Capítulo 18

1801 Words
—El día termino de transcurrir perfecto, pasamos el resto de la tarde con la tía Madeleine y luego Alfredo me llevo a casa, mamá lo invito a tomar una copa y yo me vine a mi habitación, mañana hay clases y debo descansar. A la mañana siguiente. —La noche transcurrió algo rápido, ya es lunes y debo ir a la universidad, me quede muy pensativa con eso que Alfredo me comento ayer, ¿Será que mamá si sabe algo de lo que pasa entre él y yo? Tengo que salir de dudas, hoy iré a casa de mi tía para que ella me saque de dudas. Hoy veré a Fernando, imagino que ha de estar enojado por el desplante de ayer, pero en realidad da igual. —¿Catalina estas ahí? —¿mamá? Eso si es extraño—. —Si mamá, pasa —lo hace— ¿Ocurre algo? —Alfredo espera por ti para llevarte a la universidad. —Claro Alfredo —ojos en blanco— ¿Hasta cuándo vas a seguir con eso? no soy una niña. —Para mi lo eres, hoy vendrá tu papá y hablaremos con él. —¿Mi papá? ¿Es en serio? Yo no tengo nada que hablar con él. — Catalina es tu padre. —¿Y qué pasa con eso? ¿Desde cuándo importa su opinión? No voy a hablar con él, ya las cosas quedaron muy claras. —No deja de ser tu padre. —¿Y qué va a hacer él? ¿Actuar como el mejor padre? Por Dios mamá ya estoy bastante grande para cargar con mis cosas y ya mejor me marcho, nos vemos luego. —Como quieras Catalina. —Salgo de la habitación y de la casa de una vez, ni desayunaré ya comeré algo luego, me subo al coche de Alfredo que de verdad se tomo esto muy en serio y noto que ya Fede esta en su interior. —Buenos hermanita, ¿Cómo qué estas de mal humor hoy? —Tu mamá me hace enojar. —Si lo sé, se esta excediendo. —No soy una niña, tengo diecinueve años, ¿Hasta cuando va a controlar mi vida? —Hasta que ella decida y lo sabes, toda la vida ha sido así. —Ya no lo soporto más. —Buenos días Catalina. —Alfredo, disculpame, buenos días —lo abrazo y hasta yo me sorprendo—. —¿Estás bien? —niego—. —Ya quiero que todo esto acabe. —¿Qué exactamente? —Me refiero a las actitudes de mamá. —Dale tiempo. —Claro, llevanos a la universidad por favor. —Vale. —¿Qué sientes realmente por Fernando Catalina? —pregunta Fede de pronto—. —No lo quiero tanto como quiero a Alfredo, ya lo dije. —¿Qué haces con él entonces? —Mamá no aceptara una relación con Alfredo, también lo quiere como un hijo. —Intentalo, dile la verdad. —¿Y qué hago con Fernando? —Decirle la verdad también. —Vamos chicos, puedo escucharlos, ¿Ya pueden dejar de hablar como si yo no estuviese aquí? —Lo siento Alfredo. —Haz las cosas como tú creas conveniente Catalina —toca mi hombro y lo aprieta muy suavemente— no te sientas presionada. —Se bien lo que tengo que hacer —asiente—. —Nos quedamos en silencio y así llegamos a la universidad, nos despedimos de Alfredo y bajamos del coche, este se marcha de una vez, imaginó que se enojó porque sabe que debo ver a Fernando, de verdad que esta situación se esta escapando de mis manos. —Voy al salón de clases y veo a mi amiga, a ella tampoco le he contestado los mensajes, me ha de estar odiando —sonrío para mi—. —Camille. —¡Vaya! ¿Yo qué te hice? —Nada, solo que las cosas se me complicaron y me olvide de todo —la abrazo—.. —¿Esta todo bien? —No, le dije a mamá que tengo una relación con Fernando y esta muy enojada, lo peor es que no quiere que me vea con él ni que me vaya a escapar de clases y le dijo a Alfredo que me traiga a la universidad y venga por mi, tipo vigilante ¿Sabes? —No lo puedo creer —dice muy sorprendida— pero no entiendo ¿si te gusta realmente Alfredo por qué le dijiste lo de Fernando? —Te diré lo mismo que le dije a la tía Madeleine, mamá no aceptara una relación con Alfredo. —Ni siquiera lo intentaste, ¿Cómo lo tomo Alfredo? —Muy mal pero estamos muy bien, bueno, eso creo. —Luego hablamos, viene Fernando —dice con sarcasmo—. —Catalina. —Fernando. —¿Será que podemos hablar? —Claro, al finalizar la clase lo haremos. —Perfecto. —Debo hablar con él si o si —dile que te acostaste con Alfredo— ¡no! —hazlo, así ya te deshaces de él de una vez— le voy a hacer mucho daño —¿Y? Es lo de menos— eres muy cruel —no más que tú—. —La clase transcurre algo lenta o no se si es porque la verdad no tengo ningún tipo d concentración, solo quiero estar en casa y no pensar en nada más. Una hora mas tarde la clase acaba y quedo en verme con Fernando en la cafetería de la universidad en cinco minutos, espero que sea una conversación rápida. Camino lo más rápido que puedo y al llegar ya este esta allí esperándome, bueno eso creo, lo veo muy encantado con una chica de otro curso que no soporto ni un poco. —¿Interrumpo? —se pone nervioso—. —Si lo haces. —No nena, para nada, Andrea ya se marcha. —¿Ah si? Pensé que estábamos... —Pensaste mal, hasta luego, dejame a solas con mi novia por favor. —Claro Fer, te veo luego —¿Fer? Que confianza, se marcha—. —No sabia que tenías tanta confianza con esa mujer. —¿Andrea? Desde hace poco si. —Si, me fije en como le miras las tetas, casi que se te salen los ojos. —Catalina por Dios, no exageres. —¿Ahora soy exagerada? Esta bien, al grano Fernando ¿Qué ocurre? —¿Qué paso con tu mamá? —Ya sabe lo nuestro. —¿Y? —No esta de acuerdo con la relación. —¿Y qué piensas hacer? —Darle tiempo, otra cosa, me puso como especie de guardaespaldas —dile la verdad—. —¿Ah si? ¿A quién? —Alfredo. —Al idiota que esta siempre con tu hermano. —No es ningún idiota Fernando. —Vaya, como lo defiendes. —Es mi amigo. —Claro, de eso no tengo dudas. —¿Qué insinúas? —Nada. —Bien, lo cierto es que mamá esta enojada conmigo y no me siento bien así. —¿Quieres que vayamos a otro lugar? —Solo quiero irme a casa y debo llegar con Alfredo. —¿Por qué no solo te quedas con ese tipo y ya? —¿Pero que te sucede? —Estoy aburrido de siempre lo mismo Catalina, me evades por todo, ayer me dejaste como un idiota esperándote y lo peor es que fuiste incapaz de contestar mis llamadas. —Lo siento. —Lo que sientes por mi no es suficiente por lo que veo Catalina. —Fernando por favor. —Vamos a otro lugar Catalina. —¿A dónde? —Donde haya más privacidad. —La siguiente clase sera en una hora. —Estaremos aquí antes. —Vale vamos, pero solo porque estás alterado y no quiero un espectáculo aquí.. —Salimos de la cafetería y vamos hasta su coche, subimos y conduce por diez minutos, para en una casa muy bonita y imaginó que es de él, bajamos del coche y entramos. —¿Qué hacemos aquí? —Solo quería mas privacidad Catalina. —¿Privacidad para qué? —Nunca estoy a solas contigo Catalina, quiero un momento solo para los dos. —Entiendo, hablemos entonces. —No quiero hablar. —¿Para qué me trajiste entonces? —Quiero que nos conozcamos más Catalina. —Creo que te conozco lo suficiente. —¿Tú dices? —Si. —Creo que no es así. —Se acerca a mi me toma la cara entre sus manos y me besa, lo hace muy suavemente y me gusta si pero no es el beso que quiero, respondo a su beso pero sin el más mínimo interés, empieza a acariciarme con una de sus manos y esto si no lo esperaba, no puedo ni quiero acostarme con él, quiero ser solo de Alfredo y de nadie más, lo detengo antes de que llegue mas lejos. —Para Fernando por favor. —¿No quieres? —No es el momento. —Contigo nunca es el momento de nada. —Piensa lo que quieras Fernando, no es el momento y ya, llevame de regreso a la universidad. —Quisiera que fueras mas decidida Catalina, quisiera que fueras como Andrea, ella si es decidida. —Pues si es tan decidida ve y buscala a ella, mamá tiene razón, esto es un error, nunca debí hablarle de ti. —Oh vamos Catalina, ahora me vas a salir con eso. —Si, veo que de verdad no te conozco lo suficiente, me largo de aquí, se feliz. —Cata espera —me agarra del brazo—. —Sueltame Fernando, no quiero saber de ti nunca mas. —Eres mi novia Catalina. —Y eso fue un error, adiós. —Salgo de la casa y camino sin parar, no se exactamente donde estoy pero le marco a Alfredo, le envió la ubicación y me dice que llegara en cinco minutos, me siento en el banco de una plaza y lo espero allí, lágrimas ruedan por mis mejillas pero son de impotencia, todos tenían razón, Fernando no vale la pena, más claro no pudo ser, a leguas se noto que esta con Andrea, bueno mejor así, me quito un peso de encima. Pasan exactamente cinco minutos y veo el coche de Alfredo acercarse, camino hasta él pero noto que Fernando también se acerca y esto no tiene buen semblante. —Tu y yo tenemos que hablar —le grita Fernando a Alfredo y este baja del coche—. —Fernando por favor, no des un show de esto. —No quiero hablar contigo Catalina, quiero hablar con él. —Dejalo Catalina, es ahora o nunca…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD