Visita Inesperada
El príncipe estaba en la biblioteca revisando unos documentos cuando un sirviente llamó para alertarlo.
- Señoría, el Marqués de Baux y su hija han venido a visitarlo.
- ¿Informaron el motivo? - preguntó mirando a Ethan quien estaba a su lado - No tengo cita agendada con ellos.
- No, milord. Sólo dijeron que no se irán hasta verlo... ¿Llamo al embajador?
- No, yo me ocuparé... - le dijo levantándose con una mueca - Llévalos al salón.
- Sí, Señoría...- dijo el sirviente alejándose.
- ¿Vas a hablar con ellos? Su hija te puso una trampa. - le dijo Ethan siguiéndolo.
- Voy a terminar con eso... - le dijo, decidido.
Cuando los jóvenes llegaron al vestíbulo, Noel estaba a punto de abrir la puerta para llevar el té y algunos bocadillos y, al verlo, se inclinó para saludar.
- Señoría...
- Entraré primero... Espera unos minutos. - le dijo al joven - Ethan, conmigo.
El príncipe entró al salón seguido de escolta para hablar con el noble.
Una Muestra
Una hora después, el marqués salió furioso del lugar acompañado de su hija la que lloriqueaba caminando tras él.
Connor se quedó de pie en el vestíbulo e hizo una seña para salieran del lugar.
- No cambiaré de opinión, marqués. - le dijo serio - Podría hacerla arrestar por drogar a un m*****o de la familia real. El comportamiento de su hija es inaceptable y no lo dejaré pasar.
- ¿Está enojado porque castigué a la mujer? Era una simple sirvienta. - alegó la joven con un mohín.
- No discutiré su identidad, señorita. Por favor retírese. - dijo Connor frustrado haciendo una seña a Ethan para que los sacara de la embajada.
- Me parece del todo irrazonable tomar una decisión que afecta los lazos comerciales entre Francia e Inglaterra. - argumentó el marqués hiperventilando.
- Las alianzas entre países no han sido afectadas. - aclaró Connor cada vez más molesto - Agradézcale a su hija y su comportamiento grosero las consecuencias hacia el marquesado.
La joven apretó los labios y tembló ante su tono. Luego miró a su padre quien se movió inquieto.
- No fui grosera con usted... solo con esa sirvienta que se atrevió a interrumpir nuestra cita. - se defendió.
- Me drogó y la mujer a la que golpeó... - comenzó a decir Connor cuando la voz de una mujer se escuchó llamarlo por su nombre.
- ¿Connor? - le dijo y el joven se giró, sorprendido abriendo la boca incrédulo al igual que Ethan.
Amélie vestía una gran bata masculina que se arrastraba en el suelo con el cabello suelto amarrado a una cinta y estaba de pie en el descanso de la escalera. La bata tenía claramente al león inglés en el bolsillo y su monograma. Era del príncipe.
- ¿Qué...? - balbuceó totalmente descolocado.
- ¡Esa mujerzuela! - gritó la joven acercándose a ella peligrosamente, pero Ethan la detuvo antes de que pudiera subir.
- Lamento haber bajado, me asusté porque te demoraste...
- Tenía un invitado. - le dijo sudando frío
¿Qué estaba tramando esa mujer?, pensó.
Amélie bajó hasta la mitad de las escaleras con formas perfectas e hizo una reverencia al marqués.
- Me alegro de verlo sano y salvo, marqués de Baux. - le dijo la joven - Lo vi por última vez en el Teatro de la Reina, lástima que madame Agathe no lo acompañase. Tuvo que ir con la marquesa en su lugar.
- ¡¿Cómo conoce a madame Agathe?! - casi escupió rojo de vergüenza.
Era el nombre de su amante con la que aún mantenía una relación, aunque no tan descarada como antes.
- Creo que su alteza, no debería haberse enterado... Mis disculpas... No tengo secretos para mi esposo...
- ¡¿Esposo?! - exclamó la joven más abajo y Connor tuvo que cerrar la boca ante la impresión - ¡Estás mintiendo!
- No me atrevería a mentir con algo tan serio, señorita. - le dijo bajando la mirada - El día en que fui a buscar a mi esposo, usted me golpeó.
- Hablaste como una sirvienta...
La joven se rio.
- A mi esposo y a mi nos gusta disfrazarnos. Podemos salir sin llamar la atención ¿No es así, Sir Ethan? - la mirada del joven pasó de la mujer a Connor y suspiró. Lo estaba protegiendo de nuevo.
- Sí, alteza. - dijo inclinando la cabeza y Connor abrió los ojos como platos.
- Si estaba casado ¿Por qué pidió salir con mi hija? - preguntó el hombre indignado.
- Porque el rey pidió que lo hiciera. - intervino la joven - Su Majestad aún no me conoce... Mantuvimos la relación en secreto. Mi familia no tuvo la suerte de salir de Francia como la suya, marqués... Connor vino a buscarme ahora que todo se ha calmado. Al ser mayor de edad, pudimos casarnos como deseábamos.
- ¿Como puedes confirmarlo? Estas mintiendo. Eres un charlatán... - exclamó el marqués - El nombre de mi amante no es secreto.
- ¿Esto es suficiente? - le dijo entregándole una joya a Ethan quien la recibió y se la mostró al marqués quien abrió la boca y se arrodilló.
- ¡Madame! - exclamó y le hizo una reverencia sorprendiendo a los presentes.
- Retírate... No vuelvas a molestar a mi esposo. Respetaré su decisión.
- Sí, madame. Lo siento...
El hombre se levantó y tomó a su hija por el brazo para luego salir corriendo de la embajada ignorando sus quejas. Cuando se fueron Amélie soltó la bata que cubría su uniforme de sirvienta.
- ¿Quien eres? - preguntó Connor tomando la joya. Un rubí tallado con la forma de un dragón.
- Alguien que puede ayudarte... - le dijo pálida por lo que Ethan subió en algunas zancadas para sujetarle - Estoy bien... - murmuró agradecida por el gesto.
- Te escucharé. - le dijo subiendo para tomarla en brazos antes de llevarla a una habitación del segundo piso.
Ethan permaneció en la puerta mientras la pareja hablaba.