Capítulo 3 - Cortejo Parte 1

2282 Words
Cortejo.  Lorraine Marchell.  Todo lo que estoy por vivir me parecía imposible, me siento agotada por el baile de ayer por la noche sin embargo en menos de veinte minutos Elin estará aquí junto con la dama de mi madre y me ayudarán a arreglarme para recibir a los futuros postulantes a ser mi esposo.  Me siento en mi cama, para posteriormente ponerme de pie y caminar hasta el pequeño pero notorio ventanal de mi habitación. Lo abro y puedo notar como las madres de las señoritas están despiertas ya, algunas preparando toda para la llegada de los jóvenes que cortejaran a sus hijas y otras apenas están alistandolo todo.  Supongo que cuando salga de mi habitación y baje, todo en el salón estará listo para atender a nuestros invitados como se lo merecen. Conociendo a mamá será así seguramente. El sonido de la puerta siendo golpeada me saca de mis pensamientos... - Mi señora - escucho a Elin detrás de la puerta, entonces me dirijo de regreso a mi cama y me siento allí.  - Pasa, Elin - accedo aun con mi vista en la ventana - Mi madre ya hizo que todo este listo para los invitados - indago, al verla frente a mi. Ella asiente.  - Así es mi señora - dice ella mientras coloca un hermoso vestido azul cielo sin mangas en mi cama.  - De acuerdo - manifiesto regalandole un corta sonrisa. Esta hecho... Hoy se decidirá lo que seré.  Hoy se acabará todo por lo que luché.  Hoy yo tendré que enfrentar a lo que antes me negué. Sonrío, porque aunque aún no amé, ni me atraiga ninguno de los hombres que vendrán en unas horas o minutos. Tal vez en el futuro, lo haga y no sea tan infeliz como creo que seré.  Entonces mi madre tendrá la razón por todo lo que hasta me ha dicho tratando de que el matrimonio me parezca la cosa más hermosa y no una tortura con un mal final  Pero por ahora, creo que soy una de las pocas jóvenes que no quieren contraer matrimonio y dedicarse a lo que les gustan hasta que llegue el momento de hacerse responsable por su vida y futuro, formalizando una relación con la persona que de verdad amamos, no con extraños.  - Su madre está aquí, mi señora - informa Elin, desde la puerta, asiento y sonrío como puedo, para darle a creer a mi madre que esto me emociona tanto como a ella.  - Hija mía - dice mi madre, al ingresar en mi habitación - Elin, trae los accesorios que elegí para mi hija - pide mi madre, mientras se voltea a ver a mi dama.  - Como diga vizcondesa - se inclina antes de mirarme con una sonrisa.  Pongo los ojos en blanco, todo están felices porque vaya a pasar la mañana siendo comida por un grupo de hombres que solo he visto algunas veces.  - ¿Cómo dormiste, querida? - cuestiona mamá sentándose a mi lado, en la cama.  - Siendo sincera madre, no pude conciliar el sueño - comento dejando caer mi cabeza sobre su hombro.  - Será la emoción cariño - amo a mi madre, pero con lo que dijo me hizo alejarme de ella disimuladamente.  - Seguramente mamá, ¿me ayudará a prepararme? - ella forma una línea con sus labios antes de asentir - ¿Qué tal las cosas abajo?  - Kourtney tiene todo controlado - dice ella caminando junto conmigo hasta mi tocador - El peinado de ayer por la noche sería mucho para hoy, dejaré la parte inferior de tu cabello suelto...  - Esta bien. Lo que importa es que me vea bonita - digo mientras observo como toma mechones de mi cabello, para comenzar a recogerlo con un sujetador.  - Exactamente, Lorraine. Tal vez deberíamos... - alzo la mano para que no continué.  - Mamá, que no me comporte así, como una señorita fina. No quiere decir que sepa tratar a un caballero, bueno al menos a los que merezcan llamarse así - interrumpo desviando la mirada para otra parte.  - Lo sé, cariño. Pero recuerda que hay mucho en juego - dice inclinadose un poco hacia mí - Esa hermosa señorita en el espejo eres tú y te mereces lo mejor - murmura acariciando mi cabello.  - Se por dónde va mamá...  - No quiero ilusionarte pero note como te miraba su Majestad ayer y parecía... - me levanto de mi asiento.  - Basta mamá, esas son aspiraciones demasiadas altas - comento riendo un poco para no sonar tan dura con ella.  Mi madre, no sabe nada de mi antigua relación que el actual rey. Sabe que alguien lastimo mis sentimientos más solo cree que ese alguien es o bueno fue un amigo y nada más. Sería impropio confesar que mantuve una relación "sentimental" con su Majestad, todos creerían que soy ambiciosa y busco amarrar al pez más gordo en todo Lowlands.  No espero que Daniel se disculpe porque aunque en el fondo me duela, su deber principal es con el reino y no una muchacha a la que sin querer conocí y dijo amar. Él debe poner sus prioridades primero así que también debo de hacerme la idea de que pronto se casará con la señorita que mejor le parezca a la Corte Real y formará una familia con ella.  Con la mujer que debería ser yo...  - Muy bien, cariño. Pero tenlo presente de todas maneras... - requiere sonriendo y tirando levemente de mi pijama para que regrese a mi asiento. Nos demoramos aproximadamente dos horas terminando de arreglarme y claro esta, lo que más me conmovió mientras me arreglaban fue cuando las joyas que mi madre trajo para que usará fueron las mismas que mi padre le pidió que me diera y se asegurara que las utilizara en mi primera promoción, encontrará un esposo o no.  Ahora, mis dedos tiran del filo de mis propios guantes. El salón principal de casa el enorme, tranquilamente entrarían cuatro familias con sus propias casas dentro de la mía, pero el tamaño de la casa se debe a que mis abuelos creían que mis padre tendrían varios descendientes. Pero ahora la casa será para mi siguiente familia o servirá para casa de descanso depende de con quien me casen. Sonrío con tristeza para mi adentros, en el momento que mayordomo de mi madre entre junto a dos hombres del servicio y anuncian la llegada del primer hijo del Marques Morrison.  Claude Morrison, un hombre guapo y con buen futuro, tiene veinticinco años de edad. Cualquiera diría que es la edad perfecta para ser mi esposo. Pero por más guapo que me parezca hay algo de él que no me gusta y no me refiero a que tengo algo malo, porque no es así. Solo no me gusta...  «¿Cómo puede gustarte? Sigues teniendo al maldito del rey en la cabeza. ¡Ya olvídalo niña!» - regaña mi subconsciente.  Aprieto mis manos en puños, pero me calmo al ver a mi madre, levantarse y recibir prácticamente con los brazos abiertos a nuestro invitado, invitándolo a tomar asiento a mi lado. - Señorita Marchell - expresa él a manera de saludo - Está preciosa usted esta mañana.  - Le agradezco el halago, mi señor - contesto sonriendole ampliamente - ¿Qué tal su mañana, mi señor?  - Es muy amable al preguntar, señorita Lorraine - dice Claude, para después mirar a mi madre de manera aprobatoria - Ha sido una mañana regular, pero ahora que tengo el placer de estar a su lado es perfecta.  Mi madre estuvo encantada con la visita del próximo marques. Su idea de yerno, es alguien que asegure nuestro linaje, con rastros de sangre real. Le invitamos unos cuantos bocadillos, jugo y las increíbles fresas con crema que mi madre prepara...  - Vizcondesa,el General, Alek Jakov. Está aquí - puedo sentir la mirada acusatoria de mi madre sobre mí.  - Un momento - dice mi madre, sonriendo como siempre - Ven aquí, Lorraine- obedezco, me levanto y la sigo hasta el pasillo que conecta el gran salón con el resto de la casa.  - Mamá...  - No dijiste que no tenías nada que ver con el general - asiento - ¿Entonces quieres explicarme qué hace aquí?  - Seguramente se equivoco de casa, madre. Juro que todo lo que supo nunca paso entre él y yo...  - Eso espero, Lorraine - odio cuando mi madre me habla de esa manera. Regresamos a la sala y mamá accede a dejar pasar al general.  Entonces, después de lo que me pareció una eternidad y no porque él me interese, sino porque me estaba aburriendo, ingresa en un impecable traje color rojo merlot y con una sonrisa en su rostro. Que pena que una dama no pueda golpear a la persona que la corteja.  - Vizcondesa, Marchell - saluda, acercándose a mi madre y dejando un beso sobre el dorso de su mano - Un gusto verla...  - Lo mismo digo, mi señor - coincide mi madre, con una sonrisa totalmente falsa - Ella es mi hija, pero creo que ambos ya se conocen... ¿No es así?  - Está en lo correcto, vizcondesa - acepta, pidiendo permiso para aproximar a mi - Lorraine.  - Es señorita Marchell, mi señor - corrijo poniendo los ojos en blanco.  - No diré que se ve bonita porque no es así señorita - mis ojos se abren demasiado - Usted esa esplendida esta mañana...  - General, agradezco mucho su halago hacia mí - sonrío brevemente y entonces se me ocurre algo - Madre podría por favor revisar en mi habitación mi bolso de mano - mi madre duda, pero acepta después.  - Esto si que es una sorpresa.  - ¿Qué haces aquí? - pregunto frunciendo el ceño - ¿Por qué viniste aquí?  - A lo que todos vienen, Lorraine. Vine hasta aquí porque me pareces una mujer hermosa y si tu madre me lo permite, espero cortejarte y llegar a hacerte mi mujer, mi esposa - pestañeo fuera de mí. Nada de lo que dice tiene sentido.  - ¿Has olvidado que soy la muchacha a la que viste en el entrenamiento de los reclutas? - él niega acercándose más a mí.  - No lo he olvidado mi querida intrusa - ruedo los ojos, empujándolo.  - Aquí en mi casa, lugar que debes respetar soy la señorita Marchell y me tratarás de usted, ¿ esta claro, mi señor? - el sonrío con gracia y asiente.  En ese momento, fuera de mi casa, el sonido de trompetas es completamente audible. En la entrada al gran salón aparece mi madre, emocionada...  - Mamá, ¿qué sucede? - pregunto algo asustada.  - Su Majestad... - la observo confundida - Lorraine, el rey, está aquí por ti...  - Eso es imposible - susurro solo para mí. - ¿El rey, aquí? - cuestiona Alek desconcertado.  - Así es - afirma mi madre.  - Pero, mamá no queremos ofender a su Majestad - menciono queriendo darle a entender que no deseo verle, ni recibirle.  - No tiene nada de malo, Lorraine. Cuando yo debute, había incluso más caballeros luchando por mi corazón y mi mano. Dos no son nada - dice mirando al general.  Me resigno y regreso a mi asiento, siendo seguida por Alek... - Lorraine, ¿te encuentras bien? - cuestiona el general. Niego, mirándolo y entonces puedo ver genuina preocupación - No necesito preguntar para saber que es causado por la llegada del rey.  - No es emoción, eso se lo aseguro, mi señor, pero no...  Me ve interrumpida por el ingreso del Primer Ministro en mi casa, exactamente en el salón donde nos encontramos.  - Vizcondesa Marchell - saluda, inclinándose minimamente - Su Majestad, esta aquí para comenzar el cortejo oficial hacia su hija, Lorraine Marchell - expresa dirigiendo su vista a mí.  - Por supuesto, que pase,  Primer Ministro - accede. El Primer Ministro, se retira - Lorraine, sonríe...  - Esta bien, Lorraine. Si algo no le gusta. Le invitaré a dar un paseo y nos disculparemos con su Majestad - dice Alek, tratando de tranquilizarme. Asiento.   Daniel, nuestro rey. Soberano de Lowlands, mi antiguo y aún latente amor. Entra por la puerta del gran salón, acompañado de dos hombres. Sonríe pero esta se pierde, al verme acompañada del general Alek.  - Vizcondesa, es un placer para poder verla, esta mañana - mi madre sonríe aún más que con los otros aspirantes a esposo.  - No es a mí a quien debe halagarme, su Majestad. Es a ella - cuando mi madre me señala, me las arreglo para sonreír.  - Por supuesto - concuerda, encaminándose hasta donde me encuentro - Hermosa señorita Lorraine, es encantador verla, su sonrisa hace que mi mañana sea alegre - asiento, sin confiar en mi voz. Pero aún así hablo. - Muchas gracias, su Majestad - respondo con una sonrisa, que más bien parece una mueca.  - General, Alek. Podría permitirme estar un momento al lado de la encantadora señorita - pide Daniel con firmeza, Alek me observa pidiendo mi autorización. Asiento no muy segura y el se hace a un lado - Lorraine... Mi hermosa.  - ¿Qué es lo que hace aquí, su Majestad? - pregunto tratando de evitar a toda costa su mirada.  - Vine a cortejarte - expresa como si fuera normal - ¿Estás bien? - dirige su vista a Alek - ¿Es cierto que eres cercana a él? - río un poco por lo bajo.  - No, su Majestad. No era cercana la general. Pero él esta aquí pidiendo permiso para cortejarme y pienso aceptarlo...  - ...
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