Después de la discusión Mariel salió directo a la oficina de Jaciel, tenía que poner en marcha sus planes de inmediato pues ya no tenía solvencia económica para el próximo mes y esa era su máxima preocupación. Seguía molesta porque Jaciel no le había contestado el teléfono la noche anterior, pero no tenía más que hacerse la ofendida para lograr su cometido. Llegando a construcciones Lara entró en el pequeño edificio con un aire de grandeza que pronto le quitarían. —vengo a ver a Jaciel Lara. —¿Tiene cita señorita? —Yo no necesito cita ¿no sabes quien soy? —Por supuesto que lo sé, ha salido en muchas revistas es Mariel De Anda. —Entonces sabes que no necesito cita, voy a entrar. —Lo siento mucho señorita pero tengo órdenes precisas de no dejar pasar a nadie sin cita. Yo solo cumplo

