Capitulo 3

1300 Words
—¡Papá, qué travieso es verte acariciarte la polla delante de mí mientras me miras así!— Gemí mientras, inconscientemente, me ahuecaba los pechos y los apretaba suavemente, con la mirada fija en su m*****o carnoso mientras lo sacudía. —Erika... joder, sí, puedo ver tus pezones duros. ¡Tus tetas son increíbles! —gruñó con voz ronca, cargada de deseo mientras la sacudía más rápido. No sabía si se daba cuenta de que mi coño se estaba poniendo increíblemente húmedo bajo mi tanga, solo con verlo pajearse. —Ay, papi, mira qué erectos tengo los pezones—, gemí mientras los hacía rodar entre mis dedos. Mi padre solo gruñó mientras acariciaba su polla más rápido mientras miraba mis tetas, —¡Joder, qué caliente es Erika! ¡Juega con ellas para mí, nena!— gruñó mientras se masturbaba febrilmente, su voz ronca por la necesidad mientras aumentaba su ritmo. Mi coño se estremeció al oírlo llamarme "nena"; me hizo sentir sexy, sabiendo que estaba excitando tanto a mi padrastro. Me lamí los labios y sonreí, obedeciendo. Me pellizqué los pezones con los dedos, imaginando que eran los dedos de mi padre apretándolos. Retorcí los pezones ligeramente, arqueé la espalda y lo miré directamente a los ojos: —Mmm, papi, ¿en qué piensas cuando miras mis pechos? Mi padre gimió mientras me respondía: —Cariño... oh, joder. ¡Todo tipo de pensamientos sucios, lujuriosos, Erika! ¡Joder, si no fueras mi hijastra! Dejé que mi padre le acariciara la polla un poco más antes de decidir darle una muestra de sus fantasías. —¿Cómo qué? ¿Piensas tocarme las tetas?— En ese momento, las acaricié aún más. —¿Piensas lamerme los pezones?— Me llevé mis grandes pezones erectos a la boca y los recorrí con la lengua. Esto provocó una oleada de placer por todo mi cuerpo. —¿Estás pensando en chuparme las tetas?— Me acerqué más y comencé a chuparme las mías. Chupé cada teta alternativamente, haciendo ruidos fuertes para tentar a mi padre. Mi coño se humedeció muchísimo, ¡y casi pensé que había tenido un orgasmo sin siquiera tocarme! Mi padre se masturbaba la polla a la velocidad del rayo; su largo y grueso m*****o brillaba con líquido preseminal. Abrí los ojos de par en par al ver cómo los chorros de líquido preseminal se escapaban de su hinchada punta, goteando por sus dedos y cubriendo su enorme m*****o. Gemí mientras retiraba mi pezón cubierto de saliva de mi boca con un ruido sordo y susurré: —Papá... dime qué más quieres hacerme... Mi padre jadeó mientras gruñía: —Quiero arrancarte ese jodido bikini y enterrar mi cara entre esas hermosas tetas. ¡Ay, Erika! Si supieras cuánto tiempo he soñado con saborear esas maravillosas tetas. Sus palabras sucias y traviesas finalmente me llevaron al límite mientras me sonrojaba de deseo. Yo me levanté y comencé a acercarme a mi padre, quien dejó de acariciarse la polla por un segundo, temeroso de haber hablado demasiado. Me quedé cerca de mi padre, a solo unos centímetros de él. —Puedes hacerle todo eso a mis tetas si quieres, papi. Mi padre me miró fijamente, sin saber si hablaba en serio o si solo lo estaba provocando. No dije nada mientras extendía la mano detrás de su cabeza y la llevaba directo a mis pezones. Mi padre abrió la boca y su lengua húmeda rozó mis pezones erectos y sensibles. Gemí mientras el placer me recorría el cuerpo al acercar la cabeza de mi padre a mis pechos. Mi padre envolvió mis labios alrededor de mi pezón rígido, y me estremecí al cerrar los ojos y sentir que empezaba a lamerlo con avidez. —¡Mmm, papi, qué rico se siente! Mmm... ¡sí, así!— Respiré con voz ronca mientras abrazaba a mi padre contra mis pechos, sintiendo su cálido aliento en mi piel mientras sorbía ruidosamente mi suave piel. Mi papá alternaba entre mis pechos, lamiendo mis pezones con avidez mientras me miraba con lujuria. Sus manos estaban sobre mis enormes tetas, acariciándolas mientras su lengua recorría cada pezón y luego empezó a chuparmelas como un loco. ¡Casi me corro en la tanga! Mi padre se volvió loco, acariciándome las tetas, lamiéndolas y chupándolas salvajemente mientras sentía su saliva correr por mis pechos y mi cuerpo. Mientras tanto, su enorme polla estaba ahora presionada contra mi estómago. Podía sentirla palpitar contra mí. Estaba tan caliente, y su presemen estaba tan pegajoso. Me estaba volviendo loca y sabía que no podía resistir más. Me agaché y agarré la polla de mi padrastro. Nunca había tenido una tan gorda y grande en mis manos. Mi padrastro se estremeció y gimió mientras yo recorría lentamente con las manos su m*****o caliente, palpitante y pegajoso, cubierto de líquido preseminal. —¡Joder, Erika... nena, qué rico!—, gimió mi padre mientras subía lentamente las manos por su m*****o hasta su enorme punta. La froté con ambas manos mientras sentía que salía más y más líquido preseminal. Luego, acaricié lentamente su pene contra mi cuerpo, llenándome a propósito de todo el líquido preseminal posible. Lo miré a los ojos mientras ronroneaba lujuriosamente: —Mmm, papi... pobrecito... ¡mira todo ese pre-semen saliendo de tu polla! Mi padre gimió ante mis palabras y siguió lamiendo y chupando mis pechos cada vez con más fuerza. Quise masturbarlo en ese mismo instante, pero tenía otros pensamientos sucios. Apenas podía separarme de mi padre; ninguno de los dos quería separarse. Miré a mi padre; sus ojos rebosaban de lujuria por su hijastra. —Papá, cuando te estabas masturbando, ¿pensabas en poner tu enorme polla entre mis tetas y follármelas? —pregunté con voz ronca, mordiéndome el labio inferior mientras le lanzaba a mi padre una mirada lasciva. Los ojos de mi padre se iluminaron mientras sonreía tímidamente, asintiendo con la cabeza y respondiendo con entusiasmo: —S-sí Erika... Pensé en lo increíbles que se verían con mi polla deslizándose entre ellas. No tuvo que decir nada más mientras lo apartaba suavemente de mis pechos. —Bueno, papi, ¿por qué no me muestras cómo lo imaginaste?—. Retrocedí un paso, me recosté en mi sillón y me apreté los pechos. Sus ojos se llenaron de deseo al saltar del taburete con la polla en la mano. Ahora goteaba sin parar de líquido preseminal cuando pasó sobre mí y se sentó a horcajadas sobre mi vientre, colocándose entre mis pechos. Los sujeté con firmeza, formando un estrecho valle para que la polla de mi padre se deslizara entre ellos. Mi padre no perdió el tiempo; deslizó su enorme polla entre mis firmes melones, gimiendo con fuerza al sentir mi piel resbaladiza envolver su v***a. Casi me corro al sentir el calor que irradiaba su enorme v***a mientras empezaba a follarme las tetas, gruñendo como un animal salvaje. —Erika... ¡Oh, sí, Erika! ¡Cariño, estas tetas se sienten increíbles alrededor de mi polla! —gimió mientras me las follaba, mirándolas mientras se movían y se balanceaban con cada embestida. —¿Se siente tan bien como pensabas, papi?—, le dije, levantando ligeramente mis pechos, apretando con fuerza la polla de mi padre entre ellos mientras los movía. Un gemido gutural fue mi recompensa cuando me los folló con entusiasmo, deslizándose con facilidad entre ellos mientras los penetraba. Su polla era tan grande con cada embestida que la llevaba directamente a la boca. Si quisiera, ¡podría chuparla mientras me follaba las tetas! Mis tetas se estaban poniendo increíblemente pegajosas por todo su líquido preseminal; lo notaba por la forma en que mi padre me miraba la boca cuando su polla se hinchó. La quería en mi boca, pero tendría que esperar.
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