2. Capítulo

1015 Words
Son numerosas ocasiones que puedo citar en la que ambos nos metemos visto expuesto al peligro, ese que llega por su culpa, de nadie más. Es solo culpa suya todo lo que acaece, incluso cuando ha prometido darnos protección. No es verdad, siempre alguien más astuto, más fuerte, más malvado y lleno de ansias o terror a qué el otro tenga más poder que tú, buscará la forma de hacerse más grande de vengar o simplemente hallar la manera de dar en dónde más duele. Eso ha pasado, es exactamente lo que siempre he tenido. Ya no es parte de una pesadillas de hecho, en la realidad el mal sueño es pero que nunca. Me arde mucho la verdad, me siento mal al pensarme atada a lo incierto, nada me asegura estar bien, todo lo contrario, lo que sucede es que Alek nunca me dará esa paz que busco. ¡Dios mío! Miro a todos lados, de nuevo, apresada y pululando en la angustia, no puedo calmarme, logra entrar en paz. Mientras más la persigo, esta se escabullen de mis manos y me duele pensar que no saldré nunca de aquí, el temor que más me absorbe es que puede que si salgo de aquí, no será con vida. No puede ser, el dolor y la tensión dentro de mí arriban de forma poderosa y se instalan para agarrar mi corazón y arrancarlo de su lugar, después lo avienta a la nada y se me quiebra de golpe. Otra vez sucede un quiebre que me tira a un lugar inhóspito y quiero recuperarlo, pero no vuelve mí como quiero y pido encarecidamente. Respiro hondo, un ay otra vez, se siente feo el vacío, el miedo que te atrapan y te mantiene en cautiverio. Es un lugar que te pone los vellos de puntas, además de provocarte unas terribles ganas de vomitar. Todo me da vueltas, busco la forma de ver un poco, pero sigo noqueada con la realidad. Este presente me atrapa, hace de las suyas. Suspiro hondo, me detengo, no voy a llorar. Sé que no ganaré nada con eso. Pero ya lo hice, y vuelvo a caer en lo mismo, corriendo al llanto que hace doler mucho mi garganta y atrapa el grito que no escapa, la rabia, el enojo que no se contiene pero que se queda ahí entre mis labios temblorosos. La verdad es que me siento mal, pensado en muchos desenlaces fatídicos, y sé que nada de eso ayuda, más bien recrudece la situación, tengo en el pecho los insectos alados ya muertos, las ansias por luchar se acaban tan pronto, no quiero seguir en esta situación, ¿y quién demonios sí? Pero no tengo otra alternativa. Sigo atrapada, en estas cuatros paredes que a cada segundo parecen acercarse más a mí y quitarme el aire que tanto exigen mis adolecidos pulmones, estos se ubican muy apretados en su lugar y no me ayudan en el respirar. Sé que también se debe al lugar donde estoy, porque aquí el oxígeno es casi nulo. ¡Madre mía! Quiero salir de aquí, ver la luz y no está matadora oscuridad que empieza a carbonizar mi ser. Esto no podría ser más deprimente, de hecho no creo que exista cosa más adolorida que estar en mi situación. No hay garantías. No existen posibilidades. Todo es indescifrable. Pienso en mi hijo otra vez, en mis padres, en toda mi familia que debe de estar preocupada e imaginando lo peor. Siento tanto que deban pasar de nuevo por esta situación, me da rabia, furia de que vuelvan a temer por mí. Mi pequeño hijo no merece perder a su madre, ni yo dejarlo de ver en su crecimiento, todo esto me marchita más, es peor, porque hay un ser que aguarda por mí. Papá y mamá que deben de estar muertos del miedo y pensando que estoy muerta. Cómo los echo de menos, quisiera con fervor, volver a estar con ellos y abrazarlos, pido eso nada más, por el momento. En realidad no podría ser más hermoso que volver a darles un rodeo a ellos y sentir esa sensación maravillosa de estar bien, como siempre. Me escuece el alma saber que solo ese efusivo acto es parte de mi desesperado deseo metiendo en la cabeza no sucede, y no sé si pueda llegar a pasar. Es lo que más me asusta, perder la vida y no volver a verlos nunca más. Esta gente es mala, no tienen escrúpulos. Ya pasé por lo mismo una vez, entonces las cosas tomaron un curso distinto, ahora no creo, siendo sincera, correr la misma suerte. Todo es tan diferente ahora, que el desenlace también lo será de esa forma. Mi corazón palpita una y otra vez, late fuerte y siento que va a escapar de mi pecho. La búsqueda me lleva a estar con él silencio amargo, que solo es rato por el toqueteo a mi memoria de recuerdos que se apilan y forma una torre de dolor. Sí, duele pensar en ellos de esa forma, como si tratara de despedirme de esos instantes tan hermosos que hemos compartidos, porque a pesar de que Alek es una persona peligrosa, dura y muchas veces guardado sus sentimientos, me ha demostrado que siente y que puede amar. Ha dado ha conocer su lado dulce y amoroso, yo aprecio mucho el esfuerzo, lo que me ha entregado, como la maravillosa oportunidad de convertirme en madre, mi hijo es mi mayor regalo. Traigo a mi mente su nacimiento, su primer año de edad, Matthew es eso que me impulsa a luchar hasta en los momentos más horribles, como este, el problema es que lo terrible de este y su intensidad me está ganando y ni siquiera estoy luchado. Debería de dar más y no rendirme tan fácil, todo amerita un esfuerzo, yo lo hago, juro que es así, sin embargo parece nos era suficiente, debería de intentarlo más y no echarme en la derrota. Sé que todavía no es tarde, pero puede que para mí ya no exista tiempo y eso me mata.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD