Capitulo 2

1667 Words
Mi padrastro salió y me miró, con una expresión de culpa en su rostro mientras pasaba la mirada por mi cuerpo en bikini, —Um... Erika, justo ahora... bueno, yo... Incluso ahora, no podía evitar mirarme las tetas, lo que me hizo sonreír. Sabía que tenía a mi padrastro en la mira. Fingí no tener ni idea de su vergüenza mientras se disculpaba. —¡Dios mío! Erika... ¿no se lo dirás a nadie? No se lo dirás a tu mamá, ¿verdad? Lo... lo... lo siento mucho. Me reí y negué con la cabeza. —¿Decirle a alguien qué, papi? ¿Que te estabas masturbando mientras yo tomaba el sol? La cara de mi padrastro se puso roja como un tomate mientras lo molestaba, sonreí y me acerqué, extendiendo la mano y tocando suavemente el pecho de mi padrastro mientras lo miraba a los ojos, —No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo... No me importa si te masturbas mientras tomo el sol... de hecho...—. Susurré suavemente mientras trazaba mi dedo índice por el pecho de mi padrastro, arrastrándolo sobre su estómago antes de volver a subirlo, mis ojos nunca dejaron los suyos mientras terminaba mi oración con un suave susurro, —no es la primera vez, ¿verdad? Mi padrastro se quedó boquiabierto mientras me miraba sin palabras, incapaz de creer que supiera que me había estado espiando todo este tiempo. Sonreí mientras mis manos descendían, mis uñas cosquilleando su vientre mientras me acercaba, presionando mis pechos 34DD contra su cuerpo. —Bueno, papá, no me importa, es un halago saber que mi propio padrastro se está masturbando mientras tomo el sol. Mi padrastro tragó saliva nerviosamente mientras mis dedos bajaban más abajo, rozando la parte delantera de sus pantalones cortos, —Uh Erika, cariño... yo- Mi padrastro tartamudeó cuando lo interrumpí y retrocedí un paso, permitiéndole ver bien mi cuerpo apenas cubierto mientras le sonreía y ronroneaba inocentemente: —No podría broncearme bien sin marcas de bronceado si no me hubieras construido esa cerca de privacidad. Así que es lo menos que puedo hacer para recompensar a mi papi por construirla, ¿no? Mi padrastro asintió sin decir palabra mientras le guiñaba un ojo y me daba la vuelta, contoneándome al salir lentamente de la habitación. —Bueno, voy a salir y acostarme un poco más. Eh... ya no tienes que esconderte. Con gusto le daré a mi papá una mejor vista si quiere—, añadí al detenerme en la puerta y mirar por encima del hombro con timidez, asegurándome de que me viera lamerme. Mi coño estaba empapado mientras bajaba las escaleras y salía, recogiendo mi bebida al llegar a mi cerca. Cerré la cortina que daba a la casa y me recosté sobre mi toalla. Volví a mirar hacia la ventana y vi que mi padre no me miraba desde allí; me sentí decepcionada. "¡Lo asusté!" pensé. Entonces oí —Erika— desde el otro lado de la cortina; era mi padrastro. Sonreí para mí misma mientras me sentaba y respondí: —¿Sí, papá? Mi papá respondió tímidamente: —¿Puedo unirme a ti dentro de la cerca, Erika? Mi coño tembló de emoción mientras fingía pensarlo por un segundo antes de responder felizmente: —Claro papi, ¡entra! ¡Mi padre llegó a mi zona con un taburete en la mano y una enorme erección en sus pantalones cortos! Sabía exactamente lo que mi padrastro quería hacer. Colocó la silla junto a mi toalla y miré a mi padrastro. ¡Su pen3 se marcaba visiblemente bajo sus pantalones cortos! Me sonrojé un poco mientras lo miraba con coquetería y le preguntaba seductoramente: —Papá, ¿quieres broncearte conmigo o hacer otra cosa? Mi papá tragó saliva nerviosamente mientras respondía: —Yo... vine a verte broncearte un poco más. —Quería que me dijera exactamente qué quería hacer. —Eh... dijiste... que... eh... no tenía por qué esconderme. Así que me pregunté... si te importaría... si lo hiciera... bueno, sí a lo que pediste —murmuró con torpeza, sonrojándose al mirarme. Me mostré sorprendido mientras fingía inocencia y pregunté: —¿Te refieres a masturbarte mientras yo tomo sol, papi? Mi padrastro se puso aún más rojo de lo que ya estaba al asentir, y yo me reí, asintiendo con la cabeza. —Bueno, si la mejor vista te da más placer, papi. Supongo que me parece bien. De hecho, sería bastante emocionante ver a un tipo masturbándose delante de mí. Mi padrastro corrió la cortina del todo. —No queremos que los vecinos nos vean... ¿Estás segura de que no te importa, Erika? —Oh, no, claro que no.— Me quedé allí tumbada, mirando a mi padrastro a través de mis gafas de sol oscuras; él no podía ver que le estaba mirando directamente a la poll@. Se quedó allí parado un minuto más o menos. Se notaba que estaba nervioso, sin saber qué hacer. —Bueno, ¿no vas a sacarlo y empezar a golpearlo, o te da mucha vergüenza? —No... Bueno, sí... más o menos. —Sé lo que te ayudaría. Apuesto a que te sentirías mejor si me quitara la blusa—, bromeé mientras me llevaba la mano a la nuca y desataba las cuerdas que la sujetaban. Las separé lentamente y dejé que mis pechos se soltaran mientras mi padrastro me observaba con la boca abierta de asombro al ver mis grandes y jugosas tetas rebotar. La tiré a un lado y me recosté, dándole a mi padrastro una vista fantástica de mis pechos. A mi papá se le salieron los ojos de las órbitas al ver mis pechos al descubierto; ¡la vista pareció excitarlo mientras su pen3 se endurecía bajo sus pantalones cortos! Tengo areolas grandes y oscuras y pezones grandes que tienden a endurecerse mucho cuando estoy excitada, ¡y ahora mismo estaban duros como piedras! El sol calentaba mis pechos desnudos mientras estiraba mi cuerpo perezosamente. Mi papá se quedó ahí parado una eternidad, mirándolos, completamente hipnotizado por mis enormes pechos. Le sonreí mientras miraba a través de mis gafas de sol el enorme bulto en sus pantalones cortos. —Supongo, papá, que te gusta lo que ves. Mi papá asintió tontamente mientras miraba mis pechos. —Um... sí, Erika. No me había dado cuenta de lo bonitos que son de cerca. ¡Son perfectos! Me reí y me sonrojé un poco cuando me hizo un cumplido. Acariciándome como una gata, arqueé la espalda y levanté el pecho mientras le decía: —Tienen una copa 34DD jugosa y bonita. Por si quieres saberlo. Ahora, ¿te vas a quitar los pantalones cortos y sacar la polla o qué? Sé que esto sorprendió a mi padrastro, al oír a su hija decirle que se sacara la polla. Mi padre miró a su alrededor con nerviosismo mientras se desabrochaba los pantalones cortos y bajaba la cremallera. Luego se detuvo un segundo, respiró hondo mientras metía los pulgares dentro de ellos y los bajaba hasta los tobillos, dejándolos caer al suelo. El enorme trozo de carne erecta que salió me sobresaltó. ¡Era enorme! ¡Nunca había visto una poll@ tan larga y gruesa! Me quedé boquiabierto al mirarla. _¡Dios mío! ¡Papá, qué grande es esa cosa! ¡Parece ENORME! —susurré mientras me incorporaba y la miraba boquiabierta. De repente, la tensión s****l entre nosotros cambió, pues era yo la que estaba nerviosa mientras me mordía el labio mirándola. Mi padrastro pareció notar el cambio y respondió con una sonrisa maliciosa: —Bueno, Erika, mide nueve pulgadas y es casi tan grueso como la lata de una Red Bull. —¿¡N-nueve pulgadas!?—, repetí mientras lo miraba fijamente. Ni siquiera podía imaginar cuánto semen debía salir a borbotones de la enorme poll@ de mi padrastro. Deseé que la cantidad de semen fuera proporcional a su tamaño. Tampoco me importaba que fuera mi padrastro; era la polla más enorme que había visto en mi vida, y solo quería ver qué pasaría cuando llegara al clímax. Mi padrastro se sentó en el taburete con las piernas abiertas, ofreciéndome una vista magnífica de su pen3. Colocó el asiento justo a los pies del sillón, así que estaba a solo unos metros de distancia. Pude verlo todo con claridad mientras agarraba su m*****o carnoso y comenzaba a acariciarlo; podía ver el líquido preseminal brillando a la luz del sol. Me sorprendí lamiéndome los labios mientras pensaba en el sabor que debía tener mi padrastro. Debí de tener la mirada llena de lujuria cuando mi padrastro se rió entre dientes y me hizo la misma pregunta que yo le había hecho arriba: —¿Te gusta lo que ves, Erika? Me sonrojé, pero asentí, mirando fijamente su polla mientras murmuraba: —¡Es increíble, papi! No puedo creer lo grande que es tu polla. ¡Nunca había visto una tan grande!—. Mi coño se humedecía mientras veía a mi padre acariciarse la polla y observar mis tetas con avidez. ¡Era excitante estar en topless y dejar que mi padrastro me follara con la mirada mientras acariciaba su enorme m*****o delante de mí! Mi padrastro subía y bajaba el puño por su enorme polla cada vez más rápido mientras sus ojos se clavaban en mi cuerpo. Recorrió mis pechos con la mirada y luego bajó hasta mi entrepierna apenas cubierta. ¡Se notaba que le encantaba que tomara el sol con solo mi diminuto bikini de tanga! Sabía que estaba desvistiéndome los pantalones mentalmente. Sabía que el bikini de tanga apenas me cubría el coño, así que abrí las piernas lo justo para que mi padre lo viera. Sabía que lo había visto cuando su polla se aceleró. —¡Maldita sea, Erika! ¡Qué ricas se ven esas tetas! ¡Tienes un cuerpo increíble! —gimió mi padre mientras se pasaba la mano rápidamente por la polla.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD