Capítulo 32. Sospechas mutuas…
Camila permaneció en silencio, mirándola con una mezcla de desconfianza y curiosidad. Finalmente, suspiró y retrocedió un paso.
-- Muy bien, Alicia. Pero no creas que me iré. Si no vas a devolverme el dinero, entonces buscaré otra forma de resolver esto. Y te advierto, no será nada agradable para ti –
-- ¿Qué quieres decir? –
-- Me quedare con ustedes – Alicia sintió un escalofrío recorrer su cuerpo,
-- ¿Qué dijiste? – le preguntó Alicia, esperando haber oído mal. Camila se cruzó de brazos, sin apartar la mirada de ella.
-- Escuchaste perfectamente. Me quedaré aquí, con ustedes – volvió a repetir mirando ahora la casita donde vivía Alicia con su abuela.
-- No confío en ti, Alicia, y quiero saber por qué un hombre como Piero Ferrer estaría dispuesto a
