Capítulo 1

3140 Words
Principado de Liechtenstein.  Febrero 02, 2017. Corro, corro y corro por los jardines del palacio. Dios bendito. Qué lugar tan grande y hasta hoy que estoy tratando de escapar me doy cuenta. Siento que me desmayare en cualquier segundo pero tengo que lograrlo, mi querido hermanito no me mantendrá encerrada en este lugar hasta que ese estúpido día llegue, por dios, he estado aproximadamente una semana encerrada y si he de salir un pelotón estaría cuidándome. No puedo con eso. Tengo que escapar de todo esto no puedo simplemente volver y casarme, no voy a tener hijos para que la línea Liechtenstein continúe, no gobernare una nación en este momento porque no estoy preparada. Claro mi hermano no lo comprende. Emiliano está empeñado en hacer cumplir la ley y entregarme el poder real en menos de un año. Ha. Como si fuese a dejar que algo así suceda. -Vamos Princesa.- apura mi paso. Eren toma mi mano y me hace entrar en una caseta cerca del portón trasero de Palacio. –Hay un pasadizo que da hacia el centro de la ciudad.- dice. Me dejo caer al suelo y trato de recuperar el aire. -No... puedo respirar...- jadeo. Me mira preocupado. -Es un ataque de asma pero no es grave. Respire profundo por favor. Estos días de encierro seguramente le han puesto débil, sumándole a su huelga de hambre.- sonrío de lado. -Era... la única manera... de que Emiliano me dejara salir...- -No importa lo que tenga que hacer pero la sacare de aquí.- dice firme. Asiento agradecida por todo lo que esta haciendo.  Eren es quien me ha ayudado a escapar de los guardias. Emiliano ha puesto a toda una cuadrilla a vigilarme las veinticuatro horas, mi hermano se está pasando de pesado y sinceramente no creo que estemos en buenos términos ahora. No quiero verlo. Si no es por Eren seguramente no tendría ninguna esperanza de poder escapar. Lo agradezco. -Su majestad. No podemos esperar más tiempo, a esta hora el Príncipe ya se ha de haber dado cuenta de su ausencia. No puedo acompañarla porque se dará cuenta que he sido yo quien le ha ayudado y hará que diga su paradero, me encargare del asunto y haré parecer que está viajando a Suiza para reunirse con su padres.- frunzo el ceño. La respiración me está molestando y pareciera que mis pulmones están agotados. –Respire profundo. Alteza cuente conmigo por favor.- sujeta mi rostro y me hace verle fijamente. Sus ojos marrones me miran preocupados. Comienza con uno... dos... tres... voy tratando de respirar lo más suave y tranquilo posible. He sufrido de Asma todo lo que puedo recordar de vida, es una enfermedad que puede arruinarte la vida en un segundo pero se tiene que ser muy cuidadoso para mantenerla a raya. Mi padre y mi madre me han tratado como una especie de joya frágil a causa de esta enfermedad pero la realidad es que solo tengo ataques de asma cuando pongo mi cuerpo a exaltación como la de este momento, hemos corriendo alrededor de quince minutos tratando de alcanzar este lugar sin que nadie en Palacio se dé cuenta. No sé por qué vivimos en un lugar tan grande. -Ya, estoy bien solo necesito un poco de agua.- digo. Pestañeo varias veces y me toco el pecho, inhalo y exhalo varias veces hasta recuperar el aire por completo. Eren me guía en las respiraciones y yo se lo agradezco completamente, su rostro de preocupación me hace estremecer y agradezco a dios, y a mis padres, por haberle puesto a mi lado. No se que seria de mi vida sin el.  -Como decía. He preparado todo para que su hermano piense que está escapando a Suiza.- frunzo el ceño. Creí que ahí es a donde iría. -¿A dónde iré entonces? No conozco muchos lugares y sabes que si he viajado siempre ha sido en tu compañía o con mi familia.- asiente. Me mira con aun más preocupación y creo que se ha tensado por completo. Oh, ya lo entiendo quizás haremos otra cosa. -¡Fingiremos mi muerte!- cierra los ojos y niega rotundamente. -Dios proteja a Su Serenísima en todo momento.- junta las manos orando. Ruedo los ojos. Lo de la muerte puede ser una buena idea. –Viajara a Inglaterra. Sabiéndose la mala relación que el príncipe tiene con el Primer Ministro Inglés es la mejor opción, el Príncipe jamás pensaría que podría estarse escondiendo en dicho lugar. -He estado en Inglaterra un par de veces pero no me llama mucho la atención y para ser sincera nunca fui de visita, lo más que he conocido es el Buckingham Palace.- digo preocupada. Nunca he viajado sola y soy inútil en la cuestión de trabajos domésticos. -No se preocupe Alteza, he preparado todo para su llegada. Londres es un lugar peligroso para usted así que la he de enviar a Birmingham.- aunque lo diga su rostro de preocupación me resulta aniquilante. Voy a ir a Inglaterra.  -¡Birmingham! Nunca he estado en ese lugar, ¿Qué es lo que haré ahí?- venga, estoy comenzando a replantearme todo esto del escape. –Lo mejor es que vaya con mis padres, ellos no dejaran que...- niega. -Su padre está totalmente de acuerdo con el matrimonio.- abro los ojos sorprendida. Ese hombre es un traicionero. No le volveré a hablar en su vida. –Llegando al centro de la ciudad le esperara una camioneta con todo lo necesario para su sobrevivencia, yo mismo me he encargado de ello y no se preocupe la persona que la llevara es de mi entera confianza.- asiento. Lo hare, escapare y ya. –Él le entregara una carta con instrucciones y sobre todo, con el nombre de un hombre al que tienes que buscar he hablado con él y nos ayudara.- asiento y me le quedo viendo. Creo que voy a llorar. -Eren muchas gracias por todo esto que hacer por mí, prometo que si mueres protegiéndome no dejare el crimen impune.- le digo. Este hombre se merece todo mi amor. -Princesa no me de tantos alientos por favor.- se ríe. Eren Zakaria es cuidador y mi servidor. Ha estado conmigo desde que nací, es quien ha estado bajo cargo de cuidarme en todo lo que hago. Estudios, viajes, reuniones y celebraciones en nombre de la casa Liechtenstein. Sinceramente, ser una princesa no es algo bueno como todos lo pintan en cuentos. Me he graduado a los quince años, a los dieciséis ya podía entablar una reunión de políticos, y a los dieciocho ya tenía un título en Negocios Internacionales. Todos los días eran estudios, reuniones, y más estudios. Eso es lo que una princesa de verdad hace, trabajo todo el tiempo. No me culpen de querer escapar. No estoy lista para cumplir con mis responsabilidades como la Princesa Ellinor de Liechtenstein. He de escapar lo antes posible. Emiliano seguramente querrá asesinarme pero en este momento lo único que necesito es libertad, pensar, y dejar de acobardarme con todo lo que el Principado me está pidiendo. -Princesa este es teléfono pero por favor no lo encienda hasta que esté segura que quiere ser encontrada por el príncipe, de mi parte, le prometo estar siempre a su lado protegiéndola tal y como se me ha ordenado, en cuento todo haya pasado y su hermano no me mire como un sospechoso iré por usted.- me ayuda a levantarme y caminamos hasta una puerta pequeña. -¿Es ese el pasadizo?- me mira y asiente. -Princesa de ahora en adelante estará sola.- me dice. La preocupación en su rostro es más que evidente. Lo lamento pero tengo que hacerlo. –Por favor, manténganse fuera del visto público y trate de ocultar la marca real.- levanta mi mano y acaricia la pequeña L marcada en mi muñeca. –Princesa. Usted es una maravillosa persona y estoy completamente seguro que gobernara esta nación tan bien como lo han hecho los previos Príncipes y Princesas, sé que no se siente preparada pero cuando lo esté sé qué hará un excelente trabajo. Inglaterra no está lejos de aquí pero si es un lugar desconocido, por favor, cuídese a toda costa y no se permita caer en manos de personas equivocadas.- se arrodilla y besa mi mano. Le miro desde arriba. Eren parece sufrir por esta situación. –Princesa siempre estaré bajo sus órdenes. Larga vida a Su Serenísima Ellinor de Liechtenstein.- dice. Su voz es aun preocupada pero lo entiendo. -Eren es un magnifico guía y agradezco todo esto, todo esto que haces ahora por mí se te será recompensado en tu momento. Me cuidare tal y como lo has pedido pero si mi hermano llega a hacer algo de lo que eres imposible de soportar... tienes que decirle donde estoy.- le digo.  -¡Pero Princesa!- dice exaltado. Me mira horrorizado. Eren nunca traicionaría la confianza que he puesto en el pero si Emiliano trata de pasarse lo mejor sera revelar todo. -Es una orden.- digo. Le pido que se levante y no puedo evitar abrazarlo. –Muchísimas gracias.- suspiro. Eren es un gran hombre. Eren me ayuda a bajar por una larga escalera, el lugar es efectivamente un pasadizo directo al centro de Liechtenstein. Antes de que pueda irme le vuelvo a ver y la preocupación y miedo reflejados en su rostro son casi un dolor para mí. Emiliano si llegas a hacerle algo a Eren seré yo quien salvajemente te destrone asesinándote. Comienzo a caminar despacio y a medida doy un paso una luz se enciende. Interesante lugar. Como sé que a cada paso que doy las luces se encienden no dudo en comenzar a correr. Mi cuerpo se encuentra débil y maldigo haber hecho una huelga de hambre contra mi hermano, este palacio es inmenso y correr de aquí hasta el centro de la ciudad es como volar de un país a otro. Podría morir aquí y nadie lo sabría. En el túnel se puede sentir una suave brisa colarse por sabrá Dios donde, el túnel no es pequeño y tiene la suficiente altura para hacer que pase sin mayor riesgo. Es un túnel metálico, es sorprendente no puedo negarlo. Corro y corro, sintiendo el tiempo pasar de forma lenta. Consulto el reloj y a punta a casi las cinco de la tarde. El único sonido del lugar es mi respiración agitado y las pisadas fuertes que doy, bien, espero que no haya ningún fantasma por aquí... moriré seguro, ¿Y si el Chupacabras anda por aquí? Ay, no, no y no. Elli no pienses en eso... esas películas traumatizantes que miras no son reales, no hay fantasmas, no hay muertos vivientes... no hay nada en el mas allá. Ay, no. El miedo me comienza a invadir y me comienzo a sentir como una ridícula. No es miedo pero comienzo a acelerar las pisadas, me importa poco si muero de un ataque respiratorio pero no me quiero encontrar con el Chupacabras en ningún momento. Comienzo a correr a toda velocidad y como toda una tonta, una sensación de que alguien viene tras de mi me invaden. Me dan ganas de gritar pero me obligo a mí misma a no pensar mucho en el asunto y pensar que solo es Richer, mi lobo, corriendo tras de mí. Ay, extrañare al bello animal. En menos de veinte minutos llego hasta la última luz, un luz roja se centra alumbrando unas escaleras hacia arriba que me parecen son mil... como sea, sigo sintiendo a alguien detrás de mí. -No me mates chupacabras... no me mates chupacabras... no me mates chupacabras...- comienzo a murmurar mientras subo las escaleras de dos a dos, maldición. Soy una ridícula miedosa, no puedo creer que piense que esas cosas... ay, j***r. Subo y subo y parezco no llegar a nada, una luz verde sobre una puertilla me hace dar un suspiro de tranquilidad. Presiono un botón que supongo abre la puertecilla pero nada, comienzo a empujar y al sentir que todas las luces se apagan el miedo me invade. Tranquila... Ellinor cualquier suceso próximo es solo producto de tu imaginación. ¡Todas las lucen se han apagado! Escucho un fuerte sonido y seguido alguien... o algo tira de mí. -¡AGH el Chupacabras!- grito. Me suben por completo y cierro los ojos. -Su Serenísima.- dice. Abro los ojos y me encuentro con una chica un poco menor que yo sosteniéndome nerviosa. –Soy Elena, hermana menor de Eren.- frunzo el ceño. Mi ridiculez me concierne.  -¿Eres Elena?- pregunto. Le miro de arriba abajo. –Eren nunca te había mencionado.- digo. Ella contrae el gesto. Me pregunto si acabo de decir algo que la incómodo. -Soy su hermanastra y he vivido fuera de Liechtenstein por largo tiempo.- suelto un ah, seguramente Eren tuvo sus razones para ocultarla de mí. –Así que no soy el Chupacabras...- se encoge de hombros y estoy a punto de avergonzarme mucho. -Sí, eh, sabes no es me den miedo esas cosas.- le digo. Ella sonríe de lado. Es una chica muy bonita, es joven y tiene ojos verdes... que raro, los ojos de Eren son marrones. –Eren me ha dicho que puedo confiar en ti.- -Por supuesto. Su Serenísima.- se inclina haciendo una reverencia. Asiento. –Venga conmigo por favor, Eren me ha dejado todo y la llevare al aeropuerto sin ninguna sospecha.- asiento nuevamente y me siento complacida. La chica me mira fijamente... abre la boca y ladea. -¿Sucede algo?- pregunto. Me miro la ropa y todo. Creo que llevo ropa que no levante sospechas, ¿tengo algo en la cara? Ha. Aparte de nariz, boca y ojos. –Eh, Elena ¿todo bien?- vuelvo a preguntar pero parece medio perdida. Paso la mano por delante de su rostro y finalmente reacciona. Muerto viviente... -Es que sus ojos son mejor en persona en como salen en la televisión y periódicos. Son asombrosos.- dice admirada. Sonrío. Si, bueno a mí me parecen raros pero no puedo lidiar con los gustos de los demás. -Es hora de irnos.- digo. Ella asiente. Me guía hasta una camioneta 4x4 gris. Me abre la puerta trasera y entro rápidamente. La chica es buena persona, espero que esto no sea una molestia después para Eren. Definitivamente tendré que recompensar a ese hombre. Me acomodo en la parte trasera y a la par encuentro una mochila común y corriente. Ah. Supongo que en Inglaterra tendré que adaptarme a una vida lejos de la nobleza, obviando el hecho de que no tengo idea de lo que hare ahí. Abro la mochila y comienzo a revisar lo que hay en el interior. Documentos, pasaporte... ¿para qué? Como sea, también hay tarjetas de crédito e identificaciones que no usare. No entiendo por qué todo esto. Hay unos cuantos fajos de billetes y unos panfletos sobre hoteles de lujo. ¿Cómo quiere que pase desapercibida con todo esto? Dentro hay una carta. La tomo y la abro, en ella pone: "Su Serenísima Princesa de Liechtenstein. Es de mi más grande tristeza que tenga que dejar el país  de manera tan abrupta pero comparto su miedo, no obstante, espero que esto sirva como un viaje de recreación y aprendizaje para usted como futura gobernante de este país. Alteza siendo usted una valiosa persona le dejo aquí una serie de indicaciones que le pido acate de manera correcta, manera correcta."  Uau. Repitió la misma frase dos veces, ¿que clase de fe tiene en mi?  Es una carta muy larga, pareciera una guía turística específicamente redactada para mi. Comienzo a leer algunos numerales, creo que son como veinte.  "1° Al llegar a Inglaterra por favor tome el primer taxi que vea y no haga ningún comentario que le haga parecer m*****o de una familia importante, o peor, de la realeza. Por favor, que el taxi la lleve a la siguiente dirección "Café Di Porte". Ahí, pregunte por un hombre llamado Ricardo Di Porte. Es un buen amigo al que le he pedido ayuda, él no sabe en absoluto que es usted una princesa pero puede confiar en el plenamente. 2° Un hogar. Por favor, Su Serenísima tiene que estar en un lugar que no levante sospechas pero aun así un lugar de categoría, he dejado unos cuentos lugares a los que puede ir. 3° Gastos innecesarios. Princesa, por favor cuide del dinero que he dejado con usted, no se cuento tiempo pasara hasta que pueda ir a buscarla, recuerde "Quien no trabaja no tiene derecho a comida" pero usted es una Princesa así que no necesita trabajar, solo cuide del dinero. 4° Depredadores. Alteza, por favor no haga caso de ningún acortejo que los hombres le hagan, recuerde su puesto, y por favor cuídese de hombres sinvergüenzas estafadores.  5° Visto público. Manténgase lejos de cualquier político, celebridad, o cualquier otro personaje que la pueda poner en visto del ojo público. 6° Su Serenísima no beba alcohol porque sabe que no le soporta, por favor, no consuma ningún producto que no haya estado antes bajo la supervisión de un experto. No comidas de la calle o comida chatarra. He dejado adjunto una carta de sus comidas favoritas, por favor, alimentece de manera balanceada. " Uau. Este hombre de verdad ha pensado a fondo sobre este viaje. Abajo pone "Indicaciones para sobrevivir a un mundo del que no tiene idea" comienza a decirme como tratar a las personas, como comportarme, como relacionarme con los plebeyos... o con los ciudadanos, en efecto, este viaje será muy bueno para tener un poco de libertad. -Uau. Elena, si Eren pregunta dile que la carta accidentalmente se rompió.- la termino de él y la guardo en el bolsillo delantero de la mochila. –Algo exagerado para mi gusto, ¿parezco una persona que no puede vivir por si sola?- me vuelve a ver por el espejo retrovisor... ¿Por qué parece preocupada? Ni piensen que soy una niña pequeña que necesita cuidarse de todo lo que le rodea. Ha. Válgame, es como seguir instrucciones de mi madre. He vivido prácticamente en la dicha de una familia real, riqueza, y más riqueza es lo que siempre me ha acompañado pero nunca ha sido suficiente para mí, ¿Por qué alguien que lo tiene todo siempre quiere más? No quiero un hombre, no quiero amor porque eso lo he tenido de sobre... con lo que respecta a hombres, sinceramente no tengo mucha experiencia en ello ya que tengo un prometido, un hijo de la fruta que pasa todo el tiempo hablándome de lo maravilloso que es, ni siquiera me atrae físicamente el hombre. No puedo creer que mi hermano este obligándome a casarme con esa cosa... ¡No puedo creer que mi hermano este tratándome de esta manera! Si no es por esta desgracia seguramente yo no estaría escapando de él, no estaría escapando de mi ciudad y de mi Pueblo. Emiliano debe de estar loco pensando en que haré todo lo que él me pide antes de tiempo, sé que en un par de meses cumpliré la mayoría de edad pero definitivamente no me casare con ese Conde de pacotilla y mucho menos aceptare el trono a tan poca edad. Estoy segura que podre mantener una vida más o menos normal en Inglaterra por el tiempo que sea necesario, hasta que yo me convenza o hasta que mi hermano me encuentre. Lo único que tengo que hacer es no involucrarme con nadie, mantener la mente clara y... no lo sé, adaptarme a esta vida cobarde que estoy eligiendo. 
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