No había considerado la boda, una boda no estaba en mis planes, no tan pronto al menos, pero ahora es algo real y asusta.
Pasan por un elegante y fino restaurante, algo alejado de la ciudad, un restaurante muy exclusivo. Tan pronto como bajan del auto, los reciben meseros con saludo formal.
─La universidad... ─se gira a él.
─Puede esperar, tu estómago no, déjame cuidarte. ─suspira mientras entran.
El lugar es hermoso, elegante, minimalista.
─Señorita Miller sea usted bienvenida. ─con un ademán y una reverencia camina junto a ella el mesero, pero no se acerca lo suficiente para ser incomodo.
Alejandro revisa un par de veces su teléfono, ella lo nota pero no dice nada, supone se trata de negocios, así que calla y camina con una sonrisa.
Él abre la silla de ella, y ella se sienta algo tímida, no se siente cómoda, pero calla.
Él revisa un par de veces más su teléfono y luego lo deja sobre la mesa con la pantalla a la vista.
El mesero no tarda en traer la comida, y la coloca únicamente frente a ella, lo que le llama la atención y solo entonces habla.
─¿Tu no vas a comer? ─pregunta con su voz algo baja, pero él puede escucharla a la perfección.
─Lo siento. ─deja su teléfono sobre la mesa. ─no, tengo una comida de negocios, y no puedo...
─Claro. ─suspira.
─Cenaremos juntos, lo prometo. ─dice tocando su mano.
─No quiero que cenemos juntos. ─reniega. ─quiero hacerte el amor. ─dice y él sonríe.
El mesero que está cerca mira a todos lados, sin saber a dónde mirar.
─Sé mi esposa y podrás hacer lo que quieras conmigo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año. ─toma una cucharada y la mete en su boca.
─Puedo quedarme a comer aquí, pediré un taxi, puedes ir a tu reunión tranquilo. ─le quita la cuchara.
─Lo sé. Dicho por tu padre y abuelo. Sé que aprendiste a caminar desde los 12 meses, a comer desde los 18 e ir al baño...
─Has hablado demasiado con mi padre y esa promesa...
─Te amo, y quiero que te alimentes, así que hazlo o yo lo haré si lo deseas. ─trata de tomar la cuchara, pero Evelyn se la gana.
─Bien. ─dice y come tanto como puede hasta quedar satisfecha.
Ha visto todo el tiempo como él ve su teléfono una y otra vez.
─Me reuniré con un arquitecto, al parecer es una eminencia, es bueno en lo que hace, así que él puede esperar por mi, y yo esperaré por mi hermosa prometida. ─dice al darse cuenta que Evelyn lo ha estado mirando todo el tiempo.
─¿Y él te escribe todo el tiempo? ─pregunta dejando por fin la cuchara a un lado.
─De hecho... ─voltea el teléfono para que lo vea Evelyn. ─es Jack.
Evelyn ve la pantalla y es Jack hablando de lo entusiasmado que está de ser el padrino de bodas, y su hermano le envió opciones de lugares para la boda.
─¿Quienes serán tus damas de honor? ─pregunta la ver su pantalla.
─No lo habia pensado, pero tengo muchas primas y...
La conversación es algo larga después de la comida, por fin pueden sentirse cómodos hablando uno con el otro.
Tran pronto salen del restaurante van a la universidad, ya que Evelyn va a ponerse al día para poder regresar a estudiar.
─Gracias por estar para mi. ─suspira aferrada a su pecho.
─Lo estaré siempre, no importa lo que suceda, eso no cambiará. ─besa su frente antes de bajar del auto. ─¿Estarás bien?
Asiente ella con una sonrisa.
─¿Estarás bien sin mi? ─pregunta ella acariciando su cabello.
─Estar sin ti no es fácil, lo admito. Pero haré mi mejor intento. ─sonrie acordando su traje
─bien... ─sonrie y baja del auto en cuanto Alejandro abre la puerta.
─Pasaré por ti después de la reunión, más o menos dos horas. ─ve a Christian en la entrada, que saluda con su mano.
─Está bien. ─sonríe, se levanta en puntillas y se acerca a besar sus labios por sorpresa.
─La prensa te comerá viva si se enteran. ─advierte con gracia.
─¿realmente te sigue la prensa? ─pregunta con curiosidad mirando a los lados.
─Dentro de la universidad no hay prensa, y no es como que hayamos salido alguna vez tú y yo a plena luz del dia...
─Entonces...
─La prensa acosa a famoso. Por el contrario tienen citas y entrevistas con personas adineradas o de negocios.
─Y tú... eres un hombre de negocios, y muy importante, pero no famoso. ─pregunta a su vez que lo afirma, y él solo asiente.
─Y tu... ─retira con sutileza un mechón de su cabello. Se acerca a ella, después de hacer un barrido visual por todo el lugar. ─Serás mi esposa.
Solo escuchar su voz la hace estremecer, sonríe sonrojada bajando la mirada al sus pies.
─Dijiste que...
─Dije que no te tocaría, jamás dije nada de coquetear o seducir a mi prometida.
─Vete ya... ─lo empuja con gracia.
─Bien, nos vemos despues mi hermosa luciérnaga. ─acaricia su mejilla con sutileza y sube a su auto.
Ella lo ve subirse y no puede evitar ver su sexi y pronunciado trasero, y sonríe sintiendo un leve cosquilleo en su intimidad.
─No voy a soportarlo por dos o tres semanas. ─se lamenta con un ligero puchero.
─Te entiendo amiga. ─dice Cristian colocando su mano en el hombro de ella.
─¿Te parece sexi mi prometido? ─gira su mirada a él.
─No está mal, pero me refería a la manera en que lo ves, asi veo a mi hombre. ─hace un puchero sexi.
─No tendré sexo hasta el matrimonio. ─se lamenta mientras caminan.
─¿Por qué? ─se gira a ella.
─Yo no lo decidí, fue él quien se lo prometió a mi padre. ─reniega.
─¿Qué? ─se gira molesto. ─entiendo que quiera quedar bien con tu padre, pero prometer no tener sexo es excesivo. ─suelta con la voz algo alta.
─wow, parece un buen tema. ─dice Edward acercándose a ellos.
─¿Y tu eres...?
─Hola, ¿que tal todo? ─asiente con una sonrisa.
─No te había visto por... ¿meses?
─si, pasaron cosas y... ¡me voy a casar! ─levanta la mano mostrando su anillo.
─Felicidades. ─sonríe notoriamente incómodo.
Christian trata de callar su escandalosa y por demás notoria carcajada, ante tal desplante y marcación de terreno.
─Nos vemos después... ─camina Evelyn acelerando el paso.
─Sabes que él intentaba coquetear contigo, ¿no? ─pregunta Christian mientras caminan juntos.
─Lo sé, no estoy ciega. Enamorada y comprometida, sí, pero ciega, no. ─camina entre risas.
—¿y...?
—Enamorada y comprometida, ¿lo olvidas? —se prende a su brazo. —sobre todo enamorada. —suspira caminado junto a Cristian a la oficina del decano.