(3)
-Sinfonía, mis piernas y el colchón.-
Ya era un hecho, mi compañero de cuarto y yo haríamos el trato más genial del mundo. La idea parecía mala desde muchos ángulos, era obvio que alguien terminaría cediendo, pero la tensión s****l que teníamos, era algo letal.
No podía estar menos de cinco minutos sin querer estar en sus brazos o labios, era tan absurdo que hasta yo me doy cuenta que es estúpido. Era como si me presentaran a una droga que parece inofensiva, yo misma me negaba a ser adicta con una sola probada, pero me doy cuenta que caí rendida a esta droga de rodillas.
Todo el fin de semana, me la pasé en la habitación, a pesar de que Maddie me invitó a pasármela con ella, pero le tuve que mentir. Le dije que aún no había terminado mi escultura de sirena. ¡Pero claro que ya la había término! Pase muchas horas en la escuela para hacer mi cola de sirena, terminándola en mis tiempos libres. Maddie no me reprocho nada, así que me quede con éste hombre tan extraño.
La mañana del sábado.*
Will y yo nos dimos una ducha en la mañana, pasando más de cuatro horas en la tina, haciendo el amor. Sus labios se habían vuelto mi nueva obsesión, mientras que me sorprende lo rápido que puedo acostumbrarme a él.
Después de la ducha, pedimos de desayunar comida de un restaurante, o más bien el restaurante favorito de Will, quién es cliente frecuente del restaurante c***o que queda muy cerca de aquí.
Después en calzoncillos y recién bañados, desayunamos en el suelo, mientras él me cuenta que lleva más de dos años retando con la señorita , pero que pronto terminará la escuela y dejara el lugar. Realmente eso fue lo único que pudo compartirme de su vida, no quiso hacer comentarios de otras cosas, y yo misma no estaba segura de querer preguntar algo más sobre su vida privada.
Él guarda muchas cosas para sí mismo, lo pude ver por la comisura de sus labios, que están ligeramente caídas, eso quiere decir que es un hombre de pocas palabras, pero cuando lo miras a los ojos, te puedes sorprender al ver tantas cosas hermosas dentro de ese color café dorado. No puedo evitar ver una obra de arte en él, cada que parpadea, cada que abre la boca para comer, todo él me hace sentir inspirada, me hace sentir refrescada por sus facciones finas. Jamás pensé que tener sexo durante tan poco tiempo, pudiera hacer que tu cuerpo se sintiera liberado. Habíamos hecho el amor con él durante dos días seguidos, así que estábamos un poco cansados. Pero mientras comemos arroz frito y algo de costilla de cerdo, nos miramos, coincidiendo con una sonrisa bastante iluminada, supongo que estábamos pensando en lo mismo.
-¡Vaya, esto es genial!-Comenté feliz comiendo algo de carne, mientras mis piernas delgadas se estiran por el frio suelo de madera.
-Lo es, te dije que te mantendría cómoda siendo mi compañera.-Me comenta mientras mete tallarines en su boca, pero mi curiosidad mató la pasión que se había construido en estas cuatro paredes.
-¿Ya lo habías hechos con otras compañeras?-Le preguntó mientras lamo mis dedos, que tienen un poco de salsa agridulce. Pero su respuesta fue bastante clara, mientras que no necesito mucho tiempo para pensarla.
-Eres mi primera compañera, la señorita Wilson me ha mantenido sólo.-Ahora aclara su voz, mientras me mira directamente.-Acepte porque ya estoy a punto de acabar la universidad y ella necesita el dinero.-Su seriedad es tan increíble, que siento que estoy entrevistando al presidente. Él es bastante varonil, pero al mismo tiempo porta un porte de elegancia, que lo diferencia de todas las personas que he visto en Londres.
-¿Así que soy la primera?-Pregunté algo emocionada.
-¡Vaya, quita esa cara!-Escupe con molestia, arruinando mi enorme sonrisa.-No es como si yo fuera virgen o algo parecido.-Ahora rueda los ojos, mientras me da un pequeño golpe en la cabeza.-Pero me llamas la atención, pequeña nazi del frío.-Él repite lo que yo dije de él, así que eso hace que una sonrisa salga de mi boca.
-Y después de desayunar, ¿qué haremos?-Le preguntó recogiendo la comida y poniéndola en el cesto de basura, mientras él sigue sentado en el suelo.
Después yo vuelvo al suelo a un lado de él. Él por su parte hace algunas muecas, dando la impresión de que estaba pensando un poco, para después subirse sobre mí, mientras su peso me gana y me cubre por completo. Su posición es como la de un tigre saboreando a su presa, sus manos se pasearon por mis pechos que están bastante sensibles de las lamidas que me ha dado. No puedo evitar quedar sensible al sentir su toque, mientras siento como de mis poros nacen flores que solo puedo ver yo. Sus labios se comen los míos, mientras el sonido de nuestros labios, inundan la habitación con una sonata bastante excitante.
Él de inmediato se quita su camiseta de a cuadros, tirándola a un lado de nosotros mientras empieza a darme beso desde mis pechos hasta llegar a mi feminidad. Sabía que ya no habría más sutileza. Él abrió mis piernas lentamente mientras me siento un poco nerviosa.
-No es cómodo que vean esa parte de mi cuerpo.-Murmuró algo apenada, para después sentir como empieza a masajearme con su lengua rasposa. Mi cuerpo se empieza a mover, como si aplicaran en mí un tipo de electricidad, algo así como un cosquilleo, así que lo apartó un poco. Él de inmediato ve mi mirada avergonzada, incluso mis mejillas se tornaron rojas, supongo que es algo normal.
Él vuelve de nuevo a mi cara, pasando sus labios por mis oídos, mientras me susurra:
-Tranquila yo también estoy nervioso.- Ver sus ojos tan sinceros, hacen que mi corazón salte como loco.
-¿E-estas nervioso?- Le pregunté temblando cómo si me encontrara en el ártico.
-Sí, me he contenido demasiado durante toda la noche.-Comenta con sinceridad.-No puedo aguantar más, para pasar mi lengua por tu interior.-Escuchar esas palabras de esos delgados y finos labios, hacen que mi cuerpo tiemble una vez más.-Sé que suena algo grotesco, pero soy un hombre apasionado.-Sus besos vuelven a mí, mientras que sus palabras hacen que moje mis bragas, mientras de nuevo me come con sus labios. Mis ojos se cierran de inmediato, disfrutando sus labios delgados pero hidratados, con un sabor a fresa refrescante.
Su cuerpo se desnuda de inmediato, su pene aún no ha entrado en mí y no puedo esperar, ya que se roza contra mí más de una vez, jugando con mi cuerpo. Sus besos son tan placenteros y llenos de pasión, así que aferró mis uñas a la madera del suelo.
La habitación está llena de gemidos y caricias, mientras el frío suelo hace que nuestros cuerpos calientes se ericen con facilidad. Y cuando mete su hombría en mi feminidad, siento una enorme presión sobre mí, sacándome todo el aliento mientras me retorcía de dolor. Pero el dolor se esfumó, cuando los dos como un equipo, nos empezamos a mover con ritmo.
Mis gritos y el sonido de su hombría chocando con mi feminidad, inundaron la habitación, por suerte nuestros vecinos no estaban, ya que la mayoría van a ver a sus familiares fuera de Londres.
El sonido de nuestros aparatos reproductivos chocando se hace una melodía, mientras siento el orgasmo venir a mí con algo de dolor y satisfacción al mismo tiempo. Y de pronto algo caliente pasa por mi v****a, mientras aferro mis uñas a su espalda ancha. Los dos terminamos desnudos y sudados, sobre el suelo frío de madera, mientras sonreímos al mismo tiempo.
Su respiración y la mía son bastantes irregulares, pero nuestras sonrisas no dejan de ser evidentes.
*
Después de algunos minutos en el suelo, me levantó tomando una bolsa donde tengo mis cosas personales. Me meto al baño, dejando a Will solo. Ya en el baño, tomo un vaso de agua y me tomo una pastilla anticonceptiva.
Después de eso, limpio mi cuerpo de todos los fluidos que Will y yo soltamos. Tomo su bata color negra y cubro mi cuerpo con ella. El olor que impregna su bata, me hace sentir que él me abraza.
Después de hacer lo mío, salgo del baño y lo observó desde la puerta. Después de mirarlo con ojos de análisis, me paso hacia la cama y me acuesto, tratando de reposar un poco.
La confianza que hemos formado, es evidente; agarró su ropa y utilizó sus cosas, soy una acaparadora.
Al ya estar recostada, puedo escuchar que la puerta suena, Will de inmediato la abre.
-¡Rosé!-Grita mi nombre, sin siquiera estar unos segundos en esta.
-¿Si?-Preguntó mientras me siento realmente agotada.
-Tu cama.-Me dice mientras empuja la cama con su pierna.
Se me había olvidado, que hoy me entregaban mi cama. Así que dejó pasar al chico de la mudanza y la acomoda donde estaban mis sábanas en el suelo. Will sólo ve como yo le indicó al chico donde dejar el colchón. El chico es muy atento conmigo y eso parece no gustarle a Will, quién nos mira con los brazos cruzados y algo molesto.
Después le doy algo de dinero al chico, quién me lo rechaza y dice que es gratis. Al cerrar la puerta, me encuentro con la mirada espeluznante de Will.
-Ya tiene cama, ¿ah?-Preguntó celoso mientras yo me río y me subo en esta, aun cuando tiene plástico envolviéndola.
-Creo que no dormiré en el suelo todo el tiempo.-Comente feliz de tener algo mío. Él solo hace unas muecas para luego decirme:
-Tienes la mía.-Escupe molesto, mientras mira con envidia a la cama.
-Tú lo has dicho, es tuya.-Le respondo corrigiendo el hecho, de que tengo que tener donde dormir cuando no estemos de buen humor como hoy.
-¿Y por qué no usas solo la mía?-Me pregunta cómo un niño pequeño. Yo no puedo evitar ver esto solo como una broma, Will no es así.
-¿Hay alguna cosa que te esté molestando?-Le preguntó alzando la ceja. Él de inmediato me contesta, ya que siempre ha sido muy sinceró con todo.
-Si lo hay.-Yo alzo una ceja y escuchó sus reclamos.-Esta cama te mantendrá lejos de mí.
-¿Acaso estas celoso de una cama?-Grité divertida con una gran sonrisa.
-Prometimos hacer el amor todo el tiempo.-Es algo sorprendente ver esta cara tan inmadura de Will. Es realmente interesante ver esta reacción.
-Will, sabes que eso no es posible. Las mujeres tenemos que estar un tiempo sin tener relaciones sexuales.-Le comenté bajándolo de su nueve.
-Se sobre eso.-Me responde como si fuera una biblioteca.-No soy un idiota que no sabe sobre biología. Sé que ustedes tienen lapsos en que su cuerpo ovula o sangra, pero cuidaré bien de ti Rosé, es una promesa.-Me responde como todo un científico.-Esa cama la podemos usar para otras cosas, pero no quiero que duermas hay.
Yo ahora le veo algo nervioso y posesivo, pero es una sensación tan cómoda.
-¡Vaya, que te gusto!-Mofe cruzando mis piernas delgadas.
-¿Hay algún problema?-Preguntó sin vergüenza alguna.
-No enamórese.-Dije alzando una ceja.
-Me gustas, no me he enamorado de ti.-Anuncia convencido de no estar enamorado.
-Bien.-Le conteste levantándome y caminando hacia donde están sus cosas.
-Te has vuelto muy comodina.-Me dice viendo que me siento en su silla y agarró uno de los tantos cuadernos que tiene amontonados en su escritorio.
-Sí, también tengo derechos sobre ti.
Veo sus anotaciones y son bastante musicales; veo demasiados garabatos o notas musicales.-¿Que harás con todo esto?- Él pone su cara en mi hombro, dejándome sentir su respiración caliente.
-Terminaré mi universidad pronto, me convertiré en maestro de una orquesta que dará tours en todo el mundo. Es la orquesta sinfónica más prestigiosa de Londres y conseguí ser el director.
-Eso es grande.-Le contestó sorprendida y realmente feliz de saber que ya tiene planes para el futuro.
-Lo es.-Me dice sonando feliz.
Ver lo bueno que le va a Will es sorprendente, aún que eso significa, que tengo poco tiempo con él, ya que se gradúa este año.
Así que me volteó y miró a Will, quién está mirando el colchón, con una mano en su barbilla.
-¿Qué tanto piensas?-Le pregunto levantándome y tomándolo de su cadera. Lo abrazo por detrás, mientras él pone sus manos sobre mis manos que le rodean.
-Creo que ya se para que ocuparemos tu colchón.
Él empieza a abrir mis cajas de cartón que me he traído de Nueva York, sacando mis pinturas, para después embarra el colchón con la pintura.
-¿Qué haces?-Pregunté sorprendida y atónita.
-Haremos arte.-Dice mojando sus manos en pintura azul, dejando sus manos en el colchón.
-Lo acabo de pagar.
Le digo como una tacaña, mientras siento un golpe directo en el corazón.
-¿Por qué mejor no utilizamos ese dinero en ropa, o cosas que ocupes?-Me comenta mientras sigue pintando.
-Después de esto, no creo que haya reembolsó.-Le comentó con cara de pocos amigos. Él por su parte se mofa un poco.
-Tú deja de preocuparte por el dinero. - Lo dice con tanta tranquilidad, como si fuera tan sencillo hacerlo.
Veo como se divierte manchando el objeto que le quitaría mi atención en las noches.
Diviértete Will, diviértete.
*
Las horas pasaron y la lluvia empieza a caer, mientras yo solo estoy viendo a Will componer una canción.
Él tiene un pequeño teclado donde puede tocar música de piano, mientras yo me siento en una silla y luzco mis piernas desnudas, mientras el toca el piano. Nunca creí que oírle tocar el piano, fuera tan sensual y excitante.
-Es lo que me provoca tu cuerpo, eres una melodía.-Me susurró mientras ve que lentamente voy subiendo la bata, enseñándole cada vez más piel.
Él deja su teclado y hace que la silla donde estoy sentada, se acerque a él.
-Una piernas jamás me han apartado de mi teclado.-Me comenta acusándome de ser la que lo separe de ese teclado.
-Pobre de tu teclado.-Yo lamí su labio inferior mientras el pasa sus dedos por mi v****a, haciéndome un masaje. Yo no me resisto e intento cerrar las piernas, mientras él las abrió con sus dedos largos.
Después sus labios se separan de mí, bajando hasta el suelo. Él se sienta en el suelo de madera, mientras abre mis piernas de par en par. Metiendo su boca y su lengua por mis labios vaginales. Yo me estremezco, mientras siento los lengüetazos como residir el cielo en la tierra.
Mis gemidos se hacen más y más evidentes, los vecino a esta hora ya han llegado a sus apartamento, sé que lo único que quieren hacer es descansar, pero Will y yo no descansaremos esta noche.