—Sí. Si quiero, de verdad me preguntaste ¿Si quiero ser tu novia? Yo diría ¿Por qué tú querías ser, mi novio?
—Porque —nos detuvimos y se acercó a mí, tan cerca como cuando bailamos podía ver su calor cubrir mi pequeño cuerpo delgado —Me gustas desde que te conocí desde que entramos a este colegio y solo tenías nueve años, me hacía sentir terrible porque pensé que estaba loco o enfermo, pero cuando le conté a mi padre él me explicó ¡lo que es enamorarse! Que te guste alguien, desear una persona.
»En mi caso a ti. Me dijo que aún era muy joven, pero que debía expresar mis sentimientos siempre. Esa tarde decidimos que esperaría a que estuvieras más edad, acercarme a ti y conocerte. Si seguía sintiéndome de la misma forma que ese primer día, entonces debía hacer que yo te gustara del mismo modo. Y hoy. Aquí estoy, soy sincero. Hay mujeres hermosas que pueden enloquecer a cualquiera, pero yo solo quiero a una y esa es ¡Daniela Suarez!
Y allí con esa declaración, tan hermosa con las palabras perfectas. Con la cara levantada hacia él, no solo obtuve mi primer novio, sino también mi primer maravilloso y único primer beso. Su boca cálida, suave y perfecta se juntó a la mía. Lentamente se unieron nuestros labios, luego su lengua repaso cada labio, exploró por fuera y dentro de ellos de una manera sutil, tentativa y dulce. Levante mis manos hacia sus hombros y el tomo mi cintura. Extendimos el beso lento y dulce hasta necesitar respirar. Definitivamente este sería el mejor beso de mi vida y lo recordaría por siempre. Unos griticos y risas nos sacaron de nuestro beso y una Hismary emocionada con su celular en mano, nos tomaba unas fotos.
Nos tomamos de las manos sonriendo. Caminamos así hasta llegar a la casa. Y nos despedimos con otro beso dulce, esta vez más corto pero no menos emocionante que el primero.
***
La tarde paso sin ningún acontecimiento, solo descansar pues los deberes ya habían culminado, y en la noche seria la fiesta de despedida, como estaba cursando el último de básica y Tayler el de diversificada nos tocaría la misma fiesta, por ello estaba emocionada, aunque no sabía si el asistiría, pero lo descubriría pronto. Como era ya nuestra costumbre después de ese día. Mi teléfono sonó y corrí hasta el, emocionada quería que fuera él.
De: TAYLER ♥♥♥
Eres la novia más linda del mundo, y esta foto es mi favorita. ♥
Nuestro primer beso.
Valió la pena esperarte Daniela.☺
Junto al mensaje una imagen multimedia de nosotros en el momento del beso. Enseguida respondí, siempre era su primer contacto telefónico del día conmigo me enviaba el mismo mensaje, para nada me aburría de verlo y como siempre suspire.
Para: TAYLER ♥♥♥
Realmente mi primer beso valió la pena. ♥♥♥
Tengo mariposas en el estómago de emoción. ♪♫
Oh tu eres tan bello y me encantas tanto…☺
Me recosté en mi cama. Daniel entró y se acostó a mi lado, Alejandra estaba en su habitación.
— ¡Oye! Me dijo Alejandra que irá a la fiesta. Jaylor, la invitó como acompañante. Mamá dice que si cuidamos de ella, puede ir —levantó los hombros en señal de restar importancia –—yo le dije que seré el hermano mayor. No las dejare bailar con chicos —sonrió, y cerró los ojos.
—Está bien. Me gustará que ella vaya con nosotros. ¿Con quién irás? —levantó su cabeza y sus cejas en forma de incredulidad.
— ¿Es en serio? Por supuesto que iré con Hismary, ella es el ángel de mi vida —su sonrisa llegaba a cubrir su cara. De verdad estaba feliz— Me gusta y mucho. Siento que vuelo cuando la veo —Se levantó de un salto y me jalo con él. Mi celular cayó en la alfombra y me abrazó levantándome y girando en el abrazo.
— ¡Estoy enamorado… y feliz! Solo quiero abrazarla y quedarme con ella así, juntos, abrazados. Encontré a la mujer de mi vida. La cuarta, pero no la de menor importancia —a la quinta vuelta caímos riendo en el piso uno al lado del otro. La puerta del cuarto se abrió de golpe y entrando como dueño, Rodrigo se paró delante de nosotros con la cara seria y sus cejas alzadas.
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OBSESION
Pensamientos, impulsos o imágenes que son recurrentes y que el sujeto considera intrusos y que provocan un malestar significativo. El sujeto intentar anular, ignorar o suprimir estos pensamientos mediante compulsiones, rituales o actos obsesivos. Las obsesiones más frecuentes son: temor al contagio de enfermedades; necesidad de ordenar las cosas; duda obsesiva; fantasías sexuales; impulsos agresivos.
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— ¿Qué se supone que hacen?
Daniel se levantó muy rápido, yo le seguí con más calma, me volteé y tomé mi celular del piso.
—Les pregunté ¿Qué hacen? —continuó Rodrigo esta vez su voz me estremeció, estaba molesto y aunque hablo entre dientes, lo hizo fuerte.
—Nada. Que sea de su asunto, Tío —Dan alargo la última palabra y lo desafiaba con la mirada, mi hermano tenia buen cuerpo, la natación y el baile lo ayudaban con los músculos y a mantenerse muy bien. Parecía de diecisiete en vez de casi quince.
—No creo… Daniel que sea manera de responderme. O quieres ganarte un castigo —con ese solo nombramiento mi cuerpo tembló.
— ¡No hacíamos nada, Solo jugábamos! Interrumpí con voz temblorosa.
—No te estoy preguntando a ti —me dijo con tono fuerte. Di un paso atrás y Daniel uno a mi lado. En mis manos comenzó a sonar mi celular y la imagen de Tayler sonriendo salto a la pantalla.
— ¿Quién es? —dijo Rodrigo mientras se acercó y arrebato mi celular de un golpe.
—Aló. ¿Quién eres y que quieres con Daniela? —Pausa— Soy su tío y ella no tiene permitido hablar con chicos —mis ojos se abrieron muy amplios.
— Pues me importa poco, lo que te parezca. No hablará contigo ni hoy, ni más, así que no llames más.
Colgó y estrello mi teléfono contra la pared. Estaba tan congelada en mi sitio que no podía ni respirar. Baje mi mirada que se llenaban de lágrimas e impotencia, vi las manos de Dan en puños tan apretadas que estaban blancas, y un lastimoso jadeo salió de mi boca, tratando de no llorar delante de él. Pero fue inútil mi cuerpo comenzó a estremecerse y aún más cuando sentí que me jalaban del brazo apartándome del escudo humano que mi hermano hacía para mí. Levante mi vista justo antes de sentirme aplastada contra la pared cercana.
— ¡Escúchame bien, Daniela! No voy a tolerar que andes de zorrita temprana por allí. Cero chicos para ti, cero amistades de hombres que no sea este — Señalo a mi hermano, al que la cara le sudaba los ojos los tenía muy oscuros, además su cara roja de rabia no pasaba desapercibida para ninguno de los dos.
Por unos segundos estudie su rostro, pero el dolor del apretón en mi brazo me sacó de mis pensamientos devolviéndome a la realidad.
— ¿Me oíste? Porque si me entero que andas tonteando con ellos, te voy a colocar seguridad para asegurarme que nadie se te acerca.
Mi cuerpo temblaba. No entendía ¿Por que él me tenía que prohibir algo? ni siquiera mamá lo hacía. Me encontré recordando lo bien que me trataba Tayler y lo que había visto anoche y encontré una fuerza dentro de mí que me sobresaltó; cuando de un solo movimiento le jale mi brazo de sus manos y quede libre, moviéndome unos pasos más cerca de Daniel. Le espeté:
—Escuché. Pero no tengo porque obedecerte. Mientras ¡MIS PADRES! no me lo prohíban. No veo porque usted debe hacerlo, además tener amigos no es malo.
— ¡No lo tendrás y me encargare de ello! —Su voz con tono de advertencia y enfado me hacía temblar. Me asustaba este nuevo Rodrigo que estaba destapando sus intenciones cada vez más.-
Se acercó a mí. Aparto a mi hermano de un empujón y me murmuró en mi oído, mi cuerpo volviendo a temblar ante su cercanía; lo Odiaba, Repudiaba, me asqueaba.
—Tú. eres y serás mía. Para lo que yo quiera y nadie en este mundo lo va evitar ni siquiera tus padres. —concluyó besando mi mejilla y señalando a mi hermano —y ya va siendo hora que se acostumbren a estar más separados.
Y con esas últimas palabras, salió de la habitación. Mis lágrimas no paraban mientras Dan me abrazaba fuerte. Entre hipidos y sollozos logré hablarle.
—Tengo mucho miedo.--- le susurré.
—Lo sé. Tranquila. Prometo protegerte, Dana – tomo mi rostro en sus manos y nuestras frentes juntas, mi hermano adorado siempre sabia consolarme en las pocas veces que había necesitado lo hiciera, pero desde la noche anterior; ya se estaba haciendo muy necesario y seguido.
—No quiero… ir., este viaje no me gusta, Dan —mi llanto había cesado y solo quedaban los hipidos.
—No estarás sola. No te dejaré sola. Me abrazó fuerte, luego camino hacia los resto de mi teléfono. – no sirve, la pantalla esta desecha, tomare el chip de la línea, le diremos a mamá que te consiga uno nuevo. ¿Te parece bien?
—Sí. – asentí suavemente mi cabeza, estaba empezando a dolerme algo. Seguro la presión y el mal momento, estaba asustada, mi cabeza daba vueltas y no sabía que pensar o esperar no lograba
Analizar nada de lo que pasaba en nuestra perfecta vida, no tan perfecta ya. Dan se acercó a mi revisando algo en su celular.
—Toma – tendió su teléfono hacia mí – llámalo. Si no se aparecerá aquí en la puerta, y estando este tipejo no quiero saber cómo acabaría ese encuentro. – Asentí y diligente teclee su número y espere los tonos-
—Aló. –su voz era fuerte y se escuchaba como lejana.
—Tayler… —Mi voz aunque no lo quería salió entre sollozos- soy Daniela.
— ¡Dani… por dios! Estoy camino a tu casa, espera que paro.
— ¡No! –casi grite esta palabra, mi cuerpo se tensó y mi estómago se estrujo— No. No vengas Tay, yo estoy bien. Será mejor así, yo estoy con Dan
—Pero, Dani. ¿Cómo me dices que estas bien? y ¿Quién carajo atendió tu celular? ¡Espera! ¿Por qué, me llamas del teléfono de Dan?
—Es… el…el mío – las manos me temblaban y no sabía si contarle o no, además de mi novio es mi amigo, le cuento todo y nuestra confianza es demoledora; era tan reciproca que no permitíamos que nadie entrara en nuestro mundo.
—Se dañó. No lo tengo conmigo, solo no vengas, prometo contarte todo esta noche en el baile. ¿Irás verdad? – escuche que resoplaba y un gran suspiro que soltó luego, antes de responder-
—Si. Claro que iré Dana. – su voz estaba pasiva, casi en susurró— oye y tú serás mi pareja, eso no debes si quiera pensar que no será así. Con lo de la competencia me había pasado por alto comentártelo.
—Está bien. Oye, nos vemos esta noche.
—Ok. Estoy contado las horas, quiero tenerte cerca y saber ¿Qué paso?
—Si. Te avisaremos cuando lleguemos al gimnasio. Del teléfono de Dan
—Bien. Cuídate. Nos vemos Dani. ¡Te quiero! – y colgó.
Ahora que lo pensaba no sabía, si lograríamos ir al baile, al aparecer Rodrigo tenía muy claro no dejarnos de fastidiar la vida, de ahora en adelante. No podía dejar de pensar en qué momento dejamos de ser unos adolescentes tranquilos, felices, a unos con temor y preocupaciones.
El resto de la tarde transcurrió sin más. Las maletas estaban hechas exceptuando la cosas que no llevaríamos todo estaba recogido. Teníamos una hora para arreglarnos, cenar y salir camino al baile. Mi corazón palpita delante de la idea, quería, necesitaba ver a Tayler
Y que sus brazos me confortaran, que sus labios me tranquilizaran y su voz me resguardara de lo que fuera.