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Humedad

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ESTA HISTORIA ESTA REGISTRADA BAJO DERECHOS DE AUTOR, NO SE PERMITE COPIA, ADAPTACIÓN O PDF. LA PERSONA QUE LO HAGA TENDRÁ PROBLEMAS LEGALES POR INFRACCIÓN DE DERECHOS DE AUTOR】CÓDIGO DE REGISTRO: SAFE CREATIVE. 2263838762827

Juré no tocarla, juré nunca verla como mujer, podría decir que no sabía nada de esto, pero ahora es demasiado tarde, vivimos bajo el mismo techo, pero ella es mi chica del destino. Tengo que cumplir mi promesa, no puedo tocarla.

¡NO PUEDO TOCARLA! Esa es la promesa que le hice a su padre antes de morir. “No puedo con esta humedad”

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Sin amor y sin placer.
Marcos Bourdeo. ═════ ✥.❖.✥ ═════ Uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, teniendo empresas en México, Japón, y Francia, lo tiene todo, millones de dólares, empresas, mansiones, pero hay algo con lo que no puede lidiar, y son los demonios de su pasado, eso lo ha convertido en un hombre sin corazón, sin amor por nadie, viviendo una vida vacía. Tiene muchas prostitutas a las que somete, y hace sus sumisas, pero aún no ha encontrado a esa mujer que lo haga vibrar en la cama, siempre todas se quejan por algo, o simplemente no lo satisfacen. Su esposa es una mujer que proviene de padres religiosos, siempre tiene excusas para el sexo, y durante todos sus años de matrimonio nunca ha alcanzado el clímax. Un hombre de 38 años, de 1,85, realmente apuesto, ojos verdes y buen físico deseado por todas, pero él no ha encontrado a la mujer que pueda llenar plenamente su vida s****l, ha intentado tener amantes, pero siempre las deja cuando ellas no llenan sus expectativas. La mujer perfecta para él sería, una mujer virgen, pero que no sea tímida en la cama, dispuesta a experimentar de todo, sin quejas y que también disfrute, quiere una mujer que esté con él para placer, la mayoría quiere estar con él por dinero, y por la fama. Kader Berry. ═════ ✥.❖.✥ ═════ Una chica de 19 años, bonita y extrovertida, virgen, pero sabe mucho acerca de sexo, aunque lo único que ha practicado con su novio es sexo oral, ella siente que algo le falta a su novio de la universidad, aunque su universidad es de clase media es una chica realmente sexy feliz y satisfecha con lo que tiene. Le gusta mucho ver sus películas para adultos, en la universidad es la número uno de la clase, aparenta ser una chica buena. Pero a ella no le gustan los chicos de su edad, por las noches se toca pensando que un hombre guapo y mayor, le puede quitar la virginidad, por eso siempre trata de evadir a su novio cuando quiere tener sexo con ella. Una chica hermosa de ojos azules y cabello castaño, de 1,60 de estatura, pero muy candente y liberal, desea encontrar ese hombre que le enseñe todo lo que necesita saber en el sexo. No tiene miedo y siempre dice lo que cree, su madre es muy religiosa y ella fue criada de igual forma, sin embargo, eso no impidió que ella desarrollará su propia personalidad libremente. Sin prejuicios y sin las estúpidas normas de la sociedad. MARCOS. Ningún hombre quisiera llevar una doble vida como la mía, fingiendo en todo momento hasta durante el sexo con mi esposa con la cual fui obligado a casarme, ella es una mujer hermosa, que cualquier hombre sería afortunado de tener, pero cuando no existe el amor cualquier mujer que sea hermosa podría parecer la peor tortura de todas. Sé muy bien como comenzó todo, por culpa de mi padre, un hombre arrogante, sin escrúpulos, cruel y cobarde que golpeó a mamá hasta matarla. El hombre que pensaba que era perfecto, y que yo también debía ser igual, pero ahora que murió no pienso en ir a su funeral, él es el causante de todo mis deseos enfermos e incontrolables. Podría decir que soy un adicto al sexo a las mujeres y todo a lo que a lívido se refiere como mi padre. Existe una diferencia, yo nunca le pondría una mano encima a ninguna mujer, nunca sería un cobarde como él. Esta vida que vivo es un maldito infierno, del que nadie puede sacarme, estoy tan hundido sin ninguna razón, puedo fingir frente a las cámaras, frente a todos, pero conmigo mismo nunca. —¡Papá, reacciona! Me dice mi hija sacándome de mis pensamientos. —Hola, cariño, perdón, ¿por qué estás en mi oficina, Vanesa? —Solo quiero visitar la empresa, y sobre todo a ti, papá, ¿hice mal? —No, cariño, solamente no me gusta que andes sola por ahí. —Está era la empresa de mi abuelo, la conozco perfectamente, papá. —Está bien, Vanesa, mejor vamos a casa ya es muy tarde. Veo la hora en mi Rolex. —Está bien, papá, vamos. Mi hija mientras me toma del brazo. Bajamos por el elevador hasta llegar al estacionamiento de la empresa, subo al auto junto con mi hija, y arrancó el auto mientras mi hija me comienza a platicar de su día en la universidad. Mi hija Vanesa, una hermosa chica de 18 años que hace unos meses entro en la universidad, tienes ojos verdes grandes, herencia de mi madre, ella es mi mayor tesoro. Al llegar a casa el gran portón n***o se abre automáticamente, estacionó el auto. Vanesa baja corriendo al encuentro de su madre que está en la puerta esperándola con los brazos abiertos. Bajo del auto y me dirijo a la entrada de mi mansión, en donde mi esposa se encuentra junto a Vanesa, ella me recibe como todos los días con una hermosa sonrisa. —Hola, cariño, ¿cómo estuvo tu día? Diana me regala un beso casto en los labios. —Muy bien, cariño, como todos los días, con mucho trabajo. —Vamos adentro, la cena ya está lista, preparé tu cena favorita, Marcos. —Gracias, no tenías que molestarte, Diana. —No es ninguna molestia, solo quiero que comas bien y estés contento, cariño. Nos dirigimos al comedor. Después de cenar y escuchar como mi hija habla todo el tiempo de un chico que le gusta en la universidad, me siento tan distante, no quiero ni opinar, a la vista de todos somos la familia perfecta. Me dirijo directo a mi habitación, solo quiero dormir y olvidarme de todo, entro a mi habitación y veo la enorme cama con sábanas de seda egipcia, una cama en la que quisiera sentirme libre y cómodo, pero me siento igual que en mi oficina, estresado y sin salida. Me dirijo al baño, me doy una ducha con agua caliente, seco mi cuerpo y me pongo ropa cómoda, me voy directo a la cama, apagó todas las luces y me dejo caer con cansancio sobre mi cama. Me duele un poco la cabeza. Escucho que la puerta se abre, sé que es mi esposa, finjo dormir, no quiero tratar con ella. Siento como ella se acuesta a mi lado y acaricia mi espalda y después me abraza. —Sé que estás despierto, Marcos. Ella besa mi mejilla. —Tú me despertaste, Diana. —No mientas, Marcos, ¿por qué finges estar dormido? —No estaba fingiendo, me siento un poco estresado, es todo. —Entonces puedo hacer que te sientas mejor, Diana pega más su cuerpo al mío. Puedo sentir los firmes pechos de Diana con sus pezones muy duros, ella está excitada, solo trato de complacerla, es una buena mujer y excelente madre, solo quiero hacerla feliz, aunque nunca la he amado. Me volteó en dirección a Diana y me coloco sobre ella. Ella solo trae una bata para dormir, sin ropa interior. Ella desliza la bata por su cuerpo quedando totalmente desnuda, acaricio su seno derecho con mi mano, mientras paso mi lengua por el seno izquierdo, hago círculos con mi lengua sobre su pezón, dejo libres uno de sus senos, mientras bajo con mi mano hasta llegar a su v****a, que ya está más que húmeda, masajeo su clítoris con mi mano con movimientos circulares, bajo un poco más para introducir un dedo en su v****a, Diana arquea su espalda por el placer que le estoy dando, luego introduzco otro dedo. Bajo por su cuerpo, pero ahora recorriendo con mi lengua hasta llegar a su entrada, quiero hacerle un oral, quiero probar el sabor de la v****a de mi esposa. —¡No, por favor! —Grita Diana, mientras se levanta y cubre su cuerpo. —¡¿Qué es lo que pasa, Diana?! —Ya lo hemos hablado, Marcos, hacer eso es impuro, no quiero nada de sexo oral. Con la boca se come y es sucio hacerlo de esa forma, no podemos. Los padres de Diana son muy religiosos, y ella fue criada así, por eso nunca he podido tener un buen polvo con ella, el sexo con ella siempre es lo mismo, no pasa de la misma posición, para ella todo es pecado y está mal. —Está bien, Diana. Bajo un poco mi bóxer junto a mi pantalón de pijama. Con Diana no puedo hacer nada, por eso voy directo solo a follarla para que ella piense que le estoy cumpliendo en todos los sentidos. Entro en ella de una vez, Diana no emite ningún sonido, ella dice que solo las prostitutas gimen durante el sexo, como me gustaría escucharla pedirme más. —Por favor, Marcos, tu pene es muy grande, no entres más en mí —me reclama muy molesta. Siempre lo mismo.

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