Capítulo cincuenta:El corsé

1672 Words

La mañana amaneció con un silencio distinto. No era el de la calma, ni el del descanso. Era el de la vigilancia. La ausencia de sonidos tenía ahora una textura cortante, una pausa perpetua que lo cubría todo. Cuando Bernadette abrió los ojos ya sabía que algo se le había arrebatado. Las criadas no dijeron nada, pero tampoco hacía falta. En cuanto se levantó, vio que la tinta había desaparecido. Las plumas, los papeles, incluso los pergaminos antiguos que usaba para practicar caligrafía. No quedaba nada. Ni una hoja suelta. Ni un carbón con qué trazar una letra sobre la pared. Todo se había esfumado con una sola orden de Silas. La humillación no fue inmediata, sino progresiva, como una fiebre. Sintió un escozor en la piel al peinarse, una rigidez en la espalda cuando la ayudaron a vesti

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD