5- QUIERO QUE TENGAS A MI HIJO.

2574 Words
ABIGAIL. —¿Qué dijiste? — no pude haber oído a Harper correctamente. No me daría simplemente la copropiedad de Cara de Angel. —Me escuchas— tomó un sorbo de su bebida. —Quiero ofrecerte la propiedad parcial de Cara de Angel— —¿Seria copropietaria de mi programa? — Mi corazón se aceleró. Cara de Angel era mi bebe, mi creación. Nunca había soñado que esto sucedería. Simplemente había sido feliz de poder crear algo que podría salvar a las mujeres de ser secuestradas y violadas. —Si. Has hecho un excelente trabajo y creo en recompensar la excelencia— —¿Lo crees? — había hecho un trabajo excelente, pero un cosquilleo de sospecha danzaba en mi cabeza. Harper no elogia: ladra órdenes y espera resultados. —Si— Dió un sorbo a su bebida. Llevaba su uniforme habitual: una camisa blanca de negocios y pantalones negros que hacían juego con sus zapatos. Parecía exactamente el hombre rico de negocios urbano que era. —Nunca elogio a nadie por un trabajo bien hecho. Para eso los contrato y si no lo hacen, los despido. Pero tu…— sus ojos grises recorrieron mi cuerpo de arriba abajo, haciendo que mis entrañas se estremecieran y enviando esa pequeña sospecha en mi cabeza a una alarma en toda la regla. —Hemos hecho mucho más que un buen trabajo y eso requiere recompensas excepcionales— —¿Lo hace? — por un segundo, me quedé sin habla, pero eso no duró mucho. Yo podía hablar mientras vomitaba. Lo había hecho muchas veces en la universidad. —Gracias. No pensé que te dieras cuenta o que te importara o… simplemente estoy tan feliz— sonreí. —Siempre trabajo duro y Cara de Angel es una gran aplicación. Lo que estamos haciendo es… maravilloso y soñé con ser un papel más importante, pero nunca pensé…— —¿Entonces aceptas mi oferta? — sonreí y comencé a hablar, pero sus palabras pasaron de mi felicidad a mi cerebro real. —¿Oferta? ¿Cuál es el gancho? — El sonrió. Fue lento y por alguna extraña razón hizo que mi estómago se revolviera y mi coño palpitara. Oh que dios me ayude. Si Finn Harper me estaba excitando, realmente necesitaba echar un polvo, pero eso no sucedería esta noche. Miré mi teléfono. —Olvídate de tu cita— —No puedo— —Si puedes— —Tengo que enviarle un mensaje de texto a Oliver y hacerle saber que no puedo asistir— —Adelante. Envíale un mensaje de texto— giro su muñeca de manera desdeñosa. —Pero luego cuelga el teléfono— —Bien— Si para ser copropietaria, me quedaría a trabajar esta noche, pero encontraría la manera de conocer a Oliver mañana. Envié el mensaje de texto y deslicé mi teléfono en el bolso de mi computadora portátil. —Ahora, ¿Cuál es el gancho? — repetí. —Yo no lo llamaría gancho— el frunció el ceño. —Por supuesto que no lo harías. Inventarías algún termino comercial o…— —No invento términos comerciales. Yo los uso— —La misma diferencia— su ceño se profundizo, formando arrugas en sus mejillas donde sus hoyuelos asomaban cuando sonreía. —Está lejos de ser lo mismo— —Lo dices tú. Cambias las cosas para que se ajusten a tu plan— —Todo el mundo hace eso— —Yo no. Acepto la realidad tal como es. No intento cambiarla— había aprendido en mi adolescencia que desear algo no hacía que sucediera. Si así fuera, tendría el pelo rubio y un cuerpo perfecto. Algunas cosas no eran cambiables sobre todo las cosas que nos costaron mucho trabajo. Me moví ligeramente. Debería haber estado trabajando para hacer mi trasero más pequeño en lugar de estar senda en una silla de oficina todo el día. —No se acepta la realidad tal y como es— —Yo lo hago— Eso fue ofensivo. Estaba orgullosa de esta cualidad. —Lo cambias todo en el momento en que entras en una habitación o abres la boca— —No hablo mucho— Sabía que divagaba, eso molestaba a casi todos, pero no podía retener las palabras en mi boca. Mi madre bromeaba diciendo que su hija no tenía una primera palabra, había tenido un primer soliloquio. —¿No mucho? — el cerró la boca con fuerza y yo estaba bastante segura de haber escuchado sus dientes chocar ante la fuerza. Yo debería callarme. Yo no debería decir una palabra. Debería esperar a que el hablara, pero las palabras se me escaparon como siempre. —Entonces, ¿Cuál es el gancho? Tiene que haber uno. No puedo creer que me des la copropiedad porque hice bien… ningún trabajo excelente. Contigo tiene que haber algo más que una simple recompensa— me encogí cuando sus ojos se entrecerraron y su mano apretó su bebida. —Ah… tal vez quieras tener cuidado. Nunca he visto un vaso romperse en la mano de alguien, pero creo que eso dolería. Todos esos fragmentos de vidrio encajados en tus manos y las sangre…— Dejo su bebida en la mesa junto al él antes de inclinarse hacia adelante y taparme la boca con una de sus grandes manos. Con la otra me agarró por la nuca, manteniéndome en mi lugar. —No hay trampa, pero hay más en oferta— —¿Cómo qué? — murmuré contra su mano mientras tiraba de su muñeca. El volvió a fruncir el ceño, pero me soltó y se reclino en su asiento. —Ya trabajo tanto que prácticamente vivo aquí. Quiero ser copropietario y agradezco tu oferta, pero necesito tiempo libre. Necesito una vida. Ya dejé de ser tu esclava— HARPER. —No eres mi esclava— pero la idea me intrigo. Abigail a mi entera disposición, haciendo todo lo que yo le pida, sometiéndose a todas mis órdenes, ansiosa por complacerme en cualquier forma que quisiera. Yo lo haría bien para ella. Mis sumisas solo se quejaban cuando las dejaba. —Tal vez debería serlo— —No tienes idea de lo lejos que estas de esa posición— —Por favor— ella puso los ojos en blanco. —Estoy aquí todo el tiempo. Hago lo que quieres— —No todo lo que quiero— si lo hiciera, estaría de rodillas con mi polla en la boca. —Nombra una cosa que quisieras que hiciera y no hice— Ella me dirigió una mirada superior. Tuve que morderme la lengua. Responder esa pregunta seria como arrojar una piedra al agua mientras el pez mordisqueaba mi cebo. —Podemos hablar de eso mas tarde. Ahora mismo, deberíamos discutir los detalles de tu copropiedad— —Oh, sí. Bien— ella sonrió, un poco tímidamente. —Me desvié del camino— —Siempre lo haces— me mantenía despierto por la noche preguntándome si ella también se desviaba en la cama. Yo estaría orientado en la misión, pero ella estaría en todas partes: el primer punto y luego otro. Sería impredecible y emocionante. —No siempre— ella me hizo una mueca y yo casi sonreí. Ella fue la única que alguna vez me ha hecho sonreír de alegría, no de triunfo. —Pero si, por favor cuéntame los detalles. Te lo advierto, ya terminé de trabajar todas las horas los siete días de la semana— —¿Incluso para una propiedad del cinco por ciento? — Blake y Luke poseían cada uno el quince por ciento, por lo que eso me dejaría a mí el sesenta y cinco por ciento. Mucho más del cincuenta y uno por ciento necesario para el control. —¿Cinco por ciento? — parecía menos que emocionada. —Valdrá millones, tal vez cientos de millones— —Oh— Sus ojos se volvieron distantes. Le daría unos minutos para gastar ese dinero en sus sueños. Dejaré que lo desee, que imagine el tipo de vida que se podría dar con ese dinero. Entonces podría enrollarla. —Imagina lo que vendría bien con ese dinero. Tu podrías iniciar tu propio negocio— —Podría comprarle a mi mamá una casa nueva o arreglarla— sus ojos casi brillaron. —Podríamos derribarla si ella quisiera y empezar desde cero— —Podrías hacer eso numerosas veces— —También podría comprar un lugar cercano para la tía Tina— —Si— Quede asombrado por su generosidad. La mayoría de la gente pensaba en lo que podrían hacer por sí mismos, pero ella no. Había elegido bien y era hora de alimentar sus sueños. —Podrías empezar ese programa del que has hablado, el que enseña a los niños pobres a utilizar ordenadores— —Podría dar acceso a computadoras incluso a los niños más pobres— Ella sonrió. —Podría hacer mucho— —Si, el dinero seguirá llegando. Habrá que actualizar y mantener el software. Lo haremos más comercializable. Lo mejoraremos y mejoraremos— —Como un ser vivo— Ella sonrió suavemente: —A veces siento que es mi bebe— —Es gracioso que digas eso. Es chistoso que digas eso— —¿Por qué? — ella se centró en mi por primera vez desde que había dicho millones. —Cree Cara de Angel. Se que no es una persona real, pero es parte de mi— —Por eso es lo que quiero discutir contigo— Su nariz se arrugo, lo hacía cuando descifraba algo y yo lo encontraba adorable. —No entiendo— —La otra parte del trato. La parte que debes aceptar si quieres copropiedad— —¿La otra parte? — Su nariz se arrugo más y luego la confusión en su rostro se aclaró. —Oh, el gancho— —Yo no lo …— —Solo dime. ¿Qué es? ¿Qué quieres que haga ahora? No voy a trabajar más. No puedo. No creo que sea físicamente posible trabajar más de lo que ya me haces trabajar— —Estoy de acuerdo— tuve que esforzarme para no inclinarme hacia ella y abalanzarme sobre mi presa. —¿Lo estás ? ¿En qué parte? — —Trabajas demasiado y eso también termina con este trato— —¿En verdad? — sus ojos se abrieron con sorpresa. —Si. Una vez que estes de acuerdo y firmemos en contrato, no quiero que trabajes más de sesenta horas por semana— —¿Sesenta? — —No creo que podamos reducir a cuarenta, al menos no hasta que tengamos personal. Estoy pensando en otro programador veterano, tal vez dos, y algunos más en un nivel junior— —¿Quieres reemplazarme? — —No. Quiero que seas la protagonista. Entrénalos. Que se hagan cargo de las tareas más tediosas— —Oh— sus ojos volvieron a tener ese brillo distante. —sería un buen…— su mirada se agudizo cuando se encontraron con mis ojos. —Yo sería su jefe, ¿verdad? Porque no voy a perder el tiempo entrenando a la gente para que los trabajes hasta que renuncien o les grites hasta que se vayan— —Yo no grito— —Tu apodo es Barker (Ladrador)— —¿Mi apodo? Nadie me llama así— Mis ojos se entrecerraron mientras ella intentaba no reírse. —Tú lo inventaste, ¿no? — mi mano ansiaba ponerla sobre su rodilla y remar a su trasero, pero eso estaba fuera de mis límites. No estaría trayendo ninguna de mis perversiones a mi cama. Ella sería la madre de mi hijo, no mi sumisa ni mi amante. Está bien. Ella sería mi amante, pero solo para la procreación, nada más. —No lo invente. Me ladras todo el día y simplemente… sucedió— —Eso es lo mismo que inventarse y no me llames así incluso a mis espaldas— —No lo sabrás— —Yo sabré— —¿Cómo lo vas a saber? No soy tan estúpida como para decirlo delante de alguien que te lo diga— —Lo sabre por la expresión de tu cara— —Está bien, pero lo pensaré — un lado de su boca se deslizo hacia arriba en una media sonrisa. —Todo el tiempo— —No creo que lo hagas— no después de haberla follado y haberla hecho correrse una y otra vez. Ella sería masilla en mis manos, mía para moldear y transformar. —Está bien tienes razón, Finn. Siempre tienes razón— —Tampoco me llames así— —Cierto. Lo siento. Fi… Harper — Esta vez sonrió como si hubiera ganado. No podía esperar para demostrarle que ella nunca había tenido la oportunidad de ganar este juego. —Entonces, ¿seré su jefa? Es la única manera en la que voy a entrenar a alguien— —Puedes ser su jefe y tendrás que capacitarlos los suficientemente bien como para que te reemplacen a tiempo completo durante unos meses— —¿Reemplazarme durante unos meses? ¿Por qué? ¿Me iré de viaje o algo así? Siempre quise hacer un viaje de negocios. La mayoría de la gente piensa que es aburrido, pero yo siempre he pensado que no, que es más dive…— —No es un viaje de negocios, pero dentro de nueve o diez meses necesitaras un tiempo libre— —No veo por qué— su nariz se arrugo de nuevo y luego sus ojos se iluminaron. —¿A menos que me des vacaciones? — —No son vacaciones— —Entonces, ¿Por qué necesitaré tiempo libre? — —Dar a luz. Te he elegido para que tengas a mi bebé — —¿Tú bebé ? — sus ojos casi se salieron de sus orbitas y luego se echó a reír. —Dios mío, Harper, me atrapaste con eso— Ella se rió más fuerte. —Por un segundo pensé que hablabas en serio. Oh, no puedo esperar para decírselo a Lizzeth. Ella me dijo en Año nuevo que tu estabas atraído por mí. Yo le dije que de ninguna manera. Barker… quiero decir Harper no se siente atraído por nadie. Todo lo que el hombre hace es trabajar y gritar ordenes— Ella divagaba riendo todo el tiempo. No fue tan divertido. En realidad, no fue nada divertido. ¿Por qué pensó que eso era gracioso? Soy rico, atractivo y nos llevábamos bien. Ella era semi-atractiva, inteligente y está en edad fértil. Eso fue insultante y sus insultos siguieron llegando. —Le dije a Lizeth que, hasta donde yo sabía, ni siquiera salías— Ella se puso seria por un momento. —No es que yo lo haya hecho mucho últimamente. Ninguno de nosotros ha tenido tiempo, pero tú eres el jefe. Podrías tener una cita si quisieras, lo que significa que no debes querer hacerlo. Lizeth dijo que eras un hombre, así que por supuesto querías sexo… tener relaciones sexuales con alguien. Ella cree que la libido de los hombres más fuerte que el de las mujeres, pero yo digo que solo es cierto hasta que llegan a cierta edad. Cuando envejecen, no quieren sexo tanto como…— Dios, tenía que detenerla antes de que ella me insultara más. —No estoy bromeando. Quiero que tengas a mi hijo—
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