes y noto que nos lleva a una terraza, allí sirve unas copas de vino me entrega una y me pide sentarme haciendo señas con las manos, me niego, esto si que es incómodo. —Bien Catalina —dice al fin mientras toma asiento— te escucho, y puedes estar tranquila, aquí nadie nos ve y tampoco nos escuchan. —¿Eso qué tiene que ver? —Que puedes hablar con total libertad, haz de cuenta que estamos totalmente sólos, así que tú dirás —su frialdad me hace sentir mal pero no se lo voy a demostrar, en parte tiene razón el estar asi—. —No quiero que estés enojado conmigo. —¿Ah no? —No Alfredo, y tampoco quiero que estés distanciado de mi. —¿Hay algún motivo en específico? —lo miro— tienes novio, yo solo soy tú escape cuando no estás bien o cuando te sientes sola. —No es así. —Lo es Catalina, ¿Por cuanto tiempo estarás así? Llevamos mucho tiempo en esto y siempre es lo mismo, ya no se cuanto más podré soportarlo, sabes bien lo que siento por tí, sabes que eres mi debilidad, el tenerte cerca me agobia, el no poder tocarte o acariciarte como quisiera me agobia y lo sabes, y todo porque respeto el hecho de que tienes novio, pero no sé cuanto más pueda resistir esto. —No te resistas más. —No juegues conmigo Catalina. —No lo hago. —¿No lo haces Catalina? —niego— te amo y lo sabes, lo peor es que siento que te aprovechas de eso. —No voy a negarte eso. —¿Ves? ¿Hasta cuando Catalina? ¿Solo dime hasta cuándo? —pregunta llegando a mi lugar—. —No lo sé Alfredo, no lo sé. —¿Sabes lo mal que me sentí hoy cuando Fede te grito que eres una perra egoísta? Y me sentí mal por ambos Catalina pero más por mí mismo. —Alfredo por favor no sigas. —¿Entonces qué hacemos Catalina? O mejor dicho ¿Qué vas a hacer? —dice poniéndose de pie y acercándose a mi—. —No me presiones ¿Vale? De momento solo quiero estar bien contigo, me importas. —¿Te importo? A ver, dime que tanto te importo. —Mucho más de lo que te imaginas Alfredo —digo esto sellando el corto espacio que nos separa y uniendo sus labios con los míos—. —Tarda un momento en corresponder pero luego cede, me toma de la cintura con una mano ya que en la otra tiene la copa y profundiza el beso, necesitaba este contacto, lo abrazo del cuello con ambas manos y me pego más a él, siento como su erección crece por momentos, a estas alturas aún soy virgen, pero se mucho de este tema y tengo una tía que me habla de este tema sin tabú, nos seguimos besando y ambos sabemos a donde vamos a parar si continuamos así, y no quiero parar, no esta vez, quiero completar esto de una vez, y quiero que pase con él. —Cata no. —¿No quieres continuar? —No me hagas esa pregunta Cata, sabes que me encantaría que esto pasara, pero tenemos muy poco tiempo y si quieres realmente que esto pase no va a ser rápido. —Lo entiendo bien, que sea mañana entonces. —¿Estás segura de eso Cata? No quiero que te arrepientas después. —Si es contigo no me voy a arrepentir de nada. —Digo esto y vuelvo a besarlo nuevamente, besa tan rico que produce miles de sensaciones en varias partes de mi cuerpo, no quisiera volver a detener esto por nada del mundo, pero él tiene razón, no tenemos mucho tiempo, aunque, me detengo un momento y miro mi reloj, apenas llevamos fuera de casa media hora. —¿Qué ocurre? —Solo miro la hora, creo que tenemos tiempo suficiente para hacer esto. —¿Segura? —Si, quiero que pase hoy y quiero que seas tú —saco el móvil y le envio un mensaje a Fede donde le pido que le diga a mamá que la película tardará un poco más, o que le inventé cualquier cosa, ya después lo llevaré a comprar lo que el quiera de comida y este responde al instante que esta bien, que nos tardemos el tiempo que queramos y me parece estupendo—, Listo, tenemos dos horas aproximadamente ¿Es tiempo suficiente? —¿Eres terrible lo sabías? —Si, lo sé bien, ahora quiero que esto pase contigo, lo necesito —lo duda por un momento y al final me dice:— —Ven conmigo, acompañame…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD