Capítulo 3

2766 Words
Estoy viendo por dos. Quiero reír. Estas cositas tienen un buen sabor, creo que tienen sabor a chocolate, me saben mejor a los primeros "cosmos" que me dieron a probar. Oh vaya, creo que en verdad estoy pasadita de copas, una conducta muy repulsiva para una princesa. Me pregunto por qué el alcohol siempre ha sido alejado de mi vida, me siento como si estuviese volando sobre el mar. ¡Yo si tolero el alcohol! Mi garganta parece estar cansada, estas cosas son muy calientes al tragar, mi lengua parece estarse quejando y tengo mucho apetito, desearía que Arnold mi chef me prepara un delicioso platillo de Käsknöpfle; pasta con queso derretido y el platillo más delicioso de Liechtenstein. Mi estómago está rugiendo y hasta este momento no he comido más que una fajitas... o como sea que se llamen esas cosas. No puedo comer este tipo de cosas, nunca he comido y bebido de este tipo de cosas pero como Eren dijo que tengo que adaptarme ¿es esta una buena manera de hacerlo? Yo soy muy resistente al alcohol. -¡Ustedes son mis mejores amigos!- levanto mi vaso y ofrezco un brindis. -¡Yo los declaro mejores amigos y de ahora en adelante...! ¡Pueden tratarme...! Uau. ¿Qué es eso? ¿Se come?- pregunto al ver un plato de cositas de colores sobre la mesa. Ricardo me las ofrece. Creo que amo mucho a estos dos hombres.  -Se llaman gomitas y creo que existen en todo el mundo ¿Cómo es que no las conoces?- hago un puchero y cojo una, la mantengo en el aire observándola. –La azúcar le da mejor sabor porque son un poco ácidas por dentro.- abro la boca y asiento con completa intriga. Me la llevo a la boca con cuidado, primero saboreo con la lengua y después la muerdo. ¡Uau! ¡Uau! ¡Que buen sabor! -¡Son muy ricas!- grito en mi idioma clásico, antiguo y bonito. Ambos se miran sin entender. Inglés, Ellinor, solo Inglés. -Tu alemán es un poco raro, tengo un amigo que habla alemán fluido por su trabajo pero el tuyo se escucha raro, tienes un acento muy pronunciado.- frunzo el ceño. El idioma oficial de Liechtenstein es el alemán; dialecto antiguo y de clase alta propio de mi país, pero como he estado un par de semanas en Suiza se me ha quedado más su dialecto. -No hablo alemán de Alemania.- gruño. Estas cositas están muy ricas. ¿A cuantas personas les gusta esto? ¿Debería de hacer una encuesta sobre esto? –En mi país deben de existir pero nunca las había probado, Eren tiene una lista de cosas que puedo y no puedo comer, es un tirano porque ni siquiera puedo probar todos los dulces que mi padre hace... tiene la idea de que el exceso de azúcar es muy malo...- me encojo de hombros y me llevo otra a la boca. ¡Gomitas con Azúcar yo las declaro mi chucherias favoritas! -¿Por qué dependes tanto de Eren?- pregunta Yasin. No digo nada y continúo comiendo las gomitas pero continúa. –No será de que Eren te está obligando a escapar de tu familia, el tipo es un rufián así que no lo dudaría ¿tienes algo con él?- le vuelvo a ver y sonrío ampliamente. -Tienes razón, Eren es un rufián que no sabe sino someterme a largos periodos de estudio, clases y otro sin fin de cosas que ya no soporto.- hago un mohín, siendo todo eso es la persona que ha permanecido a mi lado siempre. –Pero aun así estoy muy agradecida por todo lo que está haciendo por mí, y tienes razón él es quien me ha enviado aquí.- suspiro, ¡Quien quiere gomitas! ¡Yo! -¿Por qué te ha enviado aquí y con Ricardo?- me encojo de hombros. Eren dijo que no abriera la boca para nada. -¿Por qué te niegas a decirnos más de ti?- me encojo de hombros nuevamente. Ya no voy a beber. -Ya no voy a beber porque tengo que buscar un lugar donde vivir.- me trato de levantar pero Ricardo me lo impide. Esta sonriéndome con tanta amplitud y gracia que le devuelvo cortes. Es muy atractivo y una persona excelente.  -Yasin deja a nuestra invitada en paz y ofrécele otro trago, uno que le guste bastante.- niego, no, ya no voy a beber y es una promesa. Tengo control de la situación. Ricardo es una persona muy agradable, al igual que Yasin pero este es más serio y tranquilo. Me hacen sentarme tranquilamente y continuo comiendo gomitas, son muy buenas. Yasin pone cinco bebidas alcohólicas frente a mí y aunque me niego rotundamente me hace beber de las cuatro. Mi paladar recibe las cuatro minuciosamente, no me gustan todas solo la tercera. El sabor y olor a vainilla me atrapa por completo. Me ponen otros dulces para que los pruebe, sobre todo un par de chocolates que no me gustan, los de mi padre son mucho mejore y de más alta calidad. -Ellinor ¿quieres un poco más de esto? ¿O tienes prohibido beber de más?- frunzo el ceño. Creo que Eren en sus indicaciones decía que no bebiera alcohol porque no tengo resistencia, pero es mentira. ¡Yo domino el alcohol en mi organismo! -No... quiero un poquito... solo un poqueto más... esta bebida tiene un sabor exquisito.- palabreo. Mi voz se escucha extraña y es como si estuviese esforzándome en formular oraciones correctas. -Entonces ¿ya sientes ánimos de decirnos porque estás aquí o que eres de Eren?- pregunta nuevamente Yasin, estoy pensando en que solo están tratando de sacarme la verdad. Pero no, yo soy resistente. Al inicio y después de que me sentara en la mesa que Yasin preparo, ambos se sentaron frente a mí y me miraron por largos segundos y me hicieron leer unos folletos, me hicieron usar unos cubiertos y pidieron mi opinión acerca de política, preguntaron si era bueno invertir en sectores agrícolas y una infinidad de cosas que responde con sinceridad. No entendí muy bien el por qué las preguntas pero lo deje estar. Tras pasar una examinación de ese tipo comenzaron a preguntar de mi familia, lo cual no respondí. ¡Nunca me delataría a mí misma! -Eren ha dicho que vienes de Suiza pero tu acento no parece suizo.- frunzo el ceño. Comienzo a hablar en alemán y parecen consternados al no entenderme otra vez, lo siento, es mi nativo y no puedo evitarlo. –Lo repito, tu acento es muy elegante y pareciera que es de algún extraño alemán que desconozco.- frunce el ceño Ricardo, le paso de largo a lo que dice. Le doy otro sorbito a mi vaso y les miro, sonrío como chiquilla. -¿Estas escapando de algún lugar? ¿De tus padres?- mis padres, seguramente a esta hora (ni idea de que hora es) ya les han de haber informado mi desaparición, quizás esto fue un error. Emiliano estará furioso conmigo pero mis padres lo estarán más. Comienzo a sentir una sensación de soledad y me dan ganas de llorar. –Ellinor donde están tus padres.- -Están en casa.- hago un puchero de cría. Yasin me mira molesto. –Mama y papa estarán preocupados, mi madre querrá asesinarme cuando sepa que no estoy en casa... Emiliano, mi hermano... ¡No! Quizás debería de volver... ¡No! ¡Yo voy a ser lo que yo quiera!- me tomo otro largo, caliente y delicioso trago. -¿Por qué no les llamas y les dices que volverás a Suiza pronto?- niego. Si hago una llamada sabrán de inmediato donde estoy, me obligaran a regresar a Liechtenstein y no quiero, Emiliano ha de estar muriendo en este momento y espero que Eren no esté en problemas por mi culpa. -Debería de ir a buscar un hotel... pero ¿Cómo hago eso?- hago un puchero, parece que he viajado con nulos conocimientos acerca de lo que es la vida común. -Si no quieres preocupar a tus padres ¿Por qué estás aquí?- pego la mejilla a la mesa y les miro de reojo. Ricardo estira la mano y toca mi cabeza, acaricia mi cabello y el gesto me parece extraño. -Hay una ley en mi país que no permite a las personas tocarme... es como Santa Claus y su "Nadie puede tocar a Santa"... ¿has visto la película? Mi familia y yo las vemos cada año... extraño a papa y mama.- me toco la cara con frustración. No debí tener hermanos y mucho menos mayores, ¿Por qué los hermanos te hacen la vida imposible? Emiliano ni siquiera me pone atención, siempre trabaja y trabaja, desde que tomo el cargo hace cinco años no deja de ignorarme y ahora está castigándome. -¿Eres de oro y por eso no pueden tocarte?- gruñe Yasin y yo solamente sonrío, si le digo que es algo como eso podría mal interpretarme. -¿Por qué no pueden tocarte? Según se en Suiza no son tan estrictos y sus derechos son no sé qué, seria irónico que las personas no pudiesen tocarte, ¿eres hija de algún político importante?- me vuelve a tocar y lo dejo estar. No digo nada y cierro los ojos. Si bebo más alcohol podría soltar cosas que no debo ¿o no? -¿Quieres un poquito más de alcohol? Te vendría muy bien si no quieres pensar en lo preocupados que están tus padres, y tu hermano ¿Por qué no hablamos de este mal hermano del que hablas?- niego, no quiero hablar de eso. -Supongo que tu hermano es un dulce chico al igual que tu.- comienzo a reír. Emiliano es todo menos algo dulce, frio, dominante, calculador y con un ego impresionante. Pero antes era muy tierno y pasaba mucho tiempo conmigo. Ya no lo quiero.  -¡Emiliano es un tirano! ¡El peor hermano del mundo! ¡Es salvaje y dictador! ¿Han visto esa película de Toy Story? él es Buzz y yo soy Boody... Goody... Woody o como sea, el hecho es que en los últimos meses hemos estado discutiendo todo el tiempo... le quiero... mucho pero no puedo hacer... todo lo que él me pide.- me tapo la cara, quiero volver a Liechtenstein quiero ir a casa. -¡Quiero volver a Lie... casa!- corrijo antes que nada. Creo que hasta el momento no me he puesto en evidencia. -¡Cantemos una canción!- grito. Me quito el suéter y lo pongo de un lado. Yasin me mira con una sonrisa divertida y creo que estoy enamorándome un poco de él, es muy tierno, serio pero tierno. -¡¿Se pueden... esa canción... la de unas caricaturas... que son de figuritas...! ¡No... espera yo la canto primerooo...!- me limpio la boca y cojo una cucharita para micrófono. -¡Ellinor Sing Along Movie!- digo carcajeándome. Ricardo y Yasin comienzan a reírse y hago que se pongan de pie. –Venga; uno por uno porque no me acuerdo... yo estaba así de chiquita...- con los dedos les muestro una miniatura. Se carcajean y yo igual. -Ellinor ¿te sientes bien?- asiento segura. Yo estoy en buen estado. -Es Rola... Pola y Noni... en un planeta triangular... ay, no, no me acuerdo como es.- me apoyo en el brazo de Ricardo que se ha colocado a mi lado. -¿Puedes ponerla por favor? No puedo dormir sino canto eso... ya me has dejado con las ganas...- Ricardo se ríe y asiente. -Yasin solo por la canción en el estéreo.- me rio yo sola al ver a Yasin correr hacia no se donde. Que guapo es, debería de ser un Principe... con el si me casaria... ¡Pero no hoy!  La idea del matrimonio es aterradora.  -¡Estareo Yupi! ¿Qué es un estareo?- hago un puchero. Mi madre... cantaba esa canción conmigo... también Emiliano... ay, no, les echo de menos. -¡Quiero regresar a casa! ¡Quiero ver a mis padres!- me vuelvo a sentar y dejo mi mejilla sobre la mesa. -¡Ellinor estas bien!- pregunta Yasin de regreo. Niego y escucho la cancion de fondo pero ya se me han quitado los ánimos.  -Quiero a mis padres, pero tengo que volver a casa un día.- frunzo el ceño. ¡Estúpidas leyes! Cuando sea la autoridad cambiare la ley. Ricardo se sienta frente a mi otra vez. –Yo de verdad quería cantar...- Yasin me ofrece otro sorbito y me lo bebo. -¿A dónde quieres volver? ¿Con tus padres?- asiento. También quiero ver a mis padres, les echo mucho de menos y quizás debería de vivir con ellos en Suiza, renunciar al trono tal y como lo hizo mi padre... aunque tenga que vivir en el exilio. -¿Por qué no vuelves entonces?- niego, me levanto y les miro fijamente. -No voy a volver hasta que mi hermano acepte mis veredictos, su palabra puede seguir siendo la ley pero no acatare ninguna orden que pueda perjudicar mi libertad.- si solo rompiésemos el compromiso de matrimonio yo estaría feliz, pero no voy a casarme con ese tipo. -¿Ley? Hablas de él como si fuese un rey... o algo parecido.- cierro los ojos. -No es un rey.- gruño. No somos reyes, vivimos en un Principado y el titulo más alto es el de Príncipe y Princesa. Vivimos en una monarquía absoluta de la cual yo tengo que responsabilizarme pero no estoy preparada. No lo hare. Mejor sigo escapando, Princesa Cobarde puede ser el titulo para alguna película de Disney que hagan en mi honor. No me importa. Quizás deba escapara a México, he estado una vez ahí y me gusto un poco. -Y si no es un rey ¿Por qué tienes que cumplir con lo que él te digo? ¿Acaso es como un patrón al que tienes que obedecer?- Ha. Ha. Ha. No me doblegare. -¡Ese muggle no es nadie! ¡No voy a volver porque yo mando en este mundo!- sí, voy a hacer mi vida aquí mientras pueda. Soy la mejor princesa del mundo. Me levanto de la silla y me tambaleo un poco pero no importa, voy a brindar con mis amigos. -Ellinor toma asiento o puedes caer.- niego. -¿Cómo voy a caer? ¿Piensas que estoy ebria?- ambos asiente. Puff. Muggles tenían que ser. Un momento, ¿Dónde están mis gomitas? ¿Ya me las comí? ¿Desaparecieron? -Ellinor creo que deberíamos de dejar de beber... bueno tu deberías de dejar de beber.- frunzo el ceño. No entiendo nada. -Pero si has sido tu quien me ha dicho que es bueno beber, yo confió en ti porque Eran... no, EREN dijo que podía confiar plenamente en ti... y ahora eres mi amigo ¿deberíamos de hacer un pato de sangre...? ¡Pacto de sangre!- corrijo. Yo no estaba bebiendo, el insistió y yo cedí porque soy buena persona. -Sí, y lo siento no tenía idea de que el alcohol hiciera tal efecto en ti ¿deberíamos de ir a dormir?- me toma del brazo y niego, estoy bien, no he bebido casi nada.  -¿Contigo? Me siento alagada pero no puedo... ¡Solo mi prometido puede tocarme! ¡Y venga que es un tipo que odio! Ustedes.- los señalo a ambos. Yasin trata de quitarme el vaso pero niego. –Ustedes no dejen que sus hermanos los casen con mujeres que no les gustan...- Yasin comienza a reírse. -No nos gustan las mujeres.- frunzo el ceño. ¿A no? Aaaah, entiendo, estos hombres son de esos... que desperdicio de humanos... no, no es un desperdicio solo es otra forma de amar y me lo dijo mi padre.  -Entiendo... no se preocupen porque soy una buena... persona, los comprendo y aunque ambos son muy atractivos los comprendo... ¡Que bonito son sacerdotes! Qué bueno que le entreguen amor a Dios, el es muy importante.- me persigno. Ambos se miran y comienzan a reírse, no entiendo nada pero me rio también. -No, Ellinor. Yasin y yo somos pareja...- no entiendo. Yasin se acerca a Ricardo y le da un besito en los labiso. Abro la boca... oh, entiendo. Ellos hacen cositas... ah, no importa. Son mis amigos.  -¡Son novios!- grito. Levanto la copa porque hay que brindar. -¡Un brindis por la feliz pareja!- me lo llevo a la boca y me lo bebo a la mitad. -¡Yo solo quiero un mundo donde todos seamos libres! ¡Quiero la paz mundial!- me carcajeo... -Ahora ya soy Miss Universo.- los chicos se comienzan a reír. -¿No te enoja?- asiento. -Si... me enoja que ustedes puedan ser libres y yo no... ¡En el pasado era una mujer atada a responsabilidades ahora ya no! Mis dos súbditos levanten sus copas.- pido y de inmediato lo hacen. Ven, si puedo dar órdenes sensatas. –Ustedes amigos míos y novios, siendo testigos de mi comportamiento ordinario, inadecuado, zafio y un poco vulgar, pueden dar fe en que estoy rechazando abiertamente y de manera pusilánime al cargo que se me ha otorgado.- ambos me miran y creo que no entienden lo que digo pero mejor, estoy borrachita y no sé lo que digo. Creo que caeré en cualquier momento porque mi cerebro no está en condiciones de seguir. –Ahora pues, ¡Larga vida a Su Serenísima!- los tres chocamos copas y lo llevamos a la boca, mi cuerpo esta ligero... mareado y débil. -¿Ellinor?- cierro los ojos. Tengo sueño y quiero dormir. Sin decir más me dejo caer profundamente dormida. -¡Ellinor!- mmm, sueño. 
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