Trato Ventajoso
Connor cerró la puerta tras él e indicó un sofá para que la joven se sentara.
Amélie tomó la bata y la dobló con cuidado antes de sentarse y apoyarla a su lado en tanto Connor se sentaba en un sillón cercano a ella. La habitación no estaba en uso por lo que no había chimenea encendida o iluminación. Sólo el sol que entraba a través del ventanal con las cortinas abiertas.
- Dijiste que podías ayudarme... - soltó sin delicadeza - ¿Qué quieres decir?
El joven miró la joya en su mano y suspiró ¿Qué significado tenía como para hacer reaccionar al marqués de esa manera?
- Esa joya le pertenece a mi familia... A mi hermano ahora... - le dijo con calma cuando vio que Connor la sostenía con curiosidad - Todas las demás fueron robadas durante los disturbios.
- ¿Eres una noble? - preguntó, regresándola.
- Si...
- Tu nombre...
- Amélie Josephine Victorie...
- Tu familia
- Asesinados en la guillotina, mi hermano muerto en prisión.
- ¿Por qué me ayudaste? El mostrar esa joya debió ser difícil. Sabías que el marques de Baux te iba a reconocer.
- Pensé en un trato ventajoso para ambos...- vio como el joven alzaba las cejas sorprendido - El marqués no es un noble que juegue limpio, el que te hayan drogado debe haber sido su idea. Su hija no es tan inteligente como para pensar en eso por si misma.
Connor se rio ante su mueca de desagrado.
- Por lo que recuerdo, tiene contactos con mucha gente de los barrios bajos y sicarios. Una afrenta que afecte sus negocios solo te podrá en peligro.
- Soy el príncipe de Inglaterra... No se atrevería a tocarme
- Pffft - Amélie se rio - No sabes lo fácil que es morir en Francia ahora, que ingenuo. Una orden y desaparecerás, más con tu reputación. Un noble muerto en una discusión de borrachos en una calle oscura es normal.
- ¿Disculpa?
- Cuando te jactaste de tus amantes, te investigué. Vienes a Francia como parte de un castigo. Tú última amante se jactó de serlo en la corte...
- ¿Cómo sabes eso? - preguntó el joven impresionado.
- El secretario no debe beber alcohol... - le dijo con una risita.
- ¿Debo preocuparme por la seguridad de las materias en la embajada? - preguntó con una mueca.
- No, sólo lo hace para su cumpleaños y debe estar con sirvientes de confianza custodiando la puerta.
El joven la miró con curiosidad inclinándose hacia adelante.
- ¿Qué trato propones?
- Necesito que nos saques de Francia. A mi y a Zoe. Ahora que han visto la joya no puedo quedarme aquí. Una vez que lleguemos a Dover podremos separarnos y seguir cada uno su camino.
- ¿No era algo que te había pedido cuando supe que estabas embarazada? ¿Por qué ahora?
- Porque prometí proteger a Zoe. Ella es la única familia que queda. Mientras ella esté a salvo haré lo que sea necesario. Además, no me quedaré contigo, con tu ayuda para llegar a Inglaterra estaremos a mano.
- ¿Olvidas que llevas a mi hijo? - le recordó el joven.
- ¿Olvidas que no estoy embarazada? - recordó ella a su vez.
- ¿Tu sangrado llegó? - preguntó y cuando la vio desviar la mirada, sonrió - Mientras tu sangrado no llegue no te dejaré marchar... Es obvio que llevas a mi hijo.
- ¿Cómo que obvio? ¿Hay algún otro síntoma que lo pruebe? Que estupidez...
- Mientras no me pruebes lo contrario no te separarás de mi. - le dijo con convicción - Ya has mostrado que eres noble por lo que viajarás conmigo como mi esposa.
- ¿Perdón?
- ¿No acabas de decirle a un aristócrata francés que eres mi esposa? ¿Esperas que la información no se difunda? Tendrás que llegar conmigo hasta Londres.
El príncipe la vio palidecer, no había pensado en eso. Solo quería ayudarle para alejar al marqués de él. No lo pensó bien.
- No quiero casarme. - avisó con rapidez - Puedo fingir serlo, como ahora. Cuando nos separemos, podrás casarte sin dificultad.
- Independiente de que no nos casemos, fingirás ser mi esposa frente a mi padre y la corte. Si nos separamos, tendrás los beneficios como familia real ¿Qué más da firmar un papel? Nos casaremos en el barco a Dover.
- ¿? No quiero.
- Padre exigirá esa prueba... Lo sabes...
Amélie suspiró, derrotada.
- Me quedaré en Londres hasta que tu padre deje de molestarte por esa amante. Si debo verlo, lo convenceré de que soy una excelente esposa, mejor que todas esas inglesas. Haré que tu reputación cambie y todos te admiren. Serás el príncipe que tu padre espera.
- Pffft - Fue el joven se rio esta vez - ¿Tú vas a cambiar la opinión de toda la corte? ¿No crees que estás siendo muy ambiciosa?
- Es un trato ventajoso para ambos. Haré que tu padre lo crea y no dude que me elegiste por sobre todas tus amantes, que soy una compañera que sacará lo mejor de ti. Sólo finge que te importo frente a los nobles o en publico y yo haré el resto. Sólo te pido que protejas a Zoe pase lo que pase.
- ¿No te importa tu propia seguridad? - preguntó, sorprendido.
- Mientras Zoe esté a salvo, nada más importa. - dijo decidida - Todos vamos a morir en algún momento.
- Ethan tiene razón... - murmuró - Hablas como un soldado.
Amélie no contestó.