Capítulo ochenta y uno: Besar sus labios. Romper una regla.

3111 Words

Lo reconoció incluso antes de girarse. No por su paso, ni por el modo en que se aproximó, sino por esa voz. Esa voz baja, precisa, suavemente irónica… tan inconfundible como los días grises de Évreux. Bernadette no necesitó verlo para saber que era él. Lucien D’Artois. El corazón se le apretó con una fuerza que ni la música ni las risas pudieron mitigar. Desde hacía meses, cada semana, ella le había enviado discretamente una cesta de frutas junto a una nota y ninguna de esas veces recibió respuesta alguna. No la esperaba. Le bastaba con saber que él estaba bien. Pero eso tampoco lo sabía. Y ahora estaba allí. En París. Sonriendo. Hablándole. Sin reconocerla. Bernadette mantuvo la máscara con firmeza. No solo cubría su rostro, sino todo lo que su cuerpo luchaba por contener. La

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD